Nueve meses después del inicio de la pandemia, los trabajadores, agricultores y pequeños propietarios de todo tipo están enfrentando una profunda y entrelazada crisis de empleos, salarios, seguridad y salud.
Millones están sin trabajo. Los bancos de alimentos no pueden cubrir la demanda, y se acerca el Día de Acción de Gracias. Los pocos programas de ayuda suplementaria del gobierno que aún quedan se agotarán a finales del año. Y los gobiernos estatales y municipales están tomando medidas para imponer nuevos cierres de la producción, el comercio, los restaurantes, las tiendas y los empleos.
Los gobiernos de todos los niveles y los dueños de los hospitales, monopolios de medicamentos, hogares de ancianos y el resto de la lucrativa industria de la salud no están mejor preparados para el actual incremento de la infección por coronavirus que en la primavera. Si bien un tratamiento especial con anticuerpos ayudó al presidente Donald Trump cuando se infectó, no se ha hecho ningún esfuerzo para producir masivamente las dosis necesarias. Eli Lilly, el fabricante de un fármaco de anticuerpos similar, está cobrando al gobierno 1 250 dólares por cada dosis.
Una cosa está clara, los trabajadores recibiremos tan poca protección contra la pandemia, el desempleo y el aumento de los precios de una administración de Joe Biden como la que estamos recibiendo del presidente Trump. Esta semana, Biden nombró al oncólogo Ezekiel Emanuel a su grupo de trabajo sobre el coronavirus. Emanuel expresó su cruel desprecio hacia la atención médica para los ancianos en un artículo de la revista The Atlantic en octubre de 2014, donde escribió que son “débiles, ineficaces, incluso patéticos”, e instó a todos los mayores de 75 años a rechazar tratamientos médicos para prolongar su vida.
Los trabajadores y agricultores debemos unirnos para organizarnos y luchar para defendernos. El programa de acción presentado por los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores durante la campaña de 2020 sigue siendo tan oportuno y necesario como siempre.
El PST explica que los trabajadores y nuestros sindicatos debemos luchar por un programa de obras públicas financiado por el gobierno para poner a millones de personas a trabajar con salarios a escala sindical. Aboga por el control de la producción y las condiciones laborales por los trabajadores, para garantizar la seguridad tanto de los trabajadores como de los consumidores. Y por una atención médica universal y vitalicia garantizada por el gobierno para todos.
Para llevar esta lucha hasta el final, necesitamos nuestro propio partido, un partido obrero basado en los sindicatos, que sea vocero de todos los explotados y oprimidos por el capitalismo y para luchar para tomar el poder político en nuestras propias manos.
Crisis del “cuidado médico”
Los trabajadores de la salud están abrumados en El Paso, Texas, con el aumento de las hospitalizaciones. “No hay suficientes enfermeras para atender a todos los pacientes que están ingresando”, dijo a KFOX-TV Idali Cooper, enfermera de los Hospitales de Providence Memorial.
Tras el cierre de muchos hospitales, especialmente en las áreas rurales, en muchos estados, ahora los hospitales están al límite de su capacidad. La unidad de cuidados intensivos más cercana para alguien con COVID en el condado de Kearny, Kansas, está a seis horas en automóvil en Kansas City.
En Idaho, los pacientes que necesitan reemplazos de articulaciones, histerectomías y cualquier cirugía electiva que requiera pasar la noche en el hospital no están siendo admitidos.
Debido a que los patrones de los hospitales no capacitaron ni contrataron a un número suficiente de trabajadores de la salud, el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, ha instruido al personal médico infectado con COVID-19, pero que está asintomático, a seguir trabajando, a pesar de que son portadores de la enfermedad y pueden transmitirla.
En Langhorne, Pensilvania, unas 800 enfermeras del St. Mary Medical Center se declararon en huelga el 17 de noviembre, contra los salarios y niveles de personal inadecuados.
Los residentes ancianos, de unos 15 mil hogares de ancianos en todo el país, enfrentan las tasas de infección por COVID más altas desde agosto.
Los gobernantes capitalistas han considerado a los ancianos desechables por mucho tiempo, ya que no pueden sacar ganancias de su explotación.
Las autoridades de Georgia finalmente admitieron este mes que en julio el centro de salud Riverside en Covington no tenía jabón para lavarse las manos, que estaba en “pedido pendiente durante más de un mes”. Y los patrones del hogar de ancianos no separaron a los infectados con COVID de los sanos.
Más cierres y despidos
Por primera vez desde el comienzo de la pandemia, el número de trabajadores que han sido despedidos permanentemente superó a los que están en cesantía temporal.
Al mismo tiempo, se están imponiendo nuevas restricciones y cierres. En Filadelfia, el departamento de salud del alcalde demócrata Jim Kenney anunció el 16 de noviembre la prohibición de reuniones o eventos internos, públicos o privados. Ordenaron a las bibliotecas, museos, universidades, escuelas secundarias y gimnasios que cierren sus puertas.
Las enfermeras del Centro Médico Einstein y del Hospital para Niños St. Christopher en Filadelfia realizarán una votación sobre una huelga por condiciones similares a las que enfrentan los sindicalistas en Langhorne. ¿Intentarán las autoridades de la ciudad prohibir sus líneas de piquetes?
En Dallas, 8 500 familias —17 veces más que en años anteriores— esperaron hasta 12 horas en largas filas en uno de los bancos de alimentos de la ciudad para obtener una canasta de alimentos para el Día de Acción de Gracias.
Los medios capitalistas están dominados por noticias sobre Biden y Trump y el significado de las elecciones de 2020. Los medios liberales, como el New York Times, están asombrados de que un número mayor de trabajadores —caucásicos, negros, hispanos y asiáticos— votaron por Trump que en 2016. Dicen que muestra que los trabajadores, como dijo Hillary Clinton, son “deplorables”. Los gobernantes capitalistas nos ven como una clase peligrosa.
El Partido Socialista de los Trabajadores explica que los trabajadores y los agricultores son las únicas clases productivas. Producimos todo lo que consumimos y usamos. Somos el futuro.
Ante todo, los trabajadores debemos luchar por empleos, para trabajar conjuntamente con nuestros compañeros de trabajo, para poder luchar como clase. Este es el único camino para resolver la crisis económica, social y de la salud actual, todas producto del funcionamiento del despiadado sistema capitalista.