Esta declaración fue emitida el 29 de febrero por Henry Dennison, un obrero ferroviario afiliado al sindicato SMART-TD y miembro del Partido Socialista de los Trabajadores en Seattle.
El desastroso descarrilamiento ferroviario en East Palestine, Ohio, y el daño continuo que está causando a las vidas, la salud y los medios de subsistencia de los trabajadores, agricultores y dueños de pequeños negocios en toda el área es una demostración clara de por qué los trabajadores debemos usar nuestros sindicatos para luchar por el control sobre la seguridad y todos los aspectos de las operaciones de los ferrocarriles.
Durante muchos años trabajé en las minas de carbón. En el trabajo aprendí de mis hermanos y hermanas en el sindicato de mineros UMWA cómo los mineros se organizaron y lucharon por una medida de control sobre cómo extraíamos el carbón. Porqué teníamos que unirnos todos los días para hacer cumplir las condiciones de seguridad y cómo podíamos unirnos a otros trabajadores en otros sindicatos para fortalecernos mutuamente. Ganamos el derecho a detener la producción cada vez que el sindicato establecía que enfrentábamos condiciones de trabajo inseguras.
Los políticos de los partidos Demócrata y Republicano están utilizando el desastre para su propio beneficio. La administración de Biden dice que introducirá nuevas regulaciones que, según dicen, le darán al gobierno el poder de prevenir más catástrofes como la ocurrida en East Palestine. Pero esto es una trampa. La historia demuestra que las regulaciones solo fortalecen la mano del gobierno, no la de los trabajadores. Los partidos políticos de los gobernantes capitalistas y el gobierno protegen las ganancias y el poder de la clase patronal. Esto se demostró una vez más cuando la administración Biden dirigió al congreso a que prohibiera, con apoyo bipartidista, el derecho a la huelga de los obreros ferroviarios e impuso un contrato que habíamos rechazado el otoño pasado.
En lugar de entregar la regulación de los ferrocarriles al gobierno de los patrones, necesitamos usar nuestros sindicatos para tomar el control de las condiciones en las que trabajamos. Es la única forma que podemos protegernos a nosotros mismos y a todos los que viven a lo largo de las vías.
Necesitamos trenes más cortos. Los trenes de cincuenta vagones con una tripulación de dos en la cabecera y dos en un vagón de cola o locomotora en la parte trasera permitiría que los trabajadores puedan vigilar todo el tren. En East Palestine, esto nos hubiera permitido ver el eje caliente del vagón en el tren 32N y detenerlo, evitando el desastre que ocurrió.
Necesitamos exigir que los patrones ferroviarios dejen de eliminar puestos de trabajo en su afán de aumentar sus ganancias y que contraten de inmediato a más inspectores y reparadores de vagones, mecánicos de locomotoras, tripulaciones y trabajadores de vías, y restaurar las instalaciones de reparación de locomotoras y vagones que han sido cerradas o reducidas de tamaño.
El impulso de los patrones ferroviarios para usar trenes cada vez más largos, menos trabajadores, la programación justo a tiempo y los recortes en el mantenimiento reflejan sus prioridades de clase: las ganancias por encima de cualquier otra preocupación. Esto conducirá a más East Palestines, más Lac-Mégantics. Nuestro interés es la protección de toda la clase trabajadora.
“Mientras sea más rentable limpiar un desastre que prevenirlo”, dijo Jeremy Ferguson, presidente del sindicato SMART-TD, después del descarrilamiento, “estas corporaciones ferroviarias dirigidas por Wall Street seguirán tomando como rehenes a las comunidades como East Palestine, Ohio”.
Necesitamos exigir que se compense a los residentes de East Palestine cuyo sustento y condiciones de vida han sido tan cruelmente alterados por los patrones de Norfolk Southern y funcionarios gubernamentales de todos los niveles. Debemos exigir que reciban cobertura médica de por vida pagada por los ferrocarriles porque puede tardar años para que los químicos que se filtraron y otros producidos en el incendio “controlado” causen enfermedades.
Leyes como la Ley Laboral Ferroviaria —aprobada para fortalecer las manos de los patrones ferroviarios— y las regulaciones que siempre favorecen a los patrones no existen porque la clase trabajadora es débil. Existen porque los gobernantes capitalistas temen a nuestros números y nuestra fuerza potencial.
Necesitamos incrementar el uso de nuestros sindicatos para luchar por nuestros intereses y los intereses de nuestra clase. Para hacerlo, necesitamos construir nuestro propio partido, un partido obrero basado en nuestros sindicatos, para luchar para tomar el poder político en nuestras propias manos.