Las inestables cesaciones del fuego entre Israel y Hamás y Hezbolá, no resuelven el principal desafío que enfrenta el pueblo de Israel. Aunque debilitados por los golpes asestados por Israel en el último año, Teherán, Hamás y Hezbolá están trabajando para recobrar sus esfuerzos para destruir a Israel y eliminar a los judíos.
Tanto la saliente administración de Joseph Biden como la entrante administración de Donald Trump presionaron al gobierno israelí para que aceptara el acuerdo de cese el fuego de tres etapas con Hamás iniciado el 19 de enero.
Hamás está utilizando el cese el fuego para rescatar su brutal régimen dictatorial en Gaza, reconstruir sus maltrechas fuerzas y su liderazgo y comenzar a preparar su próximo pogromo. Hamás sigue siendo fiel a sus raíces entre las fuerzas que colaboraron con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial para extender el Holocausto al Medio Oriente. Hamás sigue fiel a los objetivos de su carta fundacional de 1988: matar a los judíos y eliminar a Israel como un refugio para los judíos.
Las tropas israelíes permanecerán en el sur de Líbano al menos hasta el 18 de febrero, tres semanas después del plazo original de 60 días establecido para su retirada en otro tambaleante acuerdo de alto el fuego. El gobierno israelí explica que Hezbolá y el ejército libanés no han cumplido con el acuerdo de retirar todas las fuerzas de Hezbolá del sur y destruir sus armas allí.

Y el reaccionario régimen burgués de Teherán conserva la capacidad de seguir adelante con su programa de producción de armas nucleares.
Hamás utilizó la liberación el 25 de enero de Daniella Gilboa, Liri Albag, Naama Levy y Karina Ariev para impulsar sus objetivos. Cuando Hamás atacó el 7 de octubre de 2023, las cuatro mujeres israelíes desarmadas que servían de vigilantes para el ejército habían estado estacionadas a lo largo de la frontera con Gaza.
El video de Levy, ensangrentada, siendo jalada del pelo y obligada a subir a un vehículo de Hamás en Gaza fue visto en todo el mundo. Es una de las fotos de la portada de La lucha contra el odio antijudío y los pogromos en la época imperialista: Lo que está en juego para la clase trabajadora internacional, publicado por Pathfinder.
Antes de liberarlas, Hamás obligó a las cuatro mujeres a vestir uniformes militares falsos y las colocó delante de un cartel que celebraba la “Inundación de Al Aqsa” (el nombre que Hamás dio al pogromo del 7 de octubre), rodeadas de miembros armados y enmascarados de Hamás y la Yihad Islámica.
Su objetivo era reafirmar su intención de realizar más pogromos, así como promover el mito de que las 250 personas secuestradas por Hamás el 7 de octubre eran prisioneros de guerra que han sido tratados bien. En realidad, la gran mayoría de las 1,200 personas asesinadas por Hamás, los rehenes que tomó y las mujeres que violó y mutiló ese día eran civiles.
Hamás: Obstáculo para palestinos
En cuanto comenzó el alto el fuego, los matones de Hamás salieron de sus escondites, tomaron sus armas, desfilaron por Gaza y comenzaron a escoltar abiertamente los convoyes de ayuda. Aunque fueron debilitados, aun no hay una alternativa organizada al dominio de Hamás. Se presentan como defensores de los derechos nacionales de los palestinos. Pero en realidad, Hamás es el mayor obstáculo que enfrentan los trabajadores y agricultores palestinos para poder ganar esos derechos.
El 23 de enero los escuadrones de la muerte de Hamás ejecutaron a 11 residentes de Gaza y dispararon a los pies de otros 17, diciendo que eran “traidores”. Su verdadero propósito era advertir a cualquier palestino que se atreva a desafiar el curso reaccionario de Hamás.
Esto no es nada nuevo. Hamás tomó control del gobierno en Gaza en 2006, después de ganar las elecciones con una estrecha mayoría, y luego aplastó a toda la oposición en sangrientos combates.
Durante el pogromo antijudío el 7 de octubre, los escuadrones de la muerte de Hamás también mataron a decenas de ciudadanos árabes de Israel y trabajadores inmigrantes de Tailandia, Filipinas y otros países. Entre los muertos estaban Osama Abu Madiam y su prima, Ghaliya Abu Madiam, que estaban trabajando en una granja cerca de Gaza. Ghaliya llevaba puesto su velo musulmán en la cabeza y Osama le gritó a los atacantes que eran árabes. “Ustedes son más judíos que un judío”, gritó uno de los matones antes de abatirlos a tiros y herir al hijo de Osama de 5 años de edad, que sobrevivió.
Se avecina un enfrentamiento
Al final de la segunda etapa del alto el fuego, cuyos términos todavía se están negociando, se supone que todos los rehenes que siguen vivos serán liberados a cambio de que Israel libere a cientos de residentes de Gaza y palestinos encarcelados bajo acusaciones de terrorismo. Muchos son terroristas experimentados que volverán a sumarse a la guerra contra los judíos.
Desde el principio, Hamás se ha comprometido a destruir a Israel. La existencia de Israel se hizo inevitable después de la Segunda Guerra Mundial. Antes, durante y después de la matanza genocida de 6 millones de judíos por parte de los nazis, Londres y Washington cerraron sus fronteras a los refugiados judíos.
Al mismo tiempo, las oportunidades para extender la revolución socialista en Europa fueron traicionadas por el régimen estalinista de Moscú y los partidos que éste controlaba. Se perdieron oportunidades reales para que los trabajadores tomaran el poder y trazaran un camino para acabar con el odio a los judíos.
Los judíos no tenían adónde ir. Esa historia es fundamental para entender por qué Israel existe como refugio para los judíos hoy en día.
El jefe del ejército israelí renunciará
El jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, el teniente general Herzi Halevi, anunció el 21 de enero que renunciará el 6 de marzo. “En la mañana del 7 de octubre, bajo mi mando, las Fuerzas de Defensa de Israel fracasaron en su misión de proteger a los ciudadanos de Israel”, escribió Halevi, admitiendo “mi responsabilidad por este terrible fracaso”.
En realidad, su carta es un encubrimiento. No dice ni una palabra sobre la decisión consciente de los dirigentes de las Fuerzas de Defensa de Israel y del Shin Bet de ocultar del primer ministro Benjamin Netanyahu durante más de un año información sobre las crecientes señales de que Hamás estaba planeando un gran ataque. Ocultaron un documento de Hamás de 40 páginas descubierto en 2022, en el que se describían los planes detallados para el ataque. En los meses previos al 7 de octubre, observadores de las Fuerzas de Defensa de Israel como Gilboa, Albag, Levy y Ariev habían sonado la alarma sobre la actividad inusual de las fuerzas de Hamás. Los altos mandos lo ignoraron.
El 7 de octubre, ante la evidencia de que un ataque era inminente, Halevi, junto con otros oficiales del ejército y policía, decidieron no despertar e informar a Netanyahu.
Temían, con razón, que Netanyahu ordenara un ataque de gran escala contra Hamás. Estos oficiales son parte de la meritocracia de clase media dentro de Israel que mira hacia los gobernantes capitalistas de Estados Unidos. Pero para la clase gobernante capitalista de Estados Unidos, los judíos son prescindibles. El objetivo de Washington es impulsar los intereses económicos, militares y políticos de Estados Unidos en la región.
La administración Biden se opuso a que las tropas israelíes entraran en Rafah para atacar a Hamás, se opuso a los ataques israelíes contra Hezbolá en Líbano y exigió que Israel no atacara los sitios nucleares en Irán. La alta dirección de las Fuerzas de Defensa de Israel hizo eco de las racionalizaciones de la administración Biden de que Israel debía poner fin a la guerra sin haber desmantelado a Hamás.
Pero ésta es una guerra para derrotar los esfuerzos de Hamás, Hezbolá y Teherán para llevar a cabo otro Holocausto.
Netanyahu entiende que si Israel no está dispuesto a actuar solo, podría haber un mundo sin Israel.
Las batallas decisivas están por venir.