Han pasado tres meses desde que las autoridades penitenciarias de la Institución Correccional Jackson en Malone, Florida, prohibieron el número 17 del Militante. El Militante rápidamente apeló la prohibición, y desde entonces se han enviado decenas de cartas al Comité de Revisión de Literatura del Departamento de Correcciones de Florida instándolos a que revoquen la incautación del periódico. Se necesitan más.
El mantenimiento de la prohibición, especialmente durante tan largo tiempo, es una grave violación de los derechos constitucionales de los presos para leer y discutir literatura política de su elección, así como el derecho del Militante a comunicarse con sus lectores tras las rejas.
El Comité de Revisión de Literatura informó al abogado del Militante David Goldstein que celebraría una audiencia el 18 de julio para revisar la incautación. Desde entonces, ni el Militante ni su abogado han recibido información sobre lo que decidieron.
Esto subraya la importancia de seguir instando al Comité de Revisión de Literatura a que revoque la prohibición. Los individuos y organizaciones que ya han enviado cartas pueden solicitar a las autoridades que les informen sobre la situación de este caso.
Las autoridades penitenciarias objetaron que el Militante publicara una foto de Associated Press que había circulado ampliamente y acompañaba a un artículo del Militante que se oponía al odio contra los judíos. La foto muestra el cuerpo de un hombre judío asesinado por Hamás durante su pogromo del 7 de octubre en Israel mientras es paseado por Gaza entre vítores de los partidarios de los matones islamistas.
Las autoridades de la Institución Correccional Jackson escribieron: “La imagen muestra a una persona muerta siendo paseada en una motocicleta; la revista muestra odio hacia una raza específica”.
“Nada podría estar más lejos de la verdad”, dijo el director del Militante, John Studer. “El Militante no muestra odio hacia ninguna raza. Se opone al odio a los judíos y llama a unir a los trabajadores judíos, árabes, inmigrantes y otros trabajadores para defender sus intereses de clase comunes.
“Lo que está en juego”, dijo, “son los derechos de los presos a leer lo que quieran y a formar sus propias opiniones sobre los acontecimientos políticos fuera de los muros de la prisión. Otra cuestión es la libertad de prensa y los derechos del Militante a llegar al creciente número de lectores entre los trabajadores tras las rejas”.
Las autoridades penitenciarias afirman que la foto es “peligrosamente incendiaria” y viola las reglas de la prisión, al alentar “el motín, la insurrección, la rebelión” y “la protesta organizada en las cárceles”.
“Nada en la foto, ni siquiera por sí sola, podría interpretarse como que fomenta o alienta disturbios, insurrecciones, etc.”, escribió Goldstein en su apelación a la prohibición del periódico.
Entre las organizaciones que han enviado cartas pidiendo que se anule la prohibición se encuentran la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Florida y la de todo el país, la Asociación de Prensa de Florida, PEN America, Amnistía Internacional y otras.