La siguiente declaración fue emitida el 10 de octubre por Dennis Richter, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para el senado de Estados Unidos por California.
“No soy policía de inmigración”, dijo recientemente a la prensa el presidente del sindicato de carpinteros. El sindicato no le pregunta a los pintores dónde nacieron o qué papeles tienen, dijo. Simplemente los inscribimos.
En su lucha por el reconocimiento sindical en el Puerto de Los Angeles el sindicato Teamsters combinó esta semana su huelga de tres días con una protesta contra la amenaza de deportación de trabajadores inmigrantes, algunos de ellos camioneros portuarios y simpatizantes del sindicato, cuyo “Estatus de Protección Temporal” está bajo ataque por parte de la Casa Blanca. Yo y otros partidarios del Partido Socialista de los Trabajadores participamos con ellos en el acto.
En Estados Unidos hay más de 11 millones de trabajadores inmigrantes sin documentos de trabajo “adecuados”. Mi partido, el PST, hace campaña para que los sindicatos luchen por una amnistía que los cubra a todos. De esa manera pueden unirse a la batalla para construir sindicatos sin temor a las redadas, los arrestos y deportaciones. Esta es una cuestión de vida o muerte para unificar al movimiento obrero.
El futuro de los trabajadores nacidos en Estados Unidos y los nacidos en el extranjero está entrelazado. Trabajamos juntos. Nuestros hijos van a la escuela juntos. Necesitamos enfrentar a los patrones juntos.
“No nos importa dónde naciste, qué idioma hablas, el color de tu piel o tu sexo. Unámonos en el sindicato para luchar por los intereses de todos los trabajadores”. Esa es la postura que deben adoptar todos los sindicatos y todos los trabajadores.
Actualmente, solo el 6.5 por ciento de los trabajadores de las empresas privadas tienen sindicato. Eso le facilita a los patrones acelerar el ritmo de producción, escatimar en gastos para la seguridad laboral, reducir los salarios, implementar horarios de trabajo inhumanos y resolver su crisis sobre nuestras espaldas.
¿Cómo es posible que la clase capitalista, una pequeña minoría, pueda imponer su voluntad sobre la gran mayoría, a las decenas de millones de trabajadores que producen toda la riqueza?
Tratan de dividirnos, enfrentan a los desempleados contra los empleados, negros contra caucásicos, los nativos estadounidenses contra los extranjeros, hombres contra mujeres. Su meta es lograr que nos veamos unos a los otros como la causa del problema, en vez de la explotación, la opresión y las guerras inherentes al capitalismo.
La única manera de contrarrestar esto es unirnos en lucha.
Hace más de 150 años, Karl Marx, el fundador del movimiento obrero moderno, escribió que los sindicatos “ahora deben aprender a actuar deliberadamente como centros organizadores de la clase obrera en el amplio interés de su completa emancipación”. Deben actuar como “campeones y representantes de toda la clase trabajadora”.
Este es el camino a seguir para organizar y construir un movimiento sindical de lucha. Es el camino a seguir para construir nuestro propio partido de la clase trabajadora independiente del estado de los gobernantes capitalistas y sus partidos políticos, un partido obrero basado en los sindicatos, que puede desafiar a los patrones y trazar un rumbo para tomar el poder político.