SYDNEY — Los conductores de Uber en Australia hicieron un paro el 6 de agosto para protestar contra la reducción de su ingreso neto causada por dos nuevos programas impuestos por la compañía.
La protesta fue convocada por Ride Share Drivers United [Conductores de Viaje Compartido Unidos], la cual informó que 15 mil conductores desconectaron la aplicación Uber y se negaron a recoger pasajeros entre las 7 y las 9:30 de la mañana en Melbourne, Sydney, Brisbane, Perth y Hobart. Este es el quinto paro laboral que el grupo ha organizado desde febrero de 2017.
La explosión de Uber, Lyft y otros servicios de viaje basados en aplicaciones del Internet en todo el mundo ha puesto de relieve el carácter explotador de los salarios y condiciones de trabajo impuestos a los conductores. Los patrones de las compañías “tradicionales” de taxis y sus competidores basados en aplicaciones mejoran sus ganancias enfrentando a unos conductores contra otros.
Ante la creciente competencia de Taxify, Didi, Ola y otras compañías, Uber introdujo dos nuevas políticas aquí: precio por adelantado y UberPool.
A diferencia de un taxímetro tradicional, con precios por adelantado Uber calcula la tarifa y se la da al pasajero antes del inicio del viaje. No toma en cuenta demoras inesperadas debido al tráfico, o si los pasajeros piden detenerse o hacer desvíos durante el viaje.
Cuando los conductores se quejan a Uber de que los estafaron, les contestan que desvíos o demoras son irrelevantes y que “apreciamos su comprensión”.
“Si se fija el precio por adelantado, ¿cómo es que el conductor solamente se entera del precio al final del viaje?” dijo Max B., portavoz de Ride Share Drivers United, al Epoch Times. Pidió que no se usara su apellido, por temor a ser expulsado de Uber. Max dijo que el pago a los conductores se redujo entre 10 y 30 por ciento por el cambio a los precios por adelantado, y que los conductores estaban perdiendo hasta un 40 por ciento en los viajes UberPool.
Con UberPool, iniciado en Melbourne y Sydney, los pasajeros que viajan en la misma dirección pueden compartir un viaje con una tarifa con descuento. Si los conductores tratan de negarse a hacerlo corren el riesgo de ser “desactivados”.
Las nuevas medidas son “dos capas adicionales de explotación”, dijo Max a la agencia noticiera Australian Associated Press.
“Dicen que somos contratistas”, agregó Max, explicando que Uber afirma que los conductores no son sus empleados, “pero ni siquiera nos tratan como contratistas”.
“Uno no puede ganarse la vida conduciendo para Uber”, dijo Sailou Kaba al Militante. Kaba, originario de África Occidental, trabaja en una planta empacadora de carne aquí. Comenzó a conducir para Uber como un segundo trabajo el año pasado, pero no se ha inscrito en los últimos tres meses. “Simplemente no vale la pena”, dijo. “Uber toma demasiado en comisión”.
“Es bueno que todos los conductores se están uniendo”, dijo Kaba. Ride Share Drivers United insta a los conductores de otras compañías de viajes compartidos, como Ola y Didi, a que trabajen juntos. Algunos conductores están registrados con más de una compañía.
Ride Share Drivers United se formó en junio de 2016 para “unir a conductores”. Quiere que Uber “trate a los conductores de manera justa, legal y digna”.
Los conductores exigen que Uber cese los precios por adelantado y “regrese a un sistema transparente en el que los conductores reciben un pago en función del tiempo y la distancia recorrida”, dice el grupo. Se debe permitir que los conductores puedan optar no aceptar UberPool y se deben aumentar las tarifas de base al menos en un 15 por ciento. Uber debe ser responsable de la mayor parte del aumento del pago a los conductores reduciendo la comisión que recibe por cada viaje, dijo Max.