Porqué debe respaldar y unirse a la campaña del PST
Rachele Fruit, la candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente de Estados Unidos, y su compañero de fórmula Dennis Richter hablan a favor de la histórica línea de marcha de la clase trabajadora, explicando que los trabajadores debemos confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades para cambiar fundamentalmente las condiciones que enfrentamos.
En marcado contraste, Donald Trump y Kamala Harris dicen que los trabajadores deben elegir a uno de ellos y depender de él o de ella, junto con los dos partidos políticos que han servido a la clase capitalista dominante durante décadas.
Millones de trabajadores sienten que hay algo profundamente mal en un sistema social que ha llevado a la caída de la esperanza de vida, la inseguridad sobre el futuro y la caída de las tasas de natalidad, la ampliación de la desigualdad de clases, la locura de los valores “woke”, la inestabilidad mundial y la amenaza de más guerras más mortales. Quieren discutir sobre la causa fundamental de las crisis que enfrentamos hoy y cuál es el camino a seguir.
• Los candidatos del PST explican que todas las luchas de la clase trabajadora son una lucha política: clase contra clase. Para enfrentar la crisis actual necesitamos romper con los partidos de los patrones y construir nuestro propio partido, un partido obrero. Este partido trabajará para fortalecer todas las luchas sindicales, para unir a todos los trabajadores, sindicalizados o no, y atraer a todos los explotados y oprimidos por el capital para luchar por nuestros intereses comunes.
• Los candidatos del PST dicen que a través de nuestras luchas la clase trabajadora puede construir el liderazgo que necesitamos y merecemos y así enfrentar a la clase dominante más poderosa de la historia. Los trabajadores podemos tomar el poder político en nuestras propias manos y unirnos a los trabajadores de todo el mundo en la lucha por construir un mundo mejor.
Esta perspectiva de lucha de clases recibe atención hoy porque los trabajadores han visto a cientos de miles de personas como ellos utilizar a los sindicatos en huelgas y luchas contractuales, ganando solidaridad, logrando avances contra los patrones y ganando confianza en ellos mismos y conciencia de clase.
La campaña del PST ofrece a los trabajadores la oportunidad de hacer campaña por lo que uno está a favor, y no simplemente en contra de lo que uno se opone. ¡Únase a nosotros! ¡Respalde la campaña de Rachele Fruit para presidente! Presente la campaña a sus amigos, familiares y compañeros de trabajo.
Ambos partidos de los patrones han tomado medidas para estabilizarse y presentar una imagen más unida y con más confianza en si mismos. Donald Trump ha unido a los republicanos, afirmando que él y su compañero de fórmula J.D. Vance pueden liderar un partido que defienda a los trabajadores.
Con la bendición de Barack Obama, Kamala Harris y Tim Walz afirman ser el “partido unificado y feliz”. No mencionan el historial de la administración Biden, sino que se presentan a sí mismos como los candidatos del “cambio”, tal como lo hizo Obama.
La columnista del Washington Post, Jennifer Rubin, ferviente admiradora de la fórmula del Partido Demócrata, habló efusivamente de su potencial para ganar apoyo fuera de las metrópolis urbanas liberales. “Los votantes MAGA seguramente viven allí”, dijo, “pero allí también viven los norteamericanos multirraciales con educación universitaria de todas las edades, orientaciones e ideales”. Esto apunta a lo que es cada vez más la base social de su partido, dominada por la “meritocracia ilustrada” de clase media alta, que cuenta con millones de personas.
Cuando Walz pronunció su primer discurso de campaña en Filadelfia el 6 de agosto, no mencionó la crisis económica que enfrentan los trabajadores, sino que se centró en el control de las armas de fuego, la deuda estudiantil, el medio ambiente, los privilegios, la libertad reproductiva y los ataques a Donald Trump que fueron seguidos por cánticos del público de “¡Enciérrenlo!”
Harris y Walz señalan la carrera de Harris como fiscal y luego como fiscal general de California como una gran muestra de fortaleza. Pero muchos trabajadores tienen experiencias con el sistema de “justicia” capitalista y no consideran como héroes a las personas que lo dirigen.
La euforia de “enciérrenlo” refleja el impulso de años de los demócratas para asestar golpes a los derechos constitucionales en su ansia de poner a Trump tras las rejas y arruinar a su familia. El Partido Socialista de los Trabajadores afirma que la defensa de estos derechos, conquistados a lo largo de siglos de batallas políticas, es uno de los temas centrales de la lucha de clases actual.
Trump no ofrece una alternativa
Trump dice que habla en nombre de los intereses de la clase trabajadora, pero argumenta que la manera de crear empleos es fortaleciendo a los patrones. Y dice que el mayor obstáculo para el empleo de los “americanos” son los trabajadores inmigrantes. Esto es falso y sólo sirve para profundizar las divisiones entre los trabajadores y debilitar nuestra clase y nuestros sindicatos.
Trump dijo en una rueda de prensa el 8 de agosto que “estamos muy cerca de una guerra mundial” y Biden y Harris “no saben cómo manejar la situación”. La plataforma de Trump aboga por “la paz a través de la fuerza” y garantizar que el ejército norteamericano sea “el más fuerte y poderoso del mundo”.
La amenaza de guerras más amplias en medio de los conflictos actuales en todo el mundo es real. Pero los gobernantes de Estados Unidos no son un baluarte contra la guerra, son actores centrales en los conflictos entre las potencias imperialistas, y actúan para fortalecer y utilizar su poder militar para defender los mercados, las ganancias y las esferas de interés de los capitalistas contra todos sus rivales.
Los demócratas y republicanos tienen diferencias sobre la política exterior, pero una y otra vez se unieron para perpetrar intervenciones en el extranjero: en Corea, Vietnam, Iraq, Afganistán y más.
La clase trabajadora necesita nuestra propia política exterior, basada en nuestros intereses comunes aquí y en todo el mundo. El camino para poner fin a la marcha de Washington hacia una tercera guerra mundial es crear partidos capaces de liderar a los trabajadores para reemplazar el dominio despiadado capitalista por un gobierno de trabajadores.
Clave para esta perspectiva hoy en día es la lucha contra el odio antijudío.
“El Partido Socialista de los Trabajadores es parte de la continuidad de la lucha contra el odio antijudío que se remonta a Lenin y la Revolución Bolchevique en Rusia. Los socialistas nunca deben apoyar ningún crimen contra la humanidad en nombre de la revolución”, dijo Rachele Fruit a la prensa tres días después del pogromo asesino de Hamás que dejó más de 1,200 judíos muertos allí.
“Los trabajadores no pueden confiar en las democracias imperialistas para proteger a los judíos”, dijo. “Washington y Londres cerraron la puerta a la inmigración judía antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Ese hecho, y la traición de las oportunidades revolucionarias por parte de los estalinistas en Moscú y otros lugares, condujeron a la ‘Solución Final’ de Hitler.
“Por eso Israel tenía que ser y tiene que ser un refugio para los judíos”.
La campaña del Partido Socialista de los Trabajadores busca ganar más personas que respalden la campaña de Fruit-Richter. Están mirando más allá de las elecciones de noviembre, hacia la construcción de un poderoso partido de la clase trabajadora que pueda acabar con la explotación y la opresión capitalistas de una vez por todas. ¡Este es un movimiento en el que hay que participar! Comuníquese con la oficina de campaña más cercana.