LONDRES—Más de 10 mil trabajadores se unieron a una marcha silenciosa en North Kensington el 14 de junio, el primer aniversario del incendio que destruyó la Torre Grenfell, en el que perecieron 72 personas y centenares quedaron desamparados. El infierno de Grenfell fue un desastre anunciado, producto de la cruel indiferencia de los funcionarios del gobierno y los administradores del edificio. El fuego se propagó rápidamente después que se incendiara el revestimiento del exterior del edificio. Era conocido que el revestimiento crea riesgos de incendios y no había rociadores de agua en el edificio.
Revestimientos similares están instalados en más de 300 bloques de viviendas, tanto públicas como privadas, y en hospitales y escuelas.
Los manifestantes exigieron que se provea viviendas para los residentes sobrevivientes quienes todavía están en alojamientos temporales, que los responsables del desastre de Grenfell rindan cuentas, y que el gobierno tome medidas para asegurar los otros edificios.