Los trabajadores están encontrando formas de responder colectivamente a los ataques de los patrones y su gobierno en su afán de hacernos pagar por la crisis económica y social de su sistema capitalista. Estamos enfrentando un aumento de las infecciones de la COVID-19 y el azote del elevado desempleo.
La cuestión fundamental que enfrentan los trabajadores hoy en día es cómo luchar para revertir estos ataques y los efectos de la respuesta de los gobernantes capitalistas a la pandemia: cierres de la producción y el comercio y los pequeños negocios. Los trabajadores debemos estar en el trabajo, junto con nuestros compañeros de trabajo, para discutir y decidir la mejor manera de actuar juntos y ganar aliados.
Es por eso que el Partido Socialista de los Trabajadores dice que los trabajadores necesitan organizarse y luchar por un programa de obras públicas financiado por el gobierno para crear empleos para que millones de personas vuelvan a trabajar con salarios a escala sindical en la construcción de hospitales, escuelas y viviendas.
A través de las luchas que libramos en los centros de trabajo, podemos lograr victorias, unirnos y extender solidaridad hacia otros y construir y fortalecer un movimiento sindical de millones de trabajadores.
Las enfermeras y otros trabajadores de la salud se declararon en huelga en el centro médico St. Mary en Langhorne, Pensilvania, el 17 y 18 de noviembre, para exigir que contraten a más trabajadores y suban los salarios.
En Unitex Corporation en Perth Amboy, Nueva Jersey, una de las compañías de uniformes médicos y lavandería para hospitales más grandes del área metropolitana de Nueva York, los trabajadores pararon sus labores el 18 y 19 de noviembre debido a condiciones inadecuadas de “distanciamiento social”, bajos salarios y amenazas de despedir a miembros del sindicato.
Unos 700 trabajadores de residencias de ancianos, miembros del sindicato SEIU, se declararon en huelga el 23 de noviembre en 11 hogares de ancianos Infinity en Chicago. Exigen la restauración del pago por condiciones peligrosas debido a la pandemia y mejores condiciones laborales en centros con algunos de los índices más altos de coronavirus en el estado. Los patrones de Infinity suspendieron el pago extra en julio.
En Fargo, Dakota del Norte, 70 miembros del Local 120 del sindicato Teamsters, hicieron una huelga en el centro de distribución de alimentos Cash-Wa el 18 de noviembre. Están protestando la negligencia de los patrones en las medidas que podrían limitar la propagación del virus y están exigiendo la negociación de un nuevo contrato.
A pesar del alto número de muertes por infecciones del virus en las plantas empacadoras de carne a principios de este año, las directivas federales aconsejaron a los patrones que tienen que mantener a los trabajadores a seis pies de distancia “si es posible”. Por lo tanto, los patrones continúan empacándolos en estrecha proximidad operando las líneas de producción lo más rápido posible.
El trabajo se puede realizar de forma segura, pero solo si los trabajadores y nuestros sindicatos luchan por arrebatarles a los patrones el control de la producción, incluyendo la velocidad de la línea y todo lo referente a la salud y la seguridad.
Los patrones se están aprovechando de la creciente competencia por empleos. Le dicen a los trabajadores y sus sindicatos que acepten recortes salariales para preservar sus trabajos. Los patrones de la construcción L+M en Nueva York anunciaron un acuerdo el 19 de noviembre con funcionarios del sindicato de la construcción, Laborers 79, que recorta los salarios en un 35 por ciento para los miembros del sindicato en cuatro nuevas obras.
El PST insta a los sindicatos a luchar por un recorte en la semana laboral sin recortes salariales para evitar despidos y proteger los ingresos de los trabajadores.
El gobierno federal informó el 18 de noviembre que algunas de las empresas más grandes y rentables del país también son aquellas cuyos bajos niveles salariales obligan a sus trabajadores a solicitar cupones de alimentos y otra asistencia para subsistir. Walmart, por ejemplo, fue uno de los cuatro principales empleadores con trabajadores que reciben cupones de alimentos y Medicaid en los 50 estados.
Hospitales, hogares en busca de lucro
A medida que los hospitales en algunas partes del país alcanzan su capacidad máxima, las nefastas consecuencias de la industria de la salud con fines de lucro se vuelven cada vez más evidentes.
Los pacientes en las zonas rurales de Kansas esperan hasta ocho horas para que les encuentren una cama, a veces en lugares tan lejanos como Denver u Omaha.
En ningún lugar es más evidente la inmoral indiferencia de los gobernantes capitalistas por la vida de los trabajadores que en las condiciones que enfrentan cientos de miles en los hogares de ancianos. Hacinados y con poco personal, más de 97 mil residentes a largo plazo de estos hogares han muerto a causa del COVID-19, hasta ahora.
Pero el número de muertes por otras causas —negligencia y falta de atención adecuada— también ha aumentado después que los gobiernos y los patrones prohibieron las visitas. Esto significó que dejaron de recibir ayuda para alimentarse, bañarse y vestirse de sus familiares, atención que los patrones toman en cuenta al decidir la cantidad de personal. Los residentes fueron sometidos a períodos prolongados de aislamiento.
En vez de admitir los verdaderos factores en muchas de las muertes no vinculadas al coronavirus en estos centros, los certificados de defunción dicen que murieron por “incapacidad de prosperar”.
Cuando los trabajadores envejecen y los patrones ya no pueden sacar ganancias de su trabajo, a la clase capitalista ya no le importa si viven o mueren.
El Partido Socialista de los Trabajadores explica que el problema más grande que enfrenta la clase trabajadora es que no tenemos un instrumento político propio que podamos utilizar para discutir, debatir y, sobre todo, para actuar ante la crisis que enfrentamos. Necesitamos nuestro propio partido político, un partido obrero basado en los sindicatos.