Editorial

El FBI es la policía política de los gobernantes

17 de junio de 2024

A continuación publicamos un extracto de la resolución política adoptada por el Partido Socialista de los Trabajadores en 2022, la cual fue publicada en el libro  Ya superamos el punto más bajo de la resistencia del pueblo trabajador: El Partido Socialista de los Trabajadores mira hacia adelante. Describe la consolidación del FBI como la principal fuerza policial política de los gobernantes capitalistas norteamericanos a finales de los años 30. Actualmente Washington está empeñado en restaurar la reputación del FBI para poder usarlo más eficazmente contra sindicalistas, comunistas o cualquiera que ellos consideren una amenaza para su dominio. Copyright © 2023 por Pathfinder Press. Reproducido con permiso.

En septiembre de 1939 la administración demócrata de Franklin Roosevelt emitió una “Directiva Presidencial” para garantizar “la seguridad interna de nuestro país”. Esta orden ejecutiva inició una transformación del FBI, que hasta ese momento había sido la fuerza policiaca federal responsable de perseguir las infracciones interestatales, el fraude financiero y el crimen organizado; la mayoría de sus agentes eran abogados o contadores. Renació como policía política federal  que actuaba a instancias del presidente, independientemente del partido que ocupara la Casa Blanca. Sus agentes portaban armas como cosa de rutina. Ahora el propósito del FBI sería, ante todo, estabilizar y preservar el estado capitalista, en momentos que los gobernantes norteamericanos aceleraban sus planes para arrastrar al país a la creciente matanza imperialista.

Los “escuadrones rojos”, “escuadrones antibomba” y “unidades antirradicales” —establecidos desde hace muchos años— de la policía a nivel estatal y local, así como los matones a sueldo de los patrones y otras fuerzas privadas de seguridad, ya no eran suficientes para las necesidades globales del capital financiero norteamericano.

Aun bajo condiciones de democracia burguesa, la clase dominante imperialista, cuyo comité ejecutivo radica en Washington, necesita una policía política nacional capaz de actuar en secreto y en gran medida con impunidad…

La orden ejecutiva emitida por Roosevelt en 1939 instruía al FBI a “hacerse cargo” de las investigaciones sobre “espionaje”, “contraespionaje”, “leyes de neutralidad” y —lo que es especialmente importante para la clase trabajadora— “actividades subversivas”, según las denominaba la administración. Este término era ambiguo y elástico, permitiendo incluir el sindicalismo combativo, la acción política obrera independiente y, ante todo, cualquier oposición firme al ingreso de los gobernantes norteamericanos a la segunda guerra mundial imperialista.