LONDRES — “Las celebraciones del Día de la Victoria en Europa, que marca el fin de la segunda guerra imperialista mundial allí”, no son sobre la historia, dijo Catharina Tirsén, dirigente de la Liga Comunista, en un programa del Militant Labor Forum celebrado aquí el 10 de mayo, titulado “Los Cañonazos Iniciales de la Tercera Guerra Mundial”.
“Son sobre el presente y el futuro”, afirmó. “No son sobre la paz, sino sobre los preparativos para la guerra”.
La reunión coincidió con eventos patrocinados por los gobiernos para conmemorar los 80 años de la victoria de los gobernantes capitalistas de Washington y Londres, aliados con el régimen de José Stalin en Moscú, contra sus rivales en Berlín, que puso fin a la masacre imperialista en Europa.
Estas celebraciones tienen como fin atar a los trabajadores con la clase dominante británica, dijo Tirsén, con el primer ministro laborista, Keir Starmer, calificando el resultado de la guerra como “la mayor victoria en la historia de esta gran nación”.
Tirsén señaló que el gasto militar mundial aumentó un 9.4% el año pasado; el mayor incremento desde el fin de la Guerra Fría. Gran Bretaña aumentó su gasto un 2.8%, a 81.8 mil millones de dólares, convirtiendo a Londres en el sexto mayor comprador de armas en el mundo.
El gobierno del Reino Unido planea un aumento adicional de 17.8 mil millones de dólares este año, preparándose para defender los intereses depredadores de los gobernantes británicos en el mundo actual sumido en conflictos.
“Hace casi 35 años, el movimiento comunista calificó el asalto liderado por Washington contra Iraq como ‘los cañonazos iniciales de la Tercera Guerra Mundial’”, dijo Tirsén, “porque podíamos ver una agudización en la rivalidad entre las potencias imperialistas” más que en ningún otro momento desde el fin de la última guerra mundial.
“Esto se revela más real que nunca para millones de personas en todo el mundo tras la invasión a Ucrania por parte de Moscú y la masacre de judíos en Israel perpetrada por Hamás el 7 de octubre de 2023”, dijo. Esta situación se ve reforzada por los conflictos comerciales entre las potencias capitalistas, por el estancamiento económico en toda Europa y por la agudización de las tensiones entre Washington y Beijing.
Lucha de clase o colaboracionismo
“La Segunda Guerra Mundial no fue una guerra contra el fascismo”, dijo Tirsén. “Para Londres, se trataba de defender los intereses imperialistas británicos tanto contra sus aliados como contra sus rivales en Alemania, Japón e Italia, y de mantener el control sobre su imperio.
“Los gobernantes británicos y sus aliados en Washington atacaron duramente a los trabajadores de Alemania y Japón, lanzando bombardeos incendiarios contra Dresden, Hamburgo, Tokio y otras ciudades. Londres apoyó el lanzamiento de bombas nucleares por parte de Washington contra Hiroshima y Nagasaki”, dijo. Al mismo tiempo, Londres rechazó el bombardeo de las vías férreas que conducían a los campos de exterminio nazis, lo que podría haber salvado la vida de decenas de miles de judíos y otros.
Tirsén destacó el apoyo incondicional que brindó el Partido Comunista a los esfuerzos bélicos del imperialismo británico. Tras la rendición de Japón, el periódico del partido estalinista, el Daily Worker, celebró la declaración de Clement Attlee, líder del recién elegido gobierno laborista. “Se utilizó las inmensas fuerzas de Estados Unidos, la Mancomunidad y el Imperio Británicos y otros aliados… La paz ha vuelto al mundo… ¡Viva el Rey!” dijo Attlee. El Daily Worker también apoyó la aniquilación de Hiroshima y Nagasaki.
Tirsén explicó que la Liga Comunista presenta una trayectoria opuesta.
“Somos el partido antiguerra de la clase trabajadora”, dijo. Starmer intenta convencer a los trabajadores de que los preparativos bélicos de los gobernantes favorecen sus intereses, afirmando que su gobierno “volverá a poner a Gran Bretaña en disposición de combate de guerra”. Su programa de gastos bélicos “repercutirá directamente en los bolsillos de los trabajadores”, afirmó Starmer.
“Esto es una ilusión para los trabajadores”, dijo Tirsén. “Esta no es una economía en expansión. Aparte del hecho de que están construyendo una economía de destrucción, no de producción, ¿cómo podemos esperar que los patrones logren estos objetivos sin imponer jornadas laborales cada vez más largas y salarios más bajos?”
Tirsen añadió que más trabajadores están resistiendo estos ataques, y mencionó la huelga de los recolectores de basura en Birmingham. Participantes en el foro que habían visitado las líneas de piquetes describieron el apoyo que están obteniendo los huelguistas, así como las amplias discusiones con ellos sobre muchas de las cuestiones abordadas en la presentación de Tirsén.
“Millones de trabajadores en todo el mundo se están involucrando en la política ante la marcha del imperialismo hacia el fascismo y la guerra”, dijo Tirsén. “Mientras promovemos la solidaridad con las luchas sindicales entre nuestros compañeros de trabajo, y al presentar la Liga Comunista y el Militante, les decimos: ‘¡Únanse! ¡Háganse miembros!’. La clase trabajadora necesita su propio partido, con miembros fogueados en la lucha de clases.”
“Estamos construyendo un partido que dirigirá la clase trabajadora para arrebatarle el poder a los gobernantes capitalistas; la única manera de detener la marcha del imperialismo hacia la Tercera Guerra Mundial”.