PITTSBURGH — “Denunciando y apoyando los esfuerzos para que las empresas ferroviarias tomen responsabilidad de lo que pasó en East Palestine”, proclamó el sindicato de conductores ferroviarios SMART-TD en su boletín informativo de la primavera de 2023, “hacemos nuestra parte para evitar que lo que sucedió allí no ocurra de nuevo”. El sindicato se refería al descarrilamiento de 20 vagones de un tren de Norfolk Southern el 3 de febrero en Ohio.
Los patrones de Norfolk Southern y funcionarios del gobierno drenaron y quemaron el contenido de cinco vagones cisterna que transportaban el tóxico cloruro de vinilo, contaminando la tierra, las aguas y el aire del área. Poco después de la incineración, la compañía comenzó a operar trenes de nuevo para recuperar las ganancias perdidas.
La declaración del SMART-TD ha inspirado a trabajadores ferroviarios y a otros sindicatos.
Karl Brendle, miembro del Local 1046 del sindicato de trabajadores del acero USWA en Louisville, Ohio, dijo al corresponsal obrero del Militante Tony Lane: “Sí, solo los sindicatos tienen el poder para hacer los cambios que son necesarios”. Brendle fue parte de una huelga contra Allegheny Technologies Inc. en 2021.
Miembros de dos sindicatos ferroviarios de Lincoln, Nebraska, iniciaron una declaración de solidaridad que fue respaldada por sus locales, el Lodge 1320 del sindicato de trabajadores de mantenimiento BMWE y el Local 0305 de SMART-TD. Los miembros del sindicato ferroviario “valoran la lucha del pueblo trabajador de East Palestine para obtener el control de todas las medidas necesarias para limpiar el área tras el descarrilamiento del 3 de febrero y proteger su salud a largo plazo. Su lucha es nuestra lucha”, dice la declaración.
Le pedirán a sus locales que envíen la declaración a las direcciones nacionales de sus sindicatos y a los consejos sindicales en el área de East Palestine.
A finales de marzo, Félix Martínez, el presidente del Local 70 del sindicato Teamsters en el condado de Alameda, California, Marty Frates, el secretario-tesorero y otros funcionarios del local, respaldaron las demandas de los sindicatos ferroviarios por la acción del gobierno en apoyo de los residentes del área de East Palestine. El Local 70 afilia a los choferes de camiones, transportistas de automóviles y ayudantes.
“Sabemos que este desastre no es un acontecimiento aislado”, escribieron. “Históricamente, la implacable búsqueda de ganancias de las corporaciones de todos los sectores es culpable de que los trabajadores o miembros de la comunidad sean víctimas de desastres industriales”.
Trabajadores en la industria química y petrolera, y las comunidades cercanas a esas plantas, se han enfrentado a desastres similares al descarrilamiento en East Palestine. El 18 de mayo, Mike Smith, el presidente del Programa Nacional de Negociación Petrolera del USWA, denunció la muerte de un miembro del sindicato en un incendio en la refinería de Marathon en Galveston Bay, Texas.
Smith escribió: “Debemos continuar luchando para garantizar que nuestros patrones no se salgan con la suya anteponiendo las ganancias por encima de la seguridad”.
Estas acciones muestran el potencial de los sindicatos para tomar la iniciativa en la lucha en East Palestine y más allá.
La protesta de los residentes de East Palestine y la atención que ha puesto a nivel nacional sobre el afán de ganancias de los patrones, obligó a los patrones de Norfolk Southern a cancelar su decisión de operar los trenes en balasto y suelos contaminados sobre los que se encuentran los rieles. Tuvieron que remover las vías y excavar la tierra contaminada, y pagar por las pruebas del aire, agua y suelo alrededor del lugar del descarrilamiento.
Pero los residentes desconfían enormemente de las medidas que están tomando la empresa y las agencias gubernamentales, y están preocupados de las futuras consecuencias para ellos y sus familias. Muchos están buscando las formas de tener algún control sobre la limpieza y su cuidado médico a largo plazo.
El recién formado Consejo Unitario para el Descarrilamiento del Tren en East Palestine convocó una reunión el 16 de mayo la cual fue muy bien concurrida.
Los organizadores pidieron que levantaran la mano todos los que tuvieran familiares mostrando síntomas de problemas de salud. La mayoría lo hizo.
Las demandas del grupo fueron presentadas por Hillary Flint de Enon Valley, Pensilvania. El descarrilamiento ocurrió en la frontera entre Ohio y Pensilvania y los incendios químicos propagaron la contaminación a ciudades de ambos estados.
Los participantes exigieron que el gobernador de Ohio declare un estado de emergencia para que se puedan asignar más fondos del gobierno; para que los residentes fuera de la artificial “milla” del descarrilamiento que se ha usado como límite, obtengan pruebas gratuitas y ayuda financiera; para que Norfolk Southern pague por la reubicación de familias que se sientan inseguras en sus hogares, ya sea de manera temporal o permanente; para que los residentes elijan y contraten a un científico independiente “para completar las pruebas de aire, agua y tierra” pagado por los patrones; y que Norfolk Southern financie pruebas y tratamientos médicos independientes bajo el control de los residentes.
Muchos expresaron su frustración con las acciones y actitudes de Norfolk Southern y el gobierno.
Linda Murphy, que participa activamente en el grupo y se ha expresado abiertamente desde el descarrilamiento, no pudo asistir a la reunión, pero recibió un informe completo de los que asistieron. “Fue realmente grande, al final la sala estaba llena”, dijo al Militante. “Vinieron más personas que no se habían sentido cómodas de hablar antes y eso ayuda a arrojar luz sobre cuántos todavía están preocupados”.
En relación a las asambleas públicas semanales de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Murphy dijo: “Todo son pretextos y mentiras. Los funcionarios de la EPA quieren darte muchos ‘datos’, pero no quieren que los cuestiones”.