Decenas de veteranos del ejército y sus familias protestaron frente a la Fundación de Mártires y Veteranos en Teherán el 8 de julio (arriba), contra los planes del gobierno de recortar sus pensiones y otros beneficios en medio de una agravante crisis económica capitalista. También exigieron que Teherán prosiga en los esfuerzos para lograr indemnización del régimen iraquí por las lesiones sufridas en la invasión respaldada por Washington justo después de la revolución de 1979 que derrocó al sha.
Tasnim, la agencia de noticias del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, negó informes de que la policía había atacado la protesta con gases lacrimógenos y que habían golpeado a los manifestantes, pero dijo que “La posibilidad de que usaron gas pimienta está bajo investigación”.
Decenas de miles de voluntarios iraníes que combatieron en la guerra de 1980 a 1988 padecen de enfermedades crónicas causadas por armas químicas utilizadas por el régimen iraquí de Saddam Hussein.
Muchos veteranos disuaden a sus familiares de inscribirse en la Guardia Revolucionaria —hoy una odiada fuerza represiva contra los trabajadores de Irán— porque no quieren que sirvan como carne de cañón en las aventuras bélicas en el extranjero del régimen burgués-clerical.