Ricardo Alarcón, uno de los principales dirigentes de la revolución socialista cubana durante décadas, falleció en La Habana el 30 de abril. Tenía 84 años de edad.
Nacido en 1937, Alarcón fue dirigente del Movimiento 26 de Julio en la Universidad de La Habana durante la lucha para derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista la cual contaba con el respaldo de Washington. Tras el triunfo de la revolución en 1959, se desempeñó como presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios. De 1966 a 1978 fue el representante permanente de Cuba ante Naciones Unidas. Fue nombrado vicecanciller en 1978. También fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
En la década de 1980, Alarcón fue el principal negociador de Cuba con el gobierno de Estados Unidos y lideró los esfuerzos de Cuba para llegar a un acuerdo migratorio con Washington en 1984 y 1987. Participó en las conversaciones de 1988 que involucraron a Cuba, Angola, Sudáfrica y Estados Unidos, que llevaron a la retirada de las tropas sudafricanas de Angola y la independencia de Namibia.
Regresó como representante permanente de Cuba ante la ONU de 1989 a 1991 y luego pasó canciller en 1992. En 1993 fue electo miembro de la Asamblea Nacional de Cuba, donde se desempeñó como presidente hasta 2013.
Alarcón jugó un papel clave en la lucha de 16 años para lograr la libertad de los Cinco Cubanos, cubanos que fueron acusados falsamente y encarcelados en Estados Unidos por su trabajo para proteger al pueblo cubano de ataques terroristas lanzados con impunidad desde suelo norteamericano por enemigos cubanos de la revolución.
En ediciones futuras, el Militante reproducirá algunos artículos de Alarcón que han aparecido en nuestras páginas a lo largo de los años.