Combatientes ucranianos fuerzan repliegue ruso – ¡Moscú fuera ya!

¡Unir a trabajadores en Ucrania y Rusia contra guerra!

Por Roy Landersen
30 de mayo de 2022
Anna Zaitseva con hijo en Zaporizhzhia tras evacuación de acería Azovstal en Mariúpol, 30 de abril. Su esposo se quedó para ayudar a combatientes que resisten intenso ataque por Moscú.
Anna Zaitseva con hijo en Zaporizhzhia tras evacuación de acería Azovstal en Mariúpol, 30 de abril. Su esposo se quedó para ayudar a combatientes que resisten intenso ataque por Moscú.

En una contraofensiva exitosa, las fuerzas ucranianas hicieron retroceder al ejército invasor ruso de Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y llegaron hasta la frontera rusa el 16 de mayo. Los planes de Moscú para capturar el Donbás se han estancado.

El régimen de Vladimir Putin había insistido en que lograría una victoria rápida y fácil, tomaría la capital, Kyiv, expulsaría al gobierno y tomaría otras ciudades importantes. Todo este esquema fracasó cuando las fuerzas rusas, gravemente golpeadas y desmoralizadas, tuvieron que retirarse de Ucrania de áreas alrededor de Kyiv, Sumy y otros centros del norte.

Los gobernantes imperialistas norteamericanos tenían las mismas expectativas que Putin y cerraron su embajada en Kyiv cuando comenzaron los combates.

Pero la valiente resistencia del pueblo trabajador en Ucrania derribó estas expectativas.

La guerra ha acelerado el resquebrajamiento del “orden mundial” imperialista que surgió de la victoria de Washington como la mayor potencia en la segunda guerra mundial imperialista. Actualmente hay un creciente desorden mundial, a medida que cada gran potencia capitalista busca defender ante todo sus propios intereses nacionales. Desde Suecia hasta Alemania y Australia los gobernantes han anunciado planes para reforzar sus fuerzas armadas. Y crece la amenaza de nuevas guerras.

Bajo un acuerdo entre Kyiv y Moscú, unos mil soldados y voluntarios ucranianos, algunos heridos, se rindieron a las fuerzas rusas y fueron evacuados de la acería Azovstal en Mariúpol para el 18 de mayo.

Fueron enviados a ciudades controladas por Moscú en Donetsk y supuestamente iban a ser intercambiados por prisioneros de guerra rusos.

Pero al día siguiente fueron detenidos e interrogados como parte de una investigación de Moscú sobre supuestos “crímenes del régimen ucraniano”. Los combatientes de Azovstal a menudo han sido difamados por el gobierno ruso como “neonazis” que odian a Rusia.

Los civiles, entre ellos familiares de los trabajadores de la acería que escaparon de la planta a Zaporizhzhia, controlada por Ucrania, dijeron que estos soldados les salvaron la vida.

El gobierno de Ucrania les dijo a los combatientes que resistían en los túneles de Azovstal que depusieran las armas. Su resistencia ató a las fuerzas rusas durante casi tres meses.

Los logros más importantes de Moscú han sido en el sur de Ucrania, donde ahora ocupan el territorio desde Jersón hasta Energador y Mariúpol, que conecta la “Democracia Popular” de Donetsk con Crimea, ocupada por Rusia.

El presidente ruso, Vladimir Putin, niega que Ucrania sea un país propio. Como otras naciones oprimidas encarceladas en la prisión zarista de naciones, Ucrania estableció su independencia en la década de 1920 después de la revolución bolchevique, cuando florecieron la cultura y el idioma nativos. Pero una vez más fue sometido a servidumbre bajo la contrarrevolución dirigida por José Stalin. Volvió a ganar su independencia tras la desintegración de los regímenes estalinistas en la antigua Unión Soviética en 1991.

Los trabajadores de Ucrania se unieron al levantamiento popular del Maidán que derrocó en 2014 al brutal régimen pro-Moscú de Viktor Yanukovych. Esa rebelión profundizó la confianza de millones de que podían defender la soberanía de su país contra Moscú.

“El deseo de defender su patria… realmente existe y ellos tienen la intención de luchar hasta el final”, dijo Mikhail Khodaryonok, un coronel ruso retirado en el ampliamente visto programa de entrevistas ruso “60 Minutos” el 16 de mayo. “La situación empeorará” para Moscú, advirtió. “Prácticamente el mundo entero está en contra nuestra”.

El hecho de que opiniones como la de Khodaryonok ahora se expresen abiertamente refleja una oposición cada vez mayor hacia el régimen por su conducción de la guerra.

Esto fue subrayado por el fallido cruce del río en el Donbás por las fuerzas rusas el 9 de mayo, programado para coincidir con las celebraciones por Putin del Día de la Victoria en Moscú. Pretendían aislar Severodonetsk, la ciudad más oriental en manos de fuerzas ucranianas.

Pero el fuego de la artillería ucraniana los destruyó. Cientos de tropas rusas y más de 70 tanques y otros vehículos blindados fueron destruidos. Las fuerzas restantes desacataron las órdenes de realizar otro intento.

En respuesta a los reveses rusos, Putin purgó a los principales comandantes del ejército y la marina. Sacó al servicio de inteligencia ruso FSB de Ucrania y lo reemplazó con inteligencia militar.

La brutal guerra de Moscú ha reducido a casi la mitad la economía de Ucrania.

Un ala de los gobernantes norteamericanos ahora está instando a Washington a presionar a Kyiv para que abandone sus planes de nuevos avances y llegue a un acuerdo de paz con Putin bajo términos que le permitan “guardar las apariencias”. Su visión de lo que es mejor para el imperialismo norteamericano —incluida una futura colaboración con Moscú contra Beijing— es más importante para ellos que la soberanía de Ucrania.

Impacto de la guerra en Rusia

Los trabajadores en Rusia están encontrando formas de resistir el impacto de la crisis profundizada por la guerra de Putin y las sanciones de Washington, que golpean más fuerte a los trabajadores. En el complejo de construcción Hemont en Nizhnekamsk, en la región rusa de Tatarstán, propiedad de capitalistas turcos, los trabajadores se declararon en huelga el 5 de marzo. Cientos de trabajadores, traídos por avión desde Turquía, salieron de sus puestos ante la reducción de sus salarios tras la caída del rublo bajo el impacto de las sanciones impuestas por Washington. La huelga terminó después que los patrones acordaron pagarles a un salario más alto.

Algunos rusos están ofreciendo solidaridad a ucranianos que viven en Rusia o en los territorios ocupados por Moscú en Ucrania. Bajo el riesgo de ser interrogados o arrestados, los voluntarios rusos han formado redes para ayudar a miles de ucranianos a salir de Rusia. Ayudan con dinero, transporte, alojan a ucranianos en sus hogares y brindan asesoramiento sobre como obtener visas.

“Es un milagro que salimos”, dijo Bogdan Gonchárov, un ex constructor de Mariúpol, a Reuters. Él, su esposa y su hija de siete años de edad lograron escapar “gracias a los voluntarios”.

A largo plazo, esta es la clave para derrotar la intervención de Moscú: la solidaridad entre los trabajadores de Ucrania y Rusia.