En junio de 1979 la Corte Suprema falló a favor de un convenio negociado entre el Sindicato Unido de Trabajadores del Acero (USWA) y la empresa Kaiser Aluminum. Para mejorar las posibilidades de contratación de los que por mucho tiempo habían sido objeto de discriminación, el convenio establecía una cuota: la mitad de las plazas en un nuevo programa de capacitación laboral se reservaría para negros y mujeres. La corte rechazó los alegatos de los abogados de Brian Weber, un trabajador de la Kaiser en Gramercy, Louisiana, de que había sido excluido ilegalmente del programa de capacitación por ser blanco.
Antes de aprobarse ese convenio, aunque el 39 por ciento de los obreros en la fábrica de Gramercy eran africano-americanos, los trabajadores negros ocupaban apenas 5 de los 273 puestos especializados en la planta, y las mujeres ninguno. Los trabajadores socialistas y otros llevaron a cabo una campaña activa por todo el país con un folleto en inglés El caso Weber: Nueva amenaza a la acción afirmativa; cómo los trabajadores, los negros y las mujeres pueden luchar por la igualdad de derechos y empleos para todos. Costaba 75 centavos.