Desde muy temprano en la mañana los agricultores en Cuba celebraron el 63 aniversario de la Primera Ley de Reforma Agraria con actos políticos y festividades por toda la isla. Promulgada el 17 de mayo de 1959, más que ninguna otra ley, definió el carácter del gobierno de trabajadores y agricultores establecido por el pueblo trabajador cubano cinco meses antes tras derrocar la dictadura de Fulgencio Batista, que contaba con el respaldo de Washington, e intensificó la hostilidad del imperialismo norteamericano hacia la Revolución Cubana.
“La Revolución dignificó para siempre a los hombres y mujeres del campo”, dijo Rafael Santiesteban, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), en el acto central realizado en una cooperativa agrícola de la provincia de Cienfuegos. “Entregó la tierra a sus verdaderos dueños, eliminó definitivamente el desalojo, las injusticias y las condiciones precarias de vida” de millones de campesinos y trabajadores rurales, dijo Santiesteban a los agricultores presentes en el evento, que también conmemoró el 61 aniversario de la fundación de la ANAP en 1961.
La Primera Reforma Agraria nacionalizó millones de hectáreas pertenecientes a las grandes plantaciones de capitalistas extranjeros —sobre todo de Estados Unidos— y cubanos, garantizó el uso de la tierra por quienes la trabajaban y abolió la esclavitud por deudas del capitalismo, en la que vivían los campesinos. Se otorgaron títulos de propiedad a más de 100 mil familias campesinas.
El nuevo gobierno popular realizó otras medidas revolucionarias durante los primeros años de la revolución, “pero bastó aquella Ley [de Reforma Agraria] en favor de los campesinos para movilizar al imperialismo contra nuestro país”, dijo Fidel Castro en 1962, refiriéndose a la profundización de la guerra de clases que abrió la ley.
‘Cruzando el Rubicón’
Era una medida de la que no había vuelta atrás. “La Ley de Reforma Agraria selló el pacto de la alianza reaccionaria con el imperialismo, es decir de los latifundistas y los imperialistas”, explicó Castro. Pero “era también la ley que sellaba el pacto o la alianza de los obreros y los campesinos” cubanos. El abandonar la reforma agraria hubiera significado traicionar los intereses y aspiraciones del pueblo cubano.
La firma de la ley por Fidel Castro en las montañas de la Sierra Maestra fue seguida por un amplio esfuerzo para explicar su importancia y ganar aún mayor apoyo para la alianza entre trabajadores y agricultores que está al centro de la revolución. Esto preparó a la población en su conjunto para combatir a los terratenientes que resistieron la reforma agraria y contaban con la intervención de Washington para detenerla.
Se produjo una agudización de la polarización de clases, con una gran mayoría de los campesinos y trabajadores apoyando la medida, mientras que los grandes latifundistas hicieron todo lo posible para tratar de bloquearla, librando una campaña de sabotaje y terror. Washington respondió organizando una invasión militar mercenaria en abril de 1961 en Playa Girón. El poder de la alianza obrero-campesina y de la revolución socialista que se estaba desarrollando en Cuba quedó demostrada de manera decisiva cuando la invasión fue aplastada por la movilización de las milicias populares y las fuerzas armadas de Cuba en menos de 72 horas.
La dirección revolucionaria llevó a cabo la reforma agraria y una serie de nacionalizaciones de gran alcance de la industria y los servicios públicos. Millones de agricultores, trabajadores y jóvenes participaron en el campo y la ciudad, transformando las relaciones sociales y a ellos mismos. Entendieron que estaban haciendo la primera revolución socialista en las Américas y estaban orgullosos de ello.
Entendieron que este nuevo sistema social fue creado para servir los intereses de los agricultores y trabajadores en lugar de los de los antiguos gobernantes capitalistas, incluido el garantizar la tierra, el crédito asequible y precios que garanticen un ingreso digno para los agricultores.
El Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio bajo el liderazgo de Castro fueron fundamentales para liderar la implementación de la reforma agraria. La medida estuvo acompañada de una serie de movilizaciones masivas que erradicó el analfabetismo; construyó escuelas, viviendas y centros médicos en áreas rurales; y trajeron la electricidad al campo —todo para cerrar la brecha política y cultural entre el pueblo trabajador urbano y el rural.
Defender revolución socialista
“No podía ser otra fecha para dejar constituida la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños”, dijo Santiesteban, “dos años después de la promulgación de la ley, y tras haberle propinado la primera gran derrota al imperialismo en América Latina en las arenas de Playa Girón”.
Desde su creación, la ANAP ha desempeñado un papel central en el trabajo con pequeños agricultores para incorporarlos y movilizarlos en defensa de la revolución. El hecho de que la nacionalización de la tierra ha garantizado que los agricultores en Cuba no puedan perder su tierra mientras la trabajen ha tenido un gran impacto entre los agricultores de Estados Unidos que han aprendido sobre la revolución socialista cubana.
Dieciséis pequeños agricultores y familias agrícolas de Estados Unidos, incluidos algunos que visitaron Cuba y vieron los logros de los agricultores allí enviaron un mensaje a ANAP con motivo del aniversario de la Reforma Agraria (reproducido en esta página).
“Excelente mensaje, nos alegra mucho, y porque retomamos contactos con agricultores en Estados Unidos”, dijo Rilma Roman de ANAP. El mensaje será publicado en la edición de junio de la Revista ANAP. Lo que los gobernantes estadounidenses “más temen es el ejemplo de lo que ustedes han logrado en una lucha unida de los trabajadores y agricultores. ¡Saludamos el ejemplo que ustedes nos dan!” dijeron los agricultores estadounidenses.
En la celebración de Cienfuegos, Santiesteban habló sobre los desafíos que enfrenta el pueblo trabajador en Cuba. Después de dos años de la pandemia de COVID, una crisis económica capitalista mundial cada vez más profunda y el recrudecimiento de la guerra económica de Washington contra el pueblo cubano y su revolución socialista, la producción agrícola y todos los aspectos de la economía de Cuba se han visto afectados. La tarea central de la ANAP es trabajar con las cooperativas de pequeños agricultores en la batalla para aumentar la producción de alimentos y reducir las importaciones difíciles de obtener.