“Vamos a salir. El 1 de octubre vamos a salir, ellos no quieren negociar”, dijo Anthony Bailey, un trabajador portuario, a Rachele Fruit, la candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente de Estados Unidos, afuera de la sede del Local 1416 del sindicato de estibadores ILA en Miami el 11 de agosto.
Unos 45 mil trabajadores portuarios desde Maine hasta Texas se están preparando para salir en huelga si no se firma un contrato nuevo a finales de septiembre. Detener la automatización y la defensa de sus trabajos es una cuestión clave para el sindicato, además de conseguir un aumento salarial para cubrir los aumentos de los precios.
Bailey obtuvo dos ejemplares del Militante y un volante de la campaña para compartirlos con un amigo.
“Ya era hora de que renovara mi suscripción al Militante”, dijo a Fruit Sean Carter, otro trabajador portuario. También compró una copia de ¿Son ricos porque son inteligentes? Clase, privilegio y aprendizaje en el capitalismo, del secretario nacional del PST, Jack Barnes, después de que Fruit le dijo: “Este libro trata de la capa social meritocrática de la clase media alta, a la cual el Partido Demócrata representa cada vez más”.
En una conversación con Louis McKinnon, Fruit señaló la forma en que su campaña y el Militante forjan solidaridad para las luchas sindicales.
“Puedo ver que ni a los demócratas ni a los republicanos les importan los trabajadores”, dijo McKinnon. Junto con una suscripción al Militante, obtuvo Ya superamos el punto más bajo de la resistencia del pueblo trabajador: El Partido Socialista de los Trabajadores mira hacia adelante; ¿Son ricos porque son inteligentes? y La lucha contra el odio antijudío y los pogromos en la época imperialista: Lo que está en juego para la clase trabajadora internacional. “Siempre me gusta leer a Malcolm X”, dijo, y también obtuvo Habla Malcolm X.
Fruit y su compañero de fórmula, el candidato a vicepresidente del PST, Dennis Richter, junto con los candidatos locales del partido en 11 estados y Washington, son la alternativa de la clase trabajadora a los demócratas y republicanos.
La campaña del PST lucha por un programa de obras públicas financiado por el gobierno para crear empleos a escala sindical en la construcción de viviendas, guarderías, hospitales y otras cosas que los trabajadores necesitan.
Los candidatos del PST apoyan las demandas sindicales por la inclusión de cláusulas que aumenten los salarios para compensar por el aumento del costo de vida y apoyan las pensiones y los programas sociales como el Seguro Social, para compensar contra el flagelo de los precios elevados. Llaman al establecimiento de una semana laboral de 30 horas con 40 horas de pago para evitar despidos y aumentar los puestos de trabajo disponibles.
Los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores defienden la independencia de Ucrania y exigen que Moscú se retire ya. Piden a los sindicatos que emprendan la lucha contra el odio antijudío y defiendan el derecho de Israel a existir como refugio para los judíos.
“La única manera de luchar y ganar eficazmente estas demandas”, dice Fruit, “requiere que los trabajadores rompan con los partidos de los patrones y construyan un partido obrero. Un partido que sirva para organizar y movilizar a millones de trabajadores, sindicalizados y no sindicalizados, en el camino hacia la toma del poder político”.
Respalde la campaña del PST
“Apoyo la campaña de Rachele Fruit, la candidata presidencial del PST que habla en nombre de los trabajadores de aquí y de otros países”, le dijo Jerome Crawford, miembro del Local 111 del sindicato de panaderos BCTGM en la planta de Bimbo en Grand Prairie, Texas, a su compañera de trabajo Hilda Cuzco. “No creo que los dictadores deberían invadir países vecinos para apropiarse de tierras como en Ucrania”.
Crawford es una de las 11 personas que han firmado tarjetas de respaldo a la campaña del PST en la planta. “Creo que todos los empleos deberían tener salarios y beneficios respetables, además de condiciones más seguras”, dijo. “Para lograrlo, los trabajadores necesitamos un partido propio”.
Un camionero de Arlington, Texas, también firmo tarjeta de apoyo de la campaña. David Murlith, originario de Kenia, dijo a los partidarios de la campaña en una parada de camiones que pensaba que tanto los republicanos como los demócratas están a favor de los ricos, y estuvo de acuerdo con la necesidad de establecer un partido obrero y de una amnistía para todos los inmigrantes en Estados Unidos.