La decapitación del maestro de historia Samuel Paty por un terrorista islamista en un suburbio de París el 16 de octubre es un ataque a la libertad de expresión y los derechos de todos los trabajadores, así como una consecuencia mortal del odio antijudío.
El gobierno francés está utilizando este horroroso ataque para debilitar aún más los derechos democráticos y fortalecer el aparato represivo del estado imperialista, proponiendo un proyecto de ley que permitiría la proscripción de grupos que promuevan el “separatismo islámico”.
Abdoulakh Anzorov, un joven de 18 años de origen checheno, mató a Paty y luego publicó una foto de la decapitación en Twitter. “Ejecuté a uno de los perros del infierno que se atrevió a menospreciar a Mahoma”, escribió. Posteriormente, la policía francesa localizó y mató a Anzorov.
El ataque tuvo lugar poco después de la apertura del juicio de 14 personas asociadas con el mortal ataque antisemita contra las oficinas de la revista satírica francesa Charlie Hebdo en 2015. La revista había publicado caricaturas denigrantes del profeta de la religión musulmana.
A principios de octubre el maestro de historia de 47 años de edad enfureció al padre de uno de sus estudiantes musulmanes cuando, en una clase sobre “las particularidades y los límites de la libertad de expresión”, mostró las caricaturas de Charlie Hebdo. El padre publicó videos exigiendo que despidieran a Paty y dijo que era “un rufián”.
Paty dijo a los directores de la escuela que le había avisado a los estudiantes que iba a mostrar las caricaturas y que si no querían verlas no tenían que hacerlo.
Entre los detenidos por la policía se encuentran el padre del estudiante y Abdelhakim Sefrioui, el líder del Colectivo Cheikh Yassine, un grupo que defiende abiertamente el antisemitismo y respalda a Hamas, el partido reaccionario anti-obrero que gobierna la Franja de Gaza. Sefrioui ayudó al padre a publicar sus videos.
El gobierno francés también ordenó la disolución del colectivo y cerró por seis meses una mezquita que, según dijo, estaba vinculada al caso.
Poco después que la revista Charlie Hebdo publicara las caricaturas en 2015, islamistas armados, los hermanos Cherif y Said Kouachi, asesinaron a cinco caricaturistas y ocho personas más en las oficinas de la revista en París. Dos días después, su colaborador, Amedy Coulibaly, quien dijo actuar en nombre del Estado Islámico, entró al mercado kosher Hyper Cacher y mató a cuatro clientes. Dijo a los medios que quería deshacerse de “algunos judíos”.
En aquel entonces, el presidente Barack Obama calificó a los asesinatos en el mercado kosher de “aleatorios”, negándose a admitir que los judíos eran un objetivo especial.
Aproximadamente un mes antes del asesinato de Paty, un hombre hirió gravemente a dos personas con un cuchillo en París frente a las antiguas oficinas de Charlie Hebdo. La dirección actual de la revista no se ha hecho pública. La revista acababa de publicar de nuevo las caricaturas controversiales para marcar la apertura del juicio y para demostrar que no van a renunciar al derecho a la libertad de prensa.
Varios líderes religiosos musulmanes han condenado el asesinato de Paty. Kamel Kabtane, representante de una mezquita en Lyon, dijo, “Los musulmanes deben unirse para enfrentar esta ignorancia y violencia”.
“Todo el pueblo trabajador debe condenar la vil muerte de Samuel Paty, así como la segunda ronda de ataques contra Charlie Hebdo”, dijo Malcolm Jarrett, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para vicepresidente de EE.UU., el 23 de octubre. “El odio antijudío es un peligro mortal para la clase trabajadora, tanto en Estados Unidos como en Francia”.
Jarrett también condenó las acciones represivas del gobierno francés. “La disolución de grupos con los que el gobierno no está de acuerdo por sus ideas socava la lucha para defender la libertad de expresión y la oposición al odio a los judíos”, dijo.