Las crueles ceremonias coreografiadas por Hamás durante la liberación de los rehenes —en las que son obligados a agradecer a sus captores por el “buen trato” que han recibido tras haber sido torturados y privados de alimento durante más de un año— muestran el carácter antijudío y antiobrero de este grupo estilo nazi.
El 20 de febrero Hamás entregó a la Cruz Roja los cuerpos de Shiri Bibas y sus dos hijos (Kfir, de menos de nueve meses cuando lo secuestraron, y Ariel, de solo cuatro años) y Oded Lifshitz, de 83 años de edad, después de exhibir sus ataúdes en un escenario.
Dos días después Hamás liberó a seis rehenes vivos, entre ellos Avera Mengistu, un judío israelí de ascendencia etíope, y Hisham al-Sayed, un ciudadano árabe beduino de Israel, que fueron mantenidos en cautiverio en Gaza durante más de 10 años. Los otros cuatro fueron secuestrados el 7 de octubre de 2023 durante el pogromo liderado por Hamás que asesinó a 1,200 personas en Israel.
La familia Bibas y Lifshitz fueron secuestrados del Kibutz Nir Oz. Hamás afirmó que la madre y los dos hijos murieron como resultado de un bombardeo israelí en Gaza en noviembre de 2023. Pero el examen forense realizado por las Fuerzas de Defensa de Israel mostró que los matones antijudíos estrangularon a los dos niños con “sus manos desnudas” y también asesinaron a Shiri Bibas.
Lifshitz, era un conocido activista por la paz y defensor de los derechos palestinos por décadas. Durante varios años manejó todas las semanas hasta el cruce Erez en la frontera entre Gaza e Israel para recoger a palestinos enfermos y llevarlos a hospitales israelíes.
Recibió un balazo en el brazo el 7 de octubre mientras sostenía la manija de su cuarto de refugio, cuando los matones terroristas atacaron y fue mantenido en cautiverio en Gaza por la Yihad Islámica.
Hamás: matar judíos, destruir Israel
¿Por qué dispararon contra un hombre conocido por su defensa de los derechos palestinos y lo mantuvieron secuestrado? Porque el objetivo de este grupo estilo nazi es matar a todos los judíos o expulsarlos de la región, suprimir cualquier posibilidad de solidaridad entre judíos y árabes y destruir Israel.
Eso también explica el trato cruel a Mengistu y al-Sayed. Ambos hombres padecen trastornos mentales y fueron capturados por Hamás cuando entraron a Gaza por error.
Las fotos de la última entrega de rehenes publicadas en los sitios de internet de Hamás —que muestran a cientos, no miles, de participantes— expresan el hecho de que el apoyo a Hamás no es tan fuerte como lo que ellos dicen ser.
“La población de la Franja de Gaza que apoyó el asesinato, la violación y la quema de nuestros hermanos y hermanas, y que todavía apoya a los asesinos de Hamás y sus metas, ha perdido el derecho a permanecer allí”, dijo el diario Israel Hayom el 20 de febrero.
Eso da crédito a las falsas pretensiones de Hamás de que habla y actúa en nombre de todos los palestinos de Gaza. De hecho, el grupo burgués reaccionario ganó por un estrecho margen las elecciones de 2006, después de que Israel retiró a sus ciudadanos y soldados de allí y entregó el territorio al gobierno de la Autoridad Palestina. Luego, Hamás aplastó a toda la oposición en sangrientos combates e instauró una dictadura brutal.
¿Es popular Hamás en Gaza?
Hamás rompió huelgas de sindicatos, restringió los derechos de las mujeres y, con la complicidad y financiación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA), impuso un sistema escolar que adoctrinaba a los niños en el odio a los judíos.
A pesar de eso, los residentes de Gaza encontraron formas de protestar contra Hamás antes y después del 7 de octubre.
El canal de noticias israelí I24 TV News transmitió el 19 de febrero una entrevista con Khaled, un palestino que vive en Gaza y que habla por muchos en contra de Hamás. Mostraron su rostro borroso y distorsionaron su voz para evitar represalias de Hamás.
La mayoría de los habitantes de Gaza “no quieren un régimen islamista radical y opresivo que aterroriza a los residentes en nombre de Dios”, dijo. Muchos añoran a regresar a como era antes del 7 de octubre de 2023, cuando miles de habitantes de Gaza trabajaban en Israel y frecuentemente desarrollaban relaciones con sus compañeros de trabajo israelíes.
“Hamás aterroriza a cualquiera que se le oponga abiertamente, o que exprese su oposición en las redes sociales o simplemente en la calle”, afirmó.
Según Khaled, la base de apoyo de Hamás son sus 30 mil o 40 mil “agentes” y un número similar de agentes gubernamentales, de una población de más de 2 millones.
Eso no significa que la mayoría de los palestinos de Gaza comprenden lo que está en juego en la lucha contra el odio a los judíos y los pogromos y el peligro que implican para los trabajadores de todo el Medio Oriente.
Pero si Israel logra desmantelar a Hamás y sus estructuras, eliminaría el principal obstáculo para que los trabajadores de Gaza, Israel y otros lugares —judíos, musulmanes, cristianos, árabes, drusos y más— encuentren formas de trabajar juntos.
“Es necesario que haya diálogo entre las personas”, afirmó Khaled.