Fuerzas gubernamentales marroquíes dispararon contra civiles saharauis en el Sahara Occidental que estaban protestando pacíficamente contra la extensión del muro impuesto por el régimen monárquico que divide el país. Esto ha reavivado la lucha de liberación nacional saharaui.
El pueblo de Sahara Occidental ha luchado durante décadas por su independencia y autodeterminación contra la ocupación marroquí respaldada por las potencias imperialistas de Washington, París y Madrid.
En noviembre las fuerzas armadas marroquíes penetraron una “zona de amortiguación” desmilitarizada en Guerguerat, violando un alto el fuego negociado por la ONU hace 29 años.
Las tropas marroquíes cruzaron el enorme muro de arena construido por el régimen marroquí para dividir las áreas del Sahara Occidental controladas por el Frente Polisario independentista de las ocupadas por el gobierno marroquí, un 80 por ciento del territorio. Polisario es el Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro, las dos principales regiones pobladas que componen el Sahara Occidental.
Las protestas saharauis se oponían a la construcción por el gobierno marroquí de una carretera a través de la zona de amortiguación hasta la frontera con Mauritania.
En respuesta, el dirigente del Frente Polisario, Brahim Ghali, anunció el 14 de noviembre que reanudaría las operaciones del Ejército Popular de Liberación Saharaui contra las fuerzas del Ejército Real Marroquí que ocupan el Sahara Occidental.
Declaración de solidaridad
“Condenamos las acciones ilegales del ejército marroquí”, dijo la Federación Mundial de la Juventud Democrática, a la que pertenece la Juventud Socialista en Estados Unidos, en un comunicado el 15 de noviembre: “Instamos a la resolución de este conflicto, que no puede culminar de ninguna otra manera que con el fin de la ocupación y con el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, que les ha sido negado por tantos años”.
La declaración llama a divulgar “la necesidad de apoyar la causa y las luchas saharauis”.
El gobierno de Estados Unidos es el mayor proveedor de armas a la monarquía marroquí. El año pasado aprobó hasta 10 mil millones de dólares en ventas de armas al gobierno marroquí.
Washington y otras potencias imperialistas tienen sus ojos puestos en las vastas reservas de fosfato en el Sahara Occidental y los recursos pesqueros frente a sus costas, actualmente en manos del régimen marroquí, así como los depósitos petroleros en alta mar sin explotar.
Lucha por autodeterminación
Como en muchas otras naciones africanas, las fronteras de Sahara Occidental fueron impuestas por las principales potencias imperiales europeas en la Conferencia de Berlín de 1885, donde se dividieron el continente para explotarlo. Fue entonces cuando fue reconocido el reclamo de España por Sahara Occidental.
A finales de los años 60, bajo el impacto de las luchas anticoloniales tras la Segunda Guerra Mundial que se extendieron por África y Asia, los nacionalistas saharauis iniciaron una lucha independentista contra Madrid.
El Frente Polisario, fundado en 1973, lanzó una lucha armada que obligó a Madrid a ceder el control de Sahara Occidental en 1975. Pero el régimen marroquí se anexó dos tercios del país y el gobierno mauritano se llevó el resto.
Los combatientes del Polisario continuaron su lucha y establecieron la República Árabe Democrática del Sahara con un gobierno en el exilio en Argelia. Actualmente es reconocido por unos 40 países. En diferentes momentos ha sido reconocida por 84 naciones.
En 1979 el Frente Polisario había derrotado a las fuerzas mauritanas, pero las fuerzas marroquíes entraron para ocupar todo el Sahara Occidental.
Unas 9 mil personas murieron en 16 años de guerra y muchos saharauis se vieron obligados a huir a los campos de refugiados en el suroeste de Argelia. Actualmente 180 mil personas viven en ellos.
A pesar de un armamento mucho más avanzado proporcionado por las potencias imperialistas, las fuerzas marroquíes no han podido derrotar militarmente al Frente Polisario. En 1991 ambas partes acordaron un alto el fuego negociado por la ONU. El acuerdo pedía la celebración de un referéndum para que los saharauis decidieran sobre la independencia.
Pero la monarquía ha bloqueado todos los intentos de celebrarlo. Rabat reubicó allí a unos 350 mil marroquíes e insistió en que fueran incluidos en cualquier referéndum. Debido a esto y a la huida forzosa de refugiados, los marroquíes constituyen dos tercios del medio millón de habitantes del país.
El pueblo saharaui ha seguido luchando para lograr su independencia, ganándose la solidaridad y el apoyo internacional.