La Asamblea General de las Naciones Unidas debatió el 29 y 30 de octubre y votó abrumadoramente a favor de una resolución presentada por Cuba que exige poner fin a la agotadora guerra económica de Washington contra el pueblo cubano y su revolución que ya lleva 65 años. El voto fue de 187 a favor, con sólo dos en contra (Estados Unidos e Israel) y una abstención, Moldavia.
La ONU ha aprobado resoluciones similares todos los años desde 1992.
Esta agresión contra Cuba ha sido llevada a cabo por todas las administraciones norteamericanas desde 1961, tanto demócratas como republicanas por igual. Es la política de las familias capitalistas de Estados Unidos.
Los oradores también denunciaron la bochornosa decisión de la administración de Joseph Biden de mantener a Cuba en su lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, lo que somete al pueblo cubano a privaciones adicionales.
El embargo fue anunciado en 1960, cuando el presidente John Kennedy actuó en base a un memorando secreto del Departamento de Estado de Lestor Mallory. Señalando que “la mayoría de los cubanos apoyan a Castro”, Mallory propuso una guerra económica que “logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
“Durante cinco días, del viernes 18 al miércoles 23 de octubre, las familias cubanas estuvieron privadas, salvo pocas horas, de electricidad”, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en la sesión de la ONU del 30 de octubre.
“La causa primaria del fallo del Sistema Eléctrico Nacional fue la carencia de combustible”, así como el “estado precario de nuestras plantas”, dijo, “ambas consecuencias directas de las medidas extremas de guerra económica aplicadas por el gobierno estadounidense”.
“La economía cubana ha experimentado en los últimos años dificultades sin precedentes”, afirmó. Las causas “son diversas”, pero “lo que es singular, lo que es extraordinario respecto a Cuba, es el empeño deliberado de los Estados Unidos en asfixiar la economía nacional, sabotear y poner obstáculos significativos para impedir nuestro crecimiento y desarrollo”.
Señaló que “durante su Presidencia [de Joseph Biden], el bloqueo ha provocado pérdidas a Cuba por más de 16 mil millones de dólares”.
“Nuestro pueblo y gobierno aprecian y agradecen profundamente”, dijo, “todas las valiosas expresiones de apoyo y solidaridad” recibidas en el encuentro.
Fuerte apoyo a Cuba
Durante el debate, más de 50 gobiernos y organizaciones internacionales se manifestaron a favor de la resolución.
Muchos de los comentarios más enérgicos vinieron de gobiernos de países del Caribe y de otros que se han beneficiado de la solidaridad de Cuba. Ché Phillip, hablando en nombre de Granada y de Caricom, la Comunidad del Caribe, dijo: “¡Granada está con Cuba!”. Describió la solidaridad política y material entre los dos pueblos y las sólidas relaciones diplomáticas entre los dos gobiernos.
Como casi todos los representantes de gobiernos caribeños, culpó a Washington por el reciente colapso de la red eléctrica en Cuba, diciendo que el gobierno de Estados Unidos había estrangulado el acceso de Cuba al combustible, así como su acceso al crédito mundial y a los canales bancarios. Habló de la ayuda desinteresada que Granada y otros países del Caribe han recibido de Cuba, en materia de salud, deportes y más. “Esa solidaridad hace del mundo un lugar mejor”.
“Belice condena inequívocamente el ilegal e injusto embargo económico, comercial y financiero unilateral impuesto a Cuba por los Estados Unidos de América y pide su fin inmediato e incondicional”, afirmaba una declaración presentada por Carlos Fuller, el representante de ese país ante la ONU. También condenó “la designación arbitraria e infundada de Cuba como estado patrocinador del terrorismo… que solo sirve para perpetuar una narrativa que no refleja los principios ni las acciones del gobierno y el pueblo cubanos”.
“Cuba ha seguido ejemplificando resiliencia, solidaridad y generosidad, brindando un apoyo invaluable a nuestra región”, agregó.
Hablando en nombre de Santa Lucía, Menissa Rambally señaló los efectos de amplio alcance de la guerra económica de Washington contra Cuba. “Afecta y restringe el acceso a divisas, insumos, materias primas, combustibles, maquinarias, fertilizantes, productos químicos, tecnologías y la imposición de sanciones a las compañías navieras que de otro modo prestarían servicios a Cuba”.
“El injusto y abusivo bloqueo contra Cuba constituye, sin lugar a dudas, una de las violaciones más graves, prolongadas y sistemáticas del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas”, afirmó Sophia Tesfamariam, embajadora de Eritrea ante la ONU.
“Cuba exporta solidaridad, no violencia”, afirmó. “Desde 1963, este pequeño país ha estado mostrando al mundo el verdadero significado de la solidaridad y la cooperación, enviando innumerables brigadas médicas a comunidades necesitadas”.