Conductores de taxis por aplicaciones exigen ‘pago que permita subsistir’

Por Seth Galinsky
25 de abril de 2022

NUEVA YORK—Más de 70 conductores de empresas de entrega de comida y de taxis por aplicaciones hicieron una caravana desde Brooklyn hasta la sede de Uber en Manhattan el 29 de marzo. Están exigiendo alivio de los elevadísimos precios de la gasolina que amenazan su sustento, y de las “desactivaciones” arbitrarias por parte de los patrones de la compañía, equivalentes a ser suspendido o despedido.

Consignas como “Necesitamos un sindicato ya”, “Desactivación injusta”, y “¡Los precios de la gasolina nos están matando!” se encontraban entre los letreros escritos a mano pegados en sus autos. Los conductores que pasaban tocaban su bocina en señal de apoyo.

La caravana fue iniciada por Justice for App Workers, una coalición de nueve organizaciones de conductores y repartidores de alimentos. Ocho de los grupos tienen su sede en la ciudad de Nueva York y Long Island, y el noveno, el Gremio de Conductores Independientes, respaldado por el sindicato de maquinistas, organiza en cinco estados.

Entre las demandas de la coalición se encuentran un salario digno, prestaciones de atención médica y acceso al baño para los conductores. Hay más de 60 mil conductores por aplicación y unos 6,700 taxistas amarillos trabajando actualmente en esta ciudad.

Las empresas de taxis de aplicaciones afirman que los conductores son operadores independientes, no trabajadores. Tienen que comprar o alquilar sus autos y pagar la gasolina y las licencias y permisos requeridos por el gobierno. Si son dueños de los autos, también pagan el mantenimiento y las reparaciones. A diferencia de los conductores de taxis amarillos, los conductores de taxis de aplicaciones no pueden recoger pasajeros sin que los llamen a través de la aplicación.

 “No trabajamos en una fábrica, trabajamos para nosotros mismos, pero aún tenemos el mismo derecho a organizarnos”, dijo Muneeb Rehman, de 38 años, al Militante. “Queremos mejores condiciones”.

Rehman se mostró escéptico sobre el reciente anuncio de que algunos conductores de taxis amarillos ahora podrán conectarse a la aplicación móvil de Uber, una maniobra que la compañía utilizará para intensificar la competencia entre los trabajadores y reducir las tarifas. Todo lo que Uber quiere hacer “es ganar dinero a costa de los conductores”, dijo.

El alcalde de Nueva York, Eric Adams, instruyó a la Comisión de Taxis y Limusinas a aumentar la tarifa mínima para las tarifas de pasajeros en un 5.3 por ciento en marzo. Pero los conductores dicen que eso está lejos de ser suficiente. Los precios de la gasolina han aumentado al menos un 70 por ciento en los últimos dos años.

“No podemos pagar nuestras facturas. No podemos pagar los costos de mantenimiento del automóvil debido al precio de la gasolina”, dijo a la prensa Jahongir Ibadov, líder de UzBER, un grupo de conductores originarios de Uzbekistán y Rusia. “Llevamos a casa menos dinero. No podemos mantener a nuestras familias”.

Las compañías de taxis de aplicaciones afirman “que se quedan con una comisión del 20 al 30 por ciento por viaje”, dijo el conductor Tony Monanta al Militante, “pero cuando tenemos una tarifa de 150 dólares, en realidad te quitan 75. No es justo.”

La organización Justice for App Workers (Justicia para los Trabajadores de Aplicaciones) exige un tope del 10% en las comisiones que cobran las empresas de taxis de aplicaciones. También exigen un “recargo” que iría a los conductores para compensar parcialmente por los aumentos del precio de la gasolina.

 “Este trabajo te quita mucho”, dijo Israel Acevedo. “Cuando comencé a conducir hace años, trabajaba 12 horas al día. Ahora, después de solo ocho horas, me duelen la espalda y las piernas.

“Deberías poder trabajar ocho horas al día, 40 horas a la semana y tener una vida sostenible”, dijo.

  “Las desactivaciones falsas o aleatorias de Uber y Lyft son otro gran problema”, dijo el conductor Zohaib Baig en un comunicado que planeaba leer frente a la sede de Uber. “Incluso si el conductor tiene una cámara en el vehículo” que pueda confirmar exactamente lo que sucedió en una disputa con un pasajero, los patrones se niegan a mirar el video. No se permite apelación.

“Se supone que eres inocente hasta que se demuestre lo contrario, no al revés”, dijo.