MONTREAL — La Asamblea Nacional de Quebec aprobó el 24 de mayo la Ley 96, que declara el francés como idioma oficial de uso común de la provincia. Bajo el pretexto de combatir la “disminución del uso del francés”, la ley restringe el uso del inglés y de cualquier otro idioma que no sea el francés.
“La Ley 96 pretende dividir a los trabajadores. Nuestros sindicatos deberían combatirla”, dijo Katy LeRougetel, candidata de la Liga Comunista por el distrito de Anjou-Louis-Riel de Montreal en las próximas elecciones a la Asamblea Nacional. Hablaba en programa del Militant Labor Forum aquí el 4 de junio. “Esto es crucial para la unidad de la clase trabajadora en un momento en que los ataques de los patrones se están agudizando ante la creciente crisis de su sistema”.
Según la ley, desde el 1 de junio, el gobierno de Quebec brindará servicios públicos solo en francés, con la excepción parcial en la comunidad de habla inglesa establecida hace mucho tiempo. El inglés es el idioma principal de cerca del 15% de la población y el segundo idioma de muchos inmigrantes que no hablan francés.
Después de seis meses, los inmigrantes recién llegados recibirán servicios sociales solo en francés.
El personal médico no podrá comunicarse con los pacientes o entre ellos en ningún otro idioma que no sea el francés, una medida reprobada por muchos médicos y enfermeras, así como por grupos de inmigrantes, porque atenta contra el acceso a la atención médica.
Inspectores podrán realizar registros sin orden judicial en centros de trabajo y confiscar archivos y computadoras para hacer cumplir la ley.
Limita el acceso a los colegios preuniversitarios públicos (los llamados CEGEP) donde la instrucción es en inglés. En Quebec, solo los niños cuyos padres o hermanos hayan asistido a escuelas de idioma inglés en Canadá pueden asistir a escuelas de habla inglesa. Hasta ahora, muchos jóvenes francoparlantes asistían a las escuelas CEGEP para mejorar su inglés. Este derecho ahora estará restringido.
Además, la Ley 96 agrega tres clases de francés como requisito para graduarse de las CEGEP, encima de las dos que ya necesitan completar. Esto fue denunciado, entre otros, por la Asamblea de Primeras Naciones de Quebec-Labrador y varias otras organizaciones aborígenes.
Muchas comunidades aborígenes hablan inglés y no francés como segunda lengua. El tener que aprender un tercer idioma agregará más obstáculos a la educación de los jóvenes aborígenes, que ya enfrentan altas tasas de deserción escolar.
Impulsada por la gobernante Coalición para el Futuro de Quebec, la Ley 96 sigue la aprobación de la Ley 21 en 2019. En nombre del “secularismo”, esa ley prohíbe que muchos empleados públicos usen símbolos religiosos en el trabajo, especialmente a las mujeres musulmanas, y judíos y sikhs que usan velos, kipas o turbantes.
Un aumento del bilingüismo
Los hablantes nativos de francés constituyen alrededor del 80 por ciento de la población de Quebec. Históricamente, fueron oprimidos y discriminados por los gobernantes canadienses. Esta situación le proporcionó a los patrones un arma para fomentar las divisiones basadas en el lenguaje, lo que les permitió reducir los salarios y las condiciones de una parte de la clase trabajadora, debilitar las luchas de trabajadores para defender nuestros intereses comunes y socavar el movimiento sindical en su conjunto.
Pero estas desigualdades y divisiones se superaron en gran medida a lo largo de cuatro décadas de luchas masivas, incluidas las duras batallas sindicales de las huelgas de la década de 1970 que ganaron el apoyo de los trabajadores y los sindicatos de todo Canadá.
“Al contrario de lo que afirma el gobierno, el francés no está en declive en Quebec”, dijo LeRougetel. “En 2016 más del 94 por ciento de la población podía conversar en francés. Es el idioma más utilizado en el trabajo”.
Lo que está aumentando, explicó, es el bilingüismo francés-inglés. De 1961 a 2016, el porcentaje de personas bilingües en Quebec casi se duplicó, pasando del 26 por ciento al 45 por ciento.
“Es esta creciente unidad de la clase trabajadora lo que la Ley 96 busca revertir”, dijo LeRougetel. “Es una amenaza para los patrones y sus gobiernos mientras tratan de resolver a costa de nosotros la crisis capitalista que se profundiza”.
Dijo que es crucial debatir esto ampliamente en nuestros sindicatos y en la clase trabajadora, y señaló que la mayoría de los dirigentes sindicales apoyan la Ley 96, que socava la unidad que necesitan los trabajadores.
En todas las cuestiones políticas, dijo, los sindicatos deben actuar independientemente de los partidos de los patrones y sus gobiernos y partir de los intereses comunes de los trabajadores. Eso requiere construir nuestro propio partido, basado en los sindicatos, para liderar la lucha para tomar el poder político de manos de los gobernantes capitalistas y establecer un gobierno de trabajadores y agricultores.
El foro lanzó la campaña de LeRougetel para las elecciones que se realizarán el 3 de octubre. La Liga Comunista también postulará a Félix Vincent Ardea en el distrito de Marquette, en el oeste de Montreal.