SEATTLE — Después de una huelga de siete semanas, los obreros mecanometalúrgicos de Boeing aprobaron el 4 de noviembre con el 59% de los votos un contrato de cuatro años que incluye un aumento salarial del 38%. Esto es un aumento significativo comparado al 25% ofrecido inicialmente por la empresa en septiembre.
“Sin ese tipo de aumento, ¿cómo pueden sobrevivir los trabajadores más jóvenes con el alto costo de vida en esta zona?”, dijo al Militante Tom Mercer, quien ha trabajado en Boeing durante 29 años. “Apenas puedo sobrevivir y tengo uno de los salarios más altos”.
Respecto a la amenaza de los patrones de trasladar las operaciones a otro lugar, Mercer dijo: “Ya hemos pasado por esto antes. Los trabajadores de esas plantas no sindicalizadas se darán cuenta de que tendrán que luchar por un salario más digno. Verán la necesidad de organizarse allí también”.
Los 33 mil miembros del sindicato de trabajadores mecanometalúrgicos IAM también recibieron una bonificación inicial de 12 mil dólares con la firma del contrato, licencia parental remunerada y la continuación del programa de bonificación anual. En el nuevo contrato, la empresa también acordó construir su próximo avión en la zona de Seattle.
Los trabajadores no lograron que se restableciera el plan de pensiones. La empresa no concedió más allá de aceptar un aumento de sus contribuciones a los planes 401(k) de los trabajadores.
“Mucha gente estaba esperanzada en que recuperaríamos la pensión después de que fueron rechazadas las dos primeras ofertas”, dijo al Militante Roger Bland, trabajador de Boeing. “Pero hubo un gran grupo de trabajadores que dijo ‘deberíamos regresar a trabajar’.
“Aprendimos lo que significa ser un sindicato y ser parte de un piquete”, dijo Bland. “Fue una gran experiencia, le dio a Boeing una muestra de lo que somos capaces de hacer”.
Durante la huelga, los trabajadores ganaron la solidaridad de otros sindicalistas, negocios locales y agricultores.
El acuerdo fue un avance importante comparado al contrato con concesiones impuesto a los trabajadores en 2014 cuando los patrones amenazaron con trasladar la producción fuera del área de Seattle.
Esta vez, los sindicalistas estaban decididos a luchar. Los trabajadores rechazaron rotundamente la primera oferta con un 96% del voto y salieron en huelga el 13 de septiembre.
Rebecca Williamson y Vincent Auger contribuyeron a este artículo.