DALLAS — Miles de trabajadores en Texas y en los estados vecinos afectados por una severa tormenta de nieve y hielo en febrero, siguen enfrentando grandes problemas por la falta de agua, altos costos de los recibos de electricidad y gas, escases de materiales para reparar la tubería y de comestibles en las tiendas.
La tormenta congeló casi todas las fuentes de energía en Texas, lo que condujo a extensos cortes de electricidad y agua que afectaron a millones de personas. Por lo menos 80 personas murieron a causa de los efectos de la tormenta.
Esta catástrofe social fue causada, ante todo, por las familias capitalistas gobernantes y su afán de lucro. Ellas garantizan que la industria enérgica de Texas funcione exclusivamente para ese fin.
“Ahora tenemos agua, pero no hay agua caliente”, dijo al Dallas Morning News Clara Mendoza, quien vive en el barrio Vickery Meadow en el noreste de Dallas. Calienta agua en la estufa para su familia para poder lavar y está preocupada de cuanto subirá su factura de electricidad.
Maria Magarin, quien vive en el mismo complejo de apartamentos, dijo que la alfombra está empapada, el apartamento huele a moho y las paredes están abultadas por las tuberías rotas. Magarin, quien tiene cuatro niños, dijo que ha ido diario a la gerencia pero aún no han hecho nada. Cuando amenazó con llamar a la policía, la mudaron con su familia a otro apartamento.
Cuando los partidarios de Gerardo Sánchez, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para el consejo municipal, visitaron el barrio el 9 de marzo para brindar solidaridad y hablar con los trabajadores sobre lo que se puede hacer, descubrieron que muchos apartamentos aún no tenían agua. Francisco Aben, un limpiador que vive cerca, dijo que su esposa y él se estaban recuperando del COVID-19 cuando llegó la tormenta. Pasaron 15 días sin agua. “Cuando llegó la cuenta del alquiler”, dijo, “incluía cargos por el agua, aunque no la tuvimos”.
“Necesitamos nuestro propio partido —un partido obrero basado en los sindicatos— que promueva y dirija una lucha por la nacionalización de la industria energética bajo el control obrero”, dijo Sánchez en una declaración que repartieron sus partidarios. “Los trabajadores y nuestros sindicatos deben luchar por un programa de obras públicas financiado por el gobierno para emplear a millones de trabajadores con salarios a escala sindical, para arreglar la tubería dañada, las casas y apartamentos, y reemplazar el anticuado sistema eléctrico y otra infraestructura en Texas y por todos los Estados Unidos”.
Las zonas rurales también fueron severamente afectadas. Los agricultores y ganaderos de Texas producen 25 mil millones de dólares en carne, productos lácteos y vegetales al año. Los repollos de Texas —30 porciento de la producción del país— las cebollas dulces, naranjas Valencia, y otros productos quedaron destruidos o severamente dañados.
La industria ganadera sufrió pérdidas de 228 millones de dólares. Los productores de leche tuvieron que tirar 14 millones de galones de leche. Estas pérdidas han puesto a muchos agricultores al borde de la bancarrota.
Solidaridad obrera
Hay muchos ejemplos de trabajadores que acudieron a ayudar a otros ante la inacción del gobierno que dejó a millones por su cuenta. En Leandre, los agricultores regalaron carne, productos agrícolas y pan a sus vecinos.
Un café en Roanoke que perdió la luz regaló leche a las familias locales en vez de botarla.
“Mi vecino me ayudó a limpiar el medidor de agua que se había congelado y me regaló agua”, dijo Julio Moreno a los partidarios del PST cuando fueron de puerta en puerta en Dallas. “Mi luz regresó pero muchas casas en esta cuadra siguen a oscuras, incluyendo mi vecino. Pusimos una extensión desde mi casa a la suya. Ofreció ayudarme con la cuenta, pero yo le dije, me diste agua así que estamos parejos”.
Moreno, un camionero independiente, señaló a un transformador en la línea eléctrica cerca de su casa. “Construyen más y más casas en la zona y los transformadores son muy pequeños para el barrio”, dijo. “Las compañías no los reemplazan ni los mantienen porque no quieren gastar dinero”.
“Esta crisis no es un desastre natural, fue causada por el sistema capitalista que pone las ganancias antes de las necesidades humanas”, dijo Sánchez. “Lo que hicieron los trabajadores para ayudar uno al otro es un pequeño ejemplo de lo que somos capaces de hacer.
“La campana del PST plantea la perspectiva de que el pueblo trabajador puede organizarse y unirse para transformar completamente la sociedad para cubrir las necesidades humanas”, dijo. “Pero esto solo es posible cuando comenzamos a luchar y nos damos cuenta de lo que somos capaces. Entonces podemos comenzar a construir un movimiento poderoso de la clase trabajadora para defender a todos los explotados y oprimidos por las familias capitalistas gobernantes y organizar a los millones de nosotros para tomar el poder político en nuestras manos y establecer un gobierno de trabajadores y agricultores”.
George Chalmers contribuyó a este artículo