MONTREAL — Decenas de miles de personas marcharon en todo el país el 1 de julio para protestar contra la discriminación y la opresión racista de larga data impuesta por el gobierno a los 1.6 millones de indígenas en Canadá. El 1 de julio, un día feriado oficial, marca la consolidación del dominio capitalista con la fundación de la Federación Canadiense en 1867.
Las airadas y masivas protestas fueron estimuladas por los recientes descubrimientos de restos de más de mil niños indígenas en fosas comunes no identificadas en los terrenos de tres de las antiguas 139 Escuelas Residenciales Indígenas. Cada semana se descubren más. Estas llamadas escuelas fueron establecidas y financiadas por sucesivos gobiernos canadienses de 1883 a 1996 como parte de un programa cruel que tomaba los niños indígenas con el fin declarado de “matar al indio” en el niño.
Hasta 150 mil niños de los pueblos indígenas Primeras Naciones, Metis e Inuit fueron removidos de sus hogares y obligados a vivir en estas instituciones en condiciones semejantes a las de una cárcel, administradas para el gobierno por las iglesias católica, anglicana, presbiteriana y unida. A los niños se les impidió hablar su lengua materna, sufrieron desnutrición, enfermedades, trabajos forzados y abusos físicos y sexuales. Los cálculos anteriores de que más de 4 mil de estos “estudiantes” murieron o desaparecieron casi con certeza resultarán siendo conservadores. Hay alrededor de 80 mil sobrevivientes vivos.
En una manifestación de 10 mil personas en London, Ontario, Delbert Riley, miembro de la Primera Nación de los Chippewas del Thames, dijo que él fue enviado al Instituto Mohawk, la escuela residencial de las Seis Naciones del Río Grande, cuando tenía 5 o 6 años. “Fue horrible. Tuve suerte de salir con vida”, dijo al London Free Press.
En la protesta de Montreal, Dennis Saganash, un Cree de Waswanipi y sobreviviente de una escuela residencial, vestía una camisa naranja con las palabras “Traigan a Tío John a casa”. Su tío nunca regresó de su primer año en una escuela residencial en Ontario.
Ottawa es el culpable
Haciendo campaña de casa en casa en London, el 2 de julio, Beverly Bernardo, candidata de la Liga Comunista para alcalde de Montreal, distribuyó una declaración de su compañero de fórmula, Philippe Tessier, conductor en la empresa Ferrocarril Nacional Canadiense y candidato de la Liga para alcalde de Ville Saint-Laurent de Montreal. La declaración se titula: “Rechazar el intento de Trudeau de culpar a ‘todos los canadienses’ por los crímenes de los gobernantes de Canadá. Ottawa: ¡Actúen ya para proporcionar los trabajos y los servicios que necesitan los pueblos indígenas!”
“Tras el descubrimiento de las tumbas, el primer ministro Justin Trudeau pidió la ‘reconciliación’ entre los pueblos indígenas y no indígenas” y culpó a “todos los canadienses” por las muertes, dijo Tessier. El gobierno trató de echar la culpa únicamente a las iglesias que administraban las escuelas, exigiendo una disculpa del Papa. Esto “está diseñado para encubrir la realidad de que la raíz del problema es el sistema capitalista y sus gobiernos, incluido el de Trudeau”.
La campaña de Trudeau ha ayudado a generar una ola de incendios y otros ataques contra iglesias por todo el país que han desviado la atención. Hasta el 1 de julio, al menos 14 iglesias católicas habían sido incendiadas o sido objeto de actos vandálicos.
“Los gobernantes tratan de beneficiarse fomentando las divisiones entre los trabajadores y socavando la solidaridad obrera”, dice el comunicado de la Liga Comunista. “La opresión de los pueblos indígenas no es algo que simplemente sucedió en el pasado; sigue siendo la realidad que enfrentan hoy día”.
Según el censo de 2016, a pesar de ser solo el 7 por ciento de la población joven, el 52 por ciento de los niños que se encuentran en hogares adoptivos son indígenas. “Los niños todavía siguen siendo separados de sus comunidades. El cuidado adoptivo es el nuevo sistema escolar residencial. La epidemia de suicidios [entre los jóvenes indígenas] es la nueva forma de genocidio indígena”, dijo el 4 de junio Mumilaaq Qaqqaq, miembro inuit del parlamento por el territorio de Nunavut.
Antes de la pandemia, la tasa de desempleo en la población indígena fuera de las reservas era del 10 por ciento, casi el doble del promedio canadiense. Hoy en día, una cuarta parte de los indígenas que viven en centros urbanos viven por debajo del nivel de pobreza oficial, el doble que el resto de la población. Aproximadamente el 53 por ciento de los niños de las Primeras Naciones en las reservas viven por debajo del nivel de pobreza, el triple del promedio nacional.
La tasa de suicidios entre los indígenas es tres veces mayor que la de la población general e incluso más alta para los jóvenes indígenas entre 15 y 24 años de edad.
Decenas de comunidades de las Primeras Naciones no han tenido acceso a agua potable y para bañarse durante al menos un año. Aunque son el 5 por ciento de la población canadiense de 38 millones, los indígenas constituyen alrededor de un tercio de la población carcelaria federal.
Urgen medidas de emergencia
“El hecho de que miles de personas salieran ayer a las calles para apoyar las luchas de los pueblos indígenas muestra que el pueblo trabajador se opone cada vez más al racismo en todas sus formas”, dijo Bernardo a Farooq Chishti, cuando ella llamó a la puerta de su casa para presentarle la campaña de la Liga Comunista. “Las escuelas residenciales fueron parte de la campaña de los gobernantes capitalistas de Canadá para asimilar a la fuerza a la población indígena. Está en los intereses de todos los trabajadores el apoyar a los pueblos indígenas en su lucha por derechos”.
“Me sorprendió ver las muertes de niños”, dijo Chishti. “Estas escuelas estaban haciendo el trabajo del gobierno”.
En mayo había 1.96 millones de desempleados según las cifras oficiales. “Los trabajadores y nuestros sindicatos deben luchar por un programa de obras públicas financiado por el gobierno para generar empleos, para construir casas y hospitales y brindar servicios que el pueblo trabajador necesita con urgencia”, dice el comunicado de la Liga Comunista.
“Como parte de este esfuerzo”, dice Tessier, “también tenemos que luchar por medidas de acción afirmativa y capacitación para los pueblos indígenas para garantizar que tengan acceso a empleos con salarios a escala sindical. Estos son pasos cruciales hacia la unidad de la clase trabajadora y la construcción de un partido obrero que pueda luchar por un gobierno de trabajadores y agricultores, una herramienta poderosa que los trabajadores pueden usar para acabar con todas las formas de racismo, opresión y explotación”.