Continuidad comunista en lucha contra el antisemitismo

Por Janet Post
20 de noviembre de 2023
V.I. Lenin, líder de Revolución Bolchevique de 1917, usó gramófono para grabar y distribuir ampliamente discursos contra el antisemitismo. Los bolcheviques educaron a trabajadores a ver a los judíos como compañeros, víctimas de la opresión y explotación capitalistas, aliados en lucha para derrocarlas.
V.I. Lenin, líder de Revolución Bolchevique de 1917, usó gramófono para grabar y distribuir ampliamente discursos contra el antisemitismo. Los bolcheviques educaron a trabajadores a ver a los judíos como compañeros, víctimas de la opresión y explotación capitalistas, aliados en lucha para derrocarlas.

Desde que el grupo islamista Hamás, respaldado por Teherán, llevó a cabo su pogromo el 7 de octubre, matando a más de 1,400 judíos, muchos trabajadores están tratando de aprender más sobre la sangrienta historia del odio contra los judíos y su papel bajo el capitalismo.

El Partido Socialista de los Trabajadores remonta su continuidad política revolucionaria a la revolución de 1917 en Rusia y su dirección, el Partido Bolchevique de V.I. Lenin. Un elemento clave de esa continuidad es la incesante lucha contra el antisemitismo emprendida por los bolcheviques.

Pogromo es una palabra rusa que significa masacre organizada y sangrienta de un grupo étnico, en particular contra los judíos.

Los judíos fueron expulsados de manera creciente de Europa occidental en el contexto de la agonía del sistema feudal a medida que las relaciones sociales capitalistas se volvían cada vez más dominantes. Millones de judíos huyeron a Europa del Este y a Rusia. Prohibidos por la reacción zarista de ubicarse en el corazón de Rusia, los gobernantes rusos obligaron a los judíos a residir en lo que se llamó la Zona de Asentamiento a partir de la década de 1790.

Allí enfrentaron explosiones de odio contra los judíos incitadas por los gobernantes zaristas. El término “pogromo” se utilizó por primera vez durante el motín antijudío en la ciudad ucraniana de Odesa en 1821.

A principios del siglo XX, cuando los trabajadores y campesinos en Rusia enfrentaban condiciones extraordinariamente duras bajo el capitalismo que conducirían a la poderosa revolución de 1905, el gobierno zarista y sus aliados grupos monárquicos, organizaron cientos de pogromos contra los judíos.

Durante el “pogromo de la Pascua Judía” el domingo de Pascua de 1903 en Kishinev, 49 judíos fueron asesinados y cientos fueron heridos por bandas con cuchillos y hachas, un número incalculable de mujeres judías fueron violadas y 1,500 casas y tiendas judías fueron saqueadas.

Como parte de estos esfuerzos, la policía secreta zarista falsificó un libro que llamaron Los Protocolos de los Sabios de Sión, que es utilizado por antisemitas asesinos hasta el día de hoy.

Bolcheviques combaten odio a judíos

“Desde sus orígenes en 1903 como una corriente de la clase trabajadora políticamente diferenciada, los bolcheviques habían liderado la lucha en todo el imperio zarista contra los pogromos y la persecución de los judíos”, escribe el líder del Partido Socialista de los Trabajadores, Dave Prince, en su introducción al libro de Pathfinder, La cuestión judía: Una interpretación marxista de Abram Leon.

“Entre los judíos y otros pueblos oprimidos de Rusia y Europa del Este, Lenin y los bolcheviques gozaban de gran estima por su combate intransigente contra la persecución antisemita”. Educaron a los trabajadores para que vieran a los judíos como aliados en la lucha para derrocar la explotación y opresión capitalista.

Esto fue un aspecto crucial de su exitosa lucha para liderar a los trabajadores y agricultores a llevar a cabo una revolución socialista en 1917. “El nuevo gobierno de trabajadores y campesinos en la Rusia soviética establecido por la Revolución de Octubre de 1917 no solo aseguró los derechos políticos de los judíos sino también alentó un renacimiento cultural judío”, explica Prince.

“Lo hizo durante la devastación de una guerra contrarrevolucionaria de tres años de duración librada por los terratenientes y capitalistas derrocados de Rusia, que unieron fuerzas con los ejércitos invasores de catorce potencias imperialistas, desde Londres y París hasta Tokio y Washington”, dice Prince.

Los bolcheviques siguieron luchando contra el antisemitismo para arrebatar esa herramienta reaccionaria de las fuerzas invasoras del imperialismo y sus derrocados aliados rusos. Para llegar al público más amplio, los bolcheviques establecieron un sistema de grabación para crear documentos que se enviaban a los rincones más lejanos del país para que los escucharan los trabajadores. Lenin grabó 16 de ellos.

Uno de los primeros fue “Sobre la de persecución de los judíos con pogromos”, donde explicó: “Los judíos no son los enemigos de los trabajadores. Los enemigos de los trabajadores son los capitalistas de todos los países… Los capitalistas se esfuerzan por sembrar y fomentar el odio entre trabajadores de diferentes religiones, diferentes naciones y diferentes razas…

“Vergüenza para el maldito zarismo que torturó y persiguió a los judíos. Deshonra y enemistad para quien siembra enemistad contra los judíos y el odio contra otras naciones. Larga vida a la confianza fraternal y la alianza de lucha de los trabajadores de todas las naciones en la lucha para derrocar al capital”, dijo Lenin.

“El gobierno liderado por los bolcheviques puso fin a los pogromos asesinos contra los judíos”, dice Prince. “La derrota de la contrarrevolución y el fin de los pogromos al mismo tiempo fue un logro trascendental del Ejército Rojo de los trabajadores bajo el mando de León Trotsky”.

Los bolcheviques lideraron la incorporación de la lucha contra el odio a los judíos y los pogromos en el programa de la Internacional Comunista, fundada en 1919 como un movimiento mundial de partidos revolucionarios.

Después del pogromo de Hamás del 7 de octubre, el Partido Socialista de los Trabajadores hizo campaña por todo el país distribuyendo una declaración de Rachele Fruit, candidata del PST para el Senado de Estados Unidos en 2024 por Florida.

“El Partido Socialista de los Trabajadores es parte de la continuidad en la lucha contra el odio a los judíos que se remonta a Lenin y la Revolución Bolchevique en Rusia”, dijo Fruit. “Los socialistas nunca deberían apoyar ningún crimen contra la humanidad en nombre de la revolución”.