La contratación está aumentando a medida que se levantan las restricciones impuestas por el gobierno por el coronavirus y los trabajadores vacunados están regresando a trabajar. Esto está creando mejores condiciones para que los trabajadores se unan para combatir los ataques de los patrones que buscan mejorar su posición competitiva contra sus rivales tanto dentro del país como en el extranjero, y aumentar sus ganancias a expensas de nuestros ingresos, nuestra seguridad y condiciones laborales.
Más trabajadores están participando hombro a hombro en luchas sindicales. La seguridad de los trabajadores en las refinerías de petróleo y las comunidades aledañas está al centro de las luchas de los trabajadores de ExxonMobil en Texas y de la refinería Marathon Petroleum en Minnesota contra cierres patronales.
“Estos ataques de los patrones son de interés para todos los trabajadores y la solidaridad es crucial”, dijo al Militante Joel Britton, el candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para la Asamblea Estatal de California. “Los patrones de ambas empresas están determinados a continuar la producción con esquiroles. El pueblo trabajador y nuestros sindicatos debemos organizar la mas amplia solidaridad con estas luchas”.
Los trabajadores enfrentan ataques de los patrones y su gobierno en toda Norteamérica. Esto incluye trabajadores del acero en ATI, mineros del carbón de Warrior Met en Alabama, enfermeras en Worcester, Massachusetts, y empacadores de carne de Olymel en Quebec.
Trabajadores portuarios en Quebec realizaron un paro por los peligrosos e intolerables horarios, pero el gobierno federal ordenó que regresaran al trabajo. Usando leyes anti laborales, dijeron que la lucha de los trabajadores por su seguridad estaba impidiendo el “trabajo esencial”, incluso la distribución de productos médicos. Pero el gobierno canadiense es el responsable por la crisis en la atención médica y la vacunación. Ellos mismos admiten que para el 7 de mayo solo un 2.68 por ciento de la población canadiense estaba completamente vacunada.
Pretenden exprimir a trabajadores
Todas estas luchas merecen amplia publicidad y solidaridad.
Aún con el alza en la contratación, la tasa de desempleo en Estados Unidos aumentó el mes pasado a 6.1 por ciento, después de su reducción desde el comienzo del año.
Desde que se divulgaron estas estadísticas, la prensa burguesa ha estado repleta de artículos con titulares como el del Wall Street Journal “Millones desempleados. ¿Por qué las compañías no pueden conseguir trabajadores?”
El hecho es que muchos trabajadores ven que los empleos disponibles —como en McDonald’s o Walmart— tienen salarios bajos. Sienten que pueden esperar por trabajos que paguen mejor. Esto enfurece a los patrones. Su idea es que los salarios y las condiciones en todos los centros laborales sean similares a las de Walmart, y sin sindicatos molestosos.
La cámara de comercio y algunos políticos dicen que el problema es que el pago por desempleo es muy alto, especialmente con los pagos extra por la pandemia y la extensión de estos. Estas medidas fueron adoptadas tanto por Joseph Biden como por Donald Trump. Un creciente número de gobiernos estatales están cancelando el pago federal adicional de 300 dólares por semana.
Algunos comentaristas liberales se preocupan que dejar a los trabajadores sin empleo o sin asistencia puede volverlos rebeldes. “Dar dinero” a la gente que “no tiene apoyo y tiene desconfianza” es necesario, dijo el columnista del New York Times David Brooks el 6 de mayo, para “disminuir el sentido de amenaza y temor” de millones de personas que “se han separado de las instituciones culturales, políticas y sociales de la vida nacional”. Brooks piensa que la asistencia monetaria es esencial para controlar al pueblo trabajador que él desprecia y considera peligroso.
El presidente Biden se une al coro que insiste que los trabajadores deben tomar cualquier empleo que les ofrezcan o sufrir las consecuencias. “La ley es clara: si recibes pago de desempleo y te ofrecen un trabajo apropiado, no puedes rehusarlo y seguir recibiendo beneficios de desempleo”, dijo el 10 de mayo. “No se debe permitir que nadie se aproveche del sistema”.
Biden usó el aumento en la tasa de desempleo de abril para declarar que su “plan de empleo norteamericano” de infraestructura de miles de millones de dólares era necesario. Se basa en brindar apoyo monetario a los gobiernos estatales y a las compañías de la construcción y otros patrones, con la esperanza de que los estimulará a contratar empleados. En sí mismo el plan no provee ni un solo trabajo.
“El Partido Socialista de los Trabajadores dice que necesitamos luchar por un programa de empleos públicos financiado por el gobierno que ponga a trabajar a millones de personas a escala sindical construyendo escuelas, hospitales y otras cosas que los trabajadores necesitan”, dijo Britton. “El programa debe estar bajo control de los trabajadores para asegurar que lo que se construya se haga de manera segura.
“Nuestros sindicatos deben luchar por una reducción en la jornada laboral sin un recorte de pago para repartir el trabajo disponible”, dijo. Luchar por esto uniría a los trabajadores empleados y a los desempleados en una lucha común”. Además del desempleo constante, en los últimos 12 meses ha habido un aumento en la inflación de 4.2 por ciento, el más alto desde 2008. El precio de la gasolina ha aumentado un 22 por ciento en el último año.
“Junto a la lucha por empleos, nuestros sindicatos necesitan organizar a los trabajadores para luchar por aumentos de salarios ligados a la tasa de inflación en cada convenio laboral, así como también en los beneficios de desempleo y de jubilación”, añadió Britton. “Cada vez que aumentan los precios también deben aumentar nuestros salarios”.