Miles de trabajadores agrícolas en Perú que luchan por mejores salarios y condiciones laborales concluyeron una huelga y bloqueo de carreteras de seis días el 4 de diciembre, después que el congreso revocara la antiobrera “Ley de Promoción Agraria”. Esta fue una demanda principal de los trabajadores.
La huelga, iniciada en el sur del país, se extendió rápidamente hacia el norte, paralizando la producción de uvas, mandarinas, arándanos, aguacates y espárragos. Los bloqueos de carreteras por los trabajadores agrícolas impidieron que cientos de camiones llegaran a Lima, la capital.
“Deshacerse de esta ley discriminatoria es un gran logro”, dijo Nelson Huamán Roncal al Militante por teléfono. Huamán, secretario de defensa obrera de la Federación Nacional de Trabajadores de la Agroindustria y Afines (Fentagro), trabaja en los huertos de cítricos y es un dirigente del sindicato en la empresa de frutas y vegetales Camposol en Chao, en el departamento norteño de La Libertad.
La ley agraria se aprobó en 2000 para beneficiar a los grandes terratenientes agroexportadores. En diciembre del año pasado, el gobierno peruano extendió su vigencia hasta el 2031. Según la ley, los patrones agrícolas pueden mantener a los trabajadores como empleados temporales por tiempo indefinido. Esto les ayuda a evitar el pago de horas extras requerido y les permite pagar menos del salario mínimo oficial al contar los bonos anuales como parte del pago por hora.
“No tenemos los beneficios que merecemos,” dijo Huamán. “A veces trabajamos desde las 3 de la mañana hasta las 7 de la noche, pero no nos pagan las horas extras”. El sindicato exige que se duplique el salario mínimo a 2 mil soles por mes (555 dólares), y que todo el personal sean trabajadores permanentes.
“Lo que existe es un montón de contratos de trabajo donde uno labora tres o cuatros meses. No hay estabilidad”, dijo Huamán. “Acá en el valle hay trabajo para todo el año. No hay razón de no dar trabajo permanente”. Casi nueve de cada diez trabajadores son contratados como temporales, según las cifras del mismo gobierno, y les pagan menos que a los trabajadores permanentes.
“No debería haber diferencias entre trabajadores”, dijo Huamán. “Tenemos que estar unidos”. En el departamento sureño de Ica, las grandes empresas agroexportadoras obtuvieron 6.6 mil millones de dólares en ganancias en 2018, un incremento de 12 por ciento, explica una declaración del sindicato, mientras los trabajadores agrícolas ganaban 11 dólares por día.
“Los capataces, los ingenieros y los empresarios no pueden tratarnos como les da la gana”, dijo el sindicato.
Jorge Muñoz, un obrero agrícola de 19 años de edad en Camposol, murió cuando los policías abrieron fuego contra los manifestantes. “Queremos justicia”, dijo Flor Jiménez, su madre, a la prensa, “para que eso no le pase a nadie más”.