Declaración del 3 de marzo de Willie Cotton, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para defensor público de la ciudad de Nueva York.
Los trabajadores y nuestros sindicatos deben exigir la retirada inmediata e incondicional de todas las tropas, buques de guerra y bombarderos estadounidenses del Medio Oriente. La campaña del Partido Socialista de los Trabajadores condena el ataque aéreo de Washington del 25 de febrero en Siria que mató a por los menos 17 personas.
En el país y en el extranjero, los gobernantes estadounidenses, como cualquier otro gobierno capitalista, defienden los intereses de las familias capitalistas gobernantes. Desde sus intervenciones militares hasta sus conflictos comerciales y las sanciones punitivas que imponen contra otros países, todo lo que hacen en el extranjero es una extensión de sus esfuerzos para defender sus ganancias aquí. Atacan nuestros trabajos, salarios y condiciones de trabajo aquí. Y usan a nuestra clase como carne de cañón en sus guerras y operaciones militares.
La clase trabajadora necesita nuestro propio programa para todas las cuestiones, incluso nuestra propia política exterior.
El punto de partida es el hecho de que los trabajadores y agricultores de todo el mundo comparten los mismos intereses de clase. La solidaridad con las luchas de los trabajadores en todas partes debe ser nuestra consigna, desde las protestas y huelgas de los trabajadores en Myanmar hasta los de Irán e Iraq.
Todos los gobiernos imperialistas y capitalistas que intervienen en el Medio Oriente son un obstáculo para la solidaridad y organización de la clase trabajadora allí. El PST exige que Washington, y todas las potencias capitalistas extranjeras, tanto aliados como rivales de Washington, desde Londres a Moscú, Teherán y Ankara, retiren sus fuerzas de inmediato.
La única fuerza capaz de resolver la crisis que enfrentan los trabajadores y agricultores en Iraq, Siria, Irán y otras partes de la región es el pueblo trabajador. Solo ellos pueden lograr su propia emancipación.
Los trabajadores en Estados Unidos pueden ayudar exigiendo que los gobernantes estadounidenses saquen sus manos ensangrentadas de Irán ya y que pongan fin a las sanciones que castigan a los trabajadores y agricultores con mayor dureza.
Las sucesivas administraciones estadounidenses han utilizado el vasto poder militar de Washington para imponer brutalmente su voluntad. Tanto el partido Demócrata como el Republicano son partidos de la guerra imperialista. Los trabajadores necesitan construir un partido propio, un partido obrero, que diga: ¡Ni un centavo, ni una persona para las guerras de los gobernantes capitalistas!
La forma de detener las guerras imperialistas de una vez por todas es dirigiendo a la clase trabajadora —la única gran clase progresista en la actualidad— a derrocar el gobierno de los belicistas capitalistas aquí en las entrañas del monstruo y reemplazarlo con un gobierno de trabajadores y agricultores. Este gobierno se uniría a las batallas de otros trabajadores del mundo para acabar con el dominio capitalista, la fuente de toda explotación, opresión y guerras.