La administración del presidente Joseph Biden, junto con el Wall Street Journal, está intensificando sus acusaciones infundadas de que el gobierno cubano está colaborando con Beijing para establecer una base de espionaje en Cuba. Tratando de hacerlo aún más siniestro, la Casa Blanca dijo que La Habana podría permitir el estacionamiento de tropas chinas en la isla.
El Journal “reveló” la historia por primera vez el 8 de junio, alegando que el gobierno cubano había llegado a un acuerdo secreto para instalar una “estación de espionaje” china a cambio de “varios miles de millones de dólares”.
El gobierno cubano refutó el reportaje el mismo día. “Todas son falacias promovidas con la pérfida intención de justificar el recrudecimiento sin precedentes del bloqueo, la desestabilización y la agresión contra Cuba y de engañar a la opinión pública de los Estados Unidos y del mundo”, dijo el viceministro cubano Carlos Fernández de Cossío.
¿Cuál fue la respuesta de la Casa Blanca y el Journal? Reiterar sus acusaciones sin fundamento.
Primero cambiaron su historia. La Casa Blanca dijo que el artículo original del Journal era “inexacto” y que la estación de espionaje china ha estado operando en Cuba desde al menos 2019. Luego, fuentes de la Casa Blanca afirmaron que Beijing había “reactivado” cuatro estaciones de espionaje soviéticas en la isla en 2019.
El 20 de junio, el Journal informó que “China y Cuba están negociando para establecer un centro de entrenamiento militar conjunto en la isla, lo que generó alarma en Washington de que podría conducir al estacionamiento de tropas chinas y otras operaciones de seguridad e inteligencia a solo 100 millas de la costa de Florida”.
Al día siguiente, el periódico afirmó: “Funcionarios norteamericanos monitorearon a trabajadores de las empresas de telecomunicaciones chinas Huawei Technologies y ZTE que entraban y salían de las sospechosas instalaciones de espionaje chino en Cuba”. Pero tuvieron que admitir que “ni Huawei ni ZTE” fabrican “las herramientas sofisticadas que los gobiernos usan para espiar”.
¿Cuáles son las fuentes del Journal? “Personas familiarizadas con el asunto”. Anónimos “funcionarios estadounidenses actuales y anteriores”, que supuestamente vieron documentos “altamente clasificados” que ellos describen como “convincentes pero fragmentarios”.
El gobierno de Estados Unidos tiene un largo historial de crear pretextos falsos para justificar acciones hostiles contra la Revolución Cubana. Estos son solo algunos ejemplos:
En 1998, el gobierno norteamericano afirmó que Cuba había instalado laboratorios para desarrollar armas biológicas. Es absolutamente una mentira. Cuba es bien conocida en todo el mundo por su sistema médico y su ayuda desinteresada a los necesitados, incluida una oferta para ayudar a Estados Unidos a responder a los estragos del huracán Katrina en Nueva Orleans.
Washington insistió en que tenía pruebas de los llamados ataques sónicos contra diplomáticos norteamericanos en Cuba —con un “arma” que solo existe en los cuentos de ciencia ficción— y retiró a la mitad del personal de su embajada en La Habana en 2017.
En 2019 Washington afirmó que Cuba tenía 20 mil efectivos de combate en Venezuela. ¿El número real? Cero.
Robert Menéndez, demócrata y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y Michael McCaul, republicano y presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, enviaron una carta conjunta el 22 de junio al Secretario de Estado Antony Blinken y al director de la CIA William Burns. Sin una pizca de evidencia, dijeron que las alegaciones eran “una provocación directa por nuestros adversarios”.
Los gobernantes norteamericanos nunca han perdonado al pueblo cubano por derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista, nacionalizar las empresas norteamericanas y ponerlas bajo el control de los trabajadores, y abrir la primera revolución socialista en las Américas. Nunca han dejado de buscar formas para debilitar —y destruir— la revolución.
Es por eso que han llevado a cabo una guerra económica punitiva contra el pueblo cubano durante más de 60 años bajo cada administración tanto demócrata como republicana.
“Necesitamos seguir denunciando las mentiras del gobierno de Estados Unidos, exigir el fin del embargo de Washington y divulgar el ejemplo que la Revolución Cubana muestra para los trabajadores de todo el mundo”, dijo al Militante Róger Calero, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para el concejo municipal de Nueva York.