Declaración del PST

Ataque de demócratas a Trump atenta contra derechos

24 de abril de 2023

Declaración de Joanne Kuniansky, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para el senado estatal de Nueva Jersey, emitida el 4 de abril.

La presentación de cargos criminales contra el ex presidente Donald Trump elaborados por el fiscal de distrito de Manhattan Alvin Bragg, un demócrata, es un ataque a las libertades constitucionales que los trabajadores tienen un interés vital en defender y extender.

Trump es acusado de falsificar documentos financieros para ocultar pagos secretos a Stephanie Clifford y otros por su entonces abogado Michael Cohen. Esto es un “crimen”, dice la descabellada acusación, porque todo tenía como objetivo influir las elecciones presidenciales de 2016, hace siete años.

Es una de varias investigaciones contra Trump y sus partidarios, todas destinadas a mantener a los demócratas en la Casa Blanca en 2024. El uso del FBI, el órgano central de policía política de Washington, y los tribunales por parte de los demócratas contra sus oponentes sienta un peligroso precedente que se ha aplicado y se aplicará aún más ferozmente contra los trabajadores, nuestros sindicatos y cualquier esfuerzo sindical para funcionar independientemente de los partidos políticos de los capitalistas.

Revertir este asalto liderado por los demócratas contra las protecciones y libertades constitucionales es un asunto central en la lucha de clases hoy.

El pueblo trabajador es la vanguardia en la protección de la libertad de expresión, de culto, del derecho a un juicio por un jurado de sus pares y mucho más. Nuestros sindicatos y todas las organizaciones de los oprimidos y explotados deben luchar contra todo intento de socavar estas protecciones.

El procesamiento por parte de Bragg está basado en una flagrante inversión de la presunción de inocencia. Nancy Pelosi dice que Trump, como “todos, tiene el derecho a un juicio para probar su inocencia”. Pero el acusado es inocente hasta que se pruebe su culpabilidad más allá de toda duda razonable en un juicio por un jurado de sus pares. La carga de la prueba recae en el acusador, no en el acusado.

La cargos contra Trump se elaboraron tras la condena de Cohen en 2018. Pero él nunca tuvo un juicio. 

Como parte de la persecución de Trump, el fiscal especial y ex zar del FBI, Robert Mueller, ordenó una redada a las instalaciones de Cohen y lo acusó de una serie de cargos, en su mayoría no relacionados con sus pagos a Clifford. Lo amenazaron con penas de prisión de hasta 65 años. Toda la operación fue diseñada para obligar a Cohen a aceptar una declaración de culpabilidad y culpar a Trump. Eso es lo que hizo, llegó a un acuerdo y fue condenado a tres años de cárcel. La negociación de culpabilidad es una herramienta que utilizan los fiscales para forzar “confesiones” y evitar tener que probar sus cargos ante un jurado. Su uso sistemático bajo el sistema de “justicia” capitalista es un golpe a los derechos constitucionales.

El plazo de prescripción para el delito grave del cual Trump es acusado se ha terminado. Bragg está buscando una forma de evitar eso, socavando otra protección clave que tienen los trabajadores. 

La fabricación de documentos comerciales es un delito menor, un crimen menor, según la ley de Nueva York. Para convertirlo en un delito grave, dice Bragg, que Trump actuó para encubrir un “delito” federal. Pero Bragg es el fiscal de distrito de Manhattan, responsable de aplicar las leyes de Nueva York. Hace mucho tiempo los fiscales federales decidieron no acusar a Trump de estas acusaciones. Al interferir en la ley federal, Bragg viola la separación de poderes establecida constitucionalmente entre los gobiernos federal y estatal.

El objetivo de Bragg es derribar a su objetivo, independientemente de la debilidad de su caso. Su operación abiertamente partidista realmente está dirigida contra los millones de trabajadores que votaron por Trump, o que no votaron por ninguno de los partidos en 2016 y en 2020, a los que Hillary Clinton llamó “deplorables”.

Su efecto más importante lo sentirá la clase trabajadora mientras luche contra los intentos de los patrones de poner la crisis capitalista sobre nuestras espaldas y utilice nuestros sindicatos para promover nuestros intereses de clase independientemente de los dos partidos capitalistas. Bajo el capitalismo, “toda supresión de los derechos políticos y la libertad, sin importar contra quién se dirijan al principio, al final inevitablemente recaen sobre la clase trabajadora, particularmente sobre sus elementos más avanzados”, explicó León Trotsky, un dirigente de la revolución rusa de 1917 liderada por los bolcheviques. “Esa es una ley de la historia”.

Los cargos contra Trump deben ser retirados.