NUEVA YORK — “En Cuba los médicos de la familia son el eje del sistema de salud”, dijo Ana Silvia Rodríguez, embajadora cubana ante Naciones Unidas, en un evento aquí el 7 de marzo sobre Zona Roja: Cuba y la batalla contra el ébola en África Occidental. Estaba contestando a una pregunta sobre cómo Cuba está enfrentando al coronavirus.
Cuba tiene un médico por cada 150 habitantes, dijo la embajadora. Viven en la comunidad y conocen a los que atienden. Describió la experiencia que ella y su esposo tuvieron durante una reciente visita a a Cuba.
“Ambos teníamos gripe”, dijo. Después de llenar los formularios médicos normales, ambos fueron examinados cuidadosamente por uno de los médicos que trabajan en el aeropuerto. Al llegar a su casa, su médico de familia ya estaba informado y los estaba esperando.
“Nos examinó diariamente hasta que mejoramos”, dijo Rodríguez.
Las misiones cubanas en el exterior se caracterizan por la misma atención y solidaridad, dijo la embajadora. Como embajadora en la isla caribeña de Granada, una de sus responsabilidades fue el programa Operación Milagro, establecido por Cuba en 2004. Este ha restaurado la visión, gratuitamente, a más de un millón de personas en el mundo que sufren de cataratas, ceguera causada por cataratas y otros problemas del ojo que pueden tratarse con cirugía.
“Me llamaron desde La Habana una noche”, recordó Rodríguez. “Vamos a enviar un avión pasado mañana para traer gente aquí para la operación”, le dijo un funcionario del gobierno.
“Me dio pánico”, ella dijo. “’¿Quién va a viajar al extranjero con tan poca preparación?’ Llame a la primera persona en la lista, una joven. Cuando le expliqué que podía recuperar su vista inmediatamente dijo ¡si!”
“En poco tiempo se llenó ese vuelo. Y fue solo el primero”.