Golpes de Israel a ‘eje de resistencia’ abren espacio para trabajadores

Por Seth Galinsky
3 de febrero de 2025
Caricatura antisemita publicada por agencia iraní Tasnim cita a líder supremo Ali Jamenei, diciendo que la idea de que la “resistencia” ha sido derrotada es com-pletamente erronea. “El que será erradicado es Israel”, dijo.
Caricatura antisemita publicada por agencia iraní Tasnim cita a líder supremo Ali Jamenei, diciendo que la idea de que la “resistencia” ha sido derrotada es com-pletamente erronea. “El que será erradicado es Israel”, dijo.

El derrocamiento del dictador sirio Bashar al-Asad, acelerado por los golpes de Israel a Hamás en Gaza y a Hezbolá en Líbano, ha asestado golpes al reaccionario régimen capitalista de Irán y a sus aliados en la región.

Unos de los resultados es el acuerdo de un alto el fuego de 42 días entre Israel y Hamás. Tres rehenes israelíes en manos de Hamás fueron liberados el 19 de enero.

Las victorias de Israel han ayudado a ampliar el espacio para que el pueblo trabajador en la región se organice en defensa de sus propios intereses.

El líder supremo iraní, Alí Jamenei, afirmó a mediados de diciembre que la idea de que la “resistencia” de Teherán ha sido derrotada es errónea y que “el que será erradicado es Israel”.

Para dejar bien claro que el odio antijudío y la erradicación de Israel son fundamentales para el régimen iraní, su agencia de noticias Tasnim publicó una caricatura con la cita de Jamenei, que muestra una mano gigante arrancando hierbas con cabezas de serpiente de un mapa de Israel y las reemplaza con una bandera palestina. Las cabezas de serpiente tienen estrellas de David.

A pesar de las declaraciones de Jamenei, dos generales del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica han sido ampliamente citados en la prensa oficial describiendo la profundidad de los golpes infligidos contra Teherán.

“Perdimos Siria, sufrimos una muy mala derrota”, dijo a fines de diciembre el general de brigada Behrouz Esbati, quien lideró las fuerzas iraníes en Siria durante años, refiriéndose al derrocamiento de al-Asad.

El dominio de al-Asad fue desafiado en una sangrienta guerra civil después de que aplastó brutalmente las masivas protestas ocurridas en 2011. Se mantuvo en el poder con el apoyo militar de Teherán y Hezbolá y los ataques aéreos de Moscú contra sus oponentes.

Esbati admitió que el gobierno de al-Asad era “un puñado de individuos corruptos, depravados”, “alienados” del pueblo, aunque no dijo ni una palabra sobre las decenas de miles de personas que fueron torturadas y asesinadas por la dictadura.

Cuando las fuerzas rebeldes suníes-islamistas avanzaron hacia Damasco, las fuerzas iraníes y de Hezbolá que quedaban en el país se retiraron apresuradamente. “La carretera de Damasco a Beirut estaba llena de vehículos militares destruidos, incluidos tanques y lanzacohetes móviles”, informó el Wall Street Journal. Israel destruyó posteriormente una gran cantidad del equipo militar aunque parte de este fue capturado por los rebeldes.

General: ‘no podemos atacar Israel’

El régimen iraní ha amenazado repetidamente con “arrasar a Tel Aviv y Haifa” y el año pasado lanzó dos bombardeos de misiles contra Israel en represalia por los ataques israelíes que mataron a líderes del “eje de la resistencia” de Teherán. Pero hoy, dijo Esbati, el régimen iraní ya no tiene la capacidad de atacar a Israel. Un ataque israelí destruyó las principales piezas de los sistemas de defensa aérea de Irán en octubre.

Las derrotas del régimen están teniendo un impacto en la moral de la fuerza paramilitar Basij. Esta ha sido una pieza clave en los intentos del régimen de reprimir las protestas antigubernamentales.

El general de brigada Hassan Hassanzadeh, comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en Teherán, dijo que el ejercicio organizado por el Basij el 10 de enero no contó con la asistencia esperada, a pesar de la habitual distribución de comida gratuita a todos los participantes y los “paquetes de regalos de boda” para los que estaban a punto de casarse. Muchos “se negaron a participar”, dijo Hassanzadeh, y agregó que “esta es una tendencia que hemos visto aumentar desde los acontecimientos en Siria”.

Mientras tanto, la crisis económica capitalista que golpea a los trabajadores en Irán se está agravando. Los trabajadores dicen que el salario mínimo sólo cubre el 25% de los gastos mensuales. “No podemos permitirnos comprar carne o pollo”, dijo un trabajador de una fábrica de aceite vegetal en la provincia de Kerman a la Agencia de Noticias del Trabajo de Irán. Hay frecuentes protestas de trabajadores petroleros, enfermeras y otros, así como protestas semanales en las cárceles contra la pena de muerte.

En las protestas semanales de jubilados en Ahvaz el 12 de enero, los manifestantes corearon “Basta de belicismo, nuestra mesa está vacía”, “El enemigo está aquí, no en Estados Unidos” y “Olvídate del hiyab, hagan algo sobre la inflación”, en referencia a los intentos del régimen de imponer su reaccionario código de vestimenta a las mujeres.

Sacudida en Líbano

Las derrotas asestadas a Teherán y Hezbolá también están sacudiendo al gobierno libanés. Por más de dos años, el parlamento no ha podido ponerse de acuerdo para elegir a un nuevo presidente. Según un acuerdo de hace décadas, el primer ministro debe ser un musulmán suní, el presidente un cristiano y el presidente del parlamento un chiíta. Hezbolá, que está mejor armado que el ejército libanés, dominaba el país y a menudo era capaz de imponer su voluntad.

Pero tras las derrotas que le infligió Israel, Hezbolá retiró a su candidato favorito y aceptó a regañadientes la elección del general Joseph Aoun, el primer presidente que asume el cargo desde 1990 sin la aprobación previa de Teherán o del derrocado régimen de al-Asad. Los gobiernos de Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel aplaudieron la elección de Aoun.

Alto el fuego

Los golpes asestados a Teherán, Hamás y Hezbolá obligaron a Hamás a volver a la mesa de negociaciones con Israel.

En la primera fase del cese el fuego, Hamás liberaría a 33 rehenes, en grupos, empezando por mujeres y niños, a cambio de unos mil palestinos condenados o acusados por Israel de actos terroristas y la retirada de algunos soldados israelíes de algunas partes de Gaza. La segunda fase incluiría más conversaciones sobre nuevas retiradas de las Fuerzas de Defensa de Israel, mientras que Hamás liberaría a los rehenes que quedan vivos a cambio de más prisioneros.

El plan de alto el fuego pone de relieve las oportunidades y los retos venideros en la lucha para defender el derecho de Israel a existir como refugio para los judíos y para impedir que Hamás y Teherán cometan más pogromos.

Los trabajadores —judíos, árabes, musulmanes, kurdos, azerbaiyanos, persas y otros— desde Israel hasta Siria y otras partes pueden aprovechar los golpes a Hamás, Hezbolá y Teherán, así como la caída de al-Asad, para encontrar formas de unirse para impulsar sus aspiraciones nacionales y sus intereses de clase.