Instituciones biofarmacéuticas en Cuba se están preparando para producir 100 millones de dosis de Soberana 2 —una de las cuatro vacunas contra la COVID-19 que se están desarrollando en el país— para fin de año.
El diario cubano Granma informa que ya se han producido las primeras 150 mil dosis, y que más están en camino. Se está preparando una campaña de vacunación que convertirá a Cuba en uno de los primeros países que inoculará a toda su población para fines de 2021.
Esta se apoya en la movilización popular organizada por el gobierno cubano durante el último año para visitar hogares por toda la isla para verificar si los moradores están enfermos o si necesitan asistencia. No dejan a nadie a su propia suerte.
Cuba será el primer país latinoamericano en producir su propia vacuna. El nombre Soberana subraya la larga lucha del pueblo cubano por defender su independencia del imperialismo norteamericano.
También se realizarán pruebas de Soberana 2 en Irán y México ya que para verificar la efectividad de la vacuna deben realizarse en áreas con altas tasas de infección.
Tras un año de acciones del pueblo cubano que limitó la propagación de la enfermedad y las muertes, Cuba ahora está lidiando con un aumento en el número de infecciones, pero sigue siendo muy reducido en comparación con la mayor parte del mundo. Los casos confirmados llegaron a 900 por día por primera vez a mediados de febrero desde el inicio de la pandemia. Cuba reabrió recientemente la isla a turistas y viajeros extranjeros. Aún con controles estrictos, esto facilitó el alza.
“En el mundo la letalidad [por la COVID-19] está por encima del 2 por ciento”, dijo el 4 de febrero el Dr. Eduardo Martínez Díaz, director del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba (BioCubaFarma). “En nuestro país hoy está en 0.74. Lamentamos muchísimo el fallecimiento de 220 cubanos, eso nos duele”, agregó, expresando la convicción que guía al gobierno del país de que toda vida es preciosa, ya sea de una persona vieja o joven.
La guerra económica de Washington contra el pueblo cubano y su revolución socialista está teniendo un serio impacto en la capacidad del país de producir y comprar medicamentos y suministros, dijo Martínez. Ningún otro país ha estado sujeto jamás a un embargo tan severo o duradero.
Algunos fabricantes se niegan a vender los componentes que necesitamos, dijo el Dr. Eduardo Ojito, director del Centro de Inmunología Molecular. Citan las restricciones estadounidenses que prohíben la venta a Cuba de suministros médicos que contengan más del 10 por ciento de productos fabricados en Estados Unidos.
“Pero los medicamentos del protocolo de la COVID-19 tienen prioridad. Sabemos que estos medicamentos salvan vidas. Hacen que los pacientes no evolucionen a la gravedad”, explicó Martínez. Menos del 3 por ciento de los pacientes infectados en Cuba desarrollan enfermedad grave, en comparación con más del 10 por ciento en el resto del mundo. Esto se debe al personal médico y al tratamiento que proveen, que salvan vidas, explicó Martínez.
Producto de la revolución
Los logros médicos y científicos de Cuba son posibles gracias a las conquistas que hizo el pueblo trabajador cubano cuando arrebató en 1959 el poder de manos de los capitalistas y sus amos en Washington. Desde entonces la Revolución Cubana se ha distinguido por su internacionalismo y solidaridad. Con el desarrollo de una vacuna, el gobierno cubano pretende no solo inocular a su propia población, sino ponerla a la disposición del pueblo trabajador de otros países.
Médicos y enfermeros cubanos han estado a la vanguardia del tratamiento de personas infectadas con COVID en todo el mundo. Más de 200 voluntarios llegaron en diciembre a Panamá, el país centroamericano con mayor número de casos de COVID. La solicitud de ayuda del gobierno panameño fue rechazada por otros ocho gobiernos, incluido Washington.
“Hasta la fecha solo se han aplicado 108 millones de dosis de vacunas”, dijo Martínez. “¡Eso significa un poco más del 1.4 por ciento de la población mundial!” Con la producción y distribución bajo el control de los monopolios farmacéuticos, las vacunas son inaccesibles para la mayoría de los países.
El secretario general de la ONU, António Guterres, anunció cifras sombrías el 17 de febrero: alrededor del 75 por ciento de todas las vacunas se han administrado en solo 10 países. Los programas gubernamentales en más de 130 países aún no han recibido una dosis.