LA HABANA — Un hombre afortunado de José Ramón Fernández, uno de los dirigentes históricos de la Revolución Cubana, fue presentado en una sala repleta en la Feria Internacional del Libro de La Habana, el 13 de febrero.
Fernández fue comandante de la columna principal de las fuerzas revolucionarias cubanas que en 1961 derrotó la invasión mercenaria de Cuba por parte de Washington en la Bahía de Cochinos. Como general de división de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, desempeñó diversas responsabilidades de liderazgo central, desde ministro de educación y presidente del Comité Olímpico Cubano hasta vicepresidente del Consejo de Ministros. Murió en enero a los 95 años.
Otro acto importante tuvo lugar el 16 de febrero con la presentación del libro Hombre del silencio: Diario de prisión por Ramón Labañino. Labañino fue uno de los Cinco Cubanos —según se les llegó a conocer mundialmente— a quienes les fabricaron cargos falsos y quienes pasaron hasta 16 años en prisiones norteamericanas por sus acciones destinadas a proteger a Cuba de atentados dinamiteros y otros ataques mortíferos por parte de contrarrevolucionarios apoyados por Washington. Hoy es vicepresidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.
La presentación del libro de Fernández fue un homenaje a su trayectoria y ejemplo de toda la vida. El público incluyó a muchos de los que habían trabajado con él durante décadas, así como a decenas de jóvenes miembros de las fuerzas armadas y cadetes militares. Entre los presentes se encontraba Asela de los Santos, su esposa, quien fue combatiente en la guerra revolucionaria de Cuba y dirigente fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas.
Fernández había insistido “en que el objetivo principal de publicar su libro era compartir con el pueblo sus vivencias en la batalla por la revolución”, dijo el coronel Rigoberto Santiesteban, director de Verde Olivo, casa editora de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, que publicó el libro.
Abel Prieto, director del Programa Martiano y anteriormente ministro de cultura por muchos años, describió el relato de Fernández de cómo se hizo revolucionario. Un joven oficial militar en las fuerzas armadas de Cuba, Fernández dirigió en 1956 una conspiración de un grupo de militares para derrocar la dictadura de Batista. Fue arrestado y encarcelado en la Isla de Pinos (ahora Isla de la Juventud).
En su libro, señaló Prieto, Fernández explica cómo Fidel Castro, dirigente central del Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde, se acercó demostrativamente a quienes, como él, se opusieron a la dictadura batistiana y buscó llevarlos a la lucha revolucionaria. Los compañeros presos que eran cuadros del Movimiento 26 de Julio trabajaron en estrecha colaboración con Fernández, y el 1 de enero de 1959, a medida que se extendía por Cuba una insurrección popular, organizaron la liberación de los revolucionarios encarcelados.
Fernández describe su participación en la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, en la victoria en Bahía de Cochinos, y la variedad y alcance de sus responsabilidades de liderazgo subsecuentes, dijo Prieto.
También habló en el evento el general de división Ulises Rosales del Toro, un combatiente revolucionario y veterano dirigente cubano. Elogió la trayectoria revolucionaria de Asela de los Santos, que incluyó su colaboración durante décadas con Fernández.
Diario de prisión de Labañino
La presentación del diario de prisión de Labañino el 16 de febrero también atrajo a un público que colmó la sala, incluyendo a muchos estudiantes de una escuela secundaria para jóvenes que aspiran a servir en el Ministerio del Interior, responsable de la seguridad del estado, la policía nacional y las aduanas de Cuba. El libro fue publicado por Capitán San Luis, la editorial del ministerio.
Labañino saludó a sus cuatro compañeros de lucha sentados en la primera fila: Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González y René González. El libro, dijo, “está dedicado a los hombres y mujeres de la Seguridad del Estado, del Ministerio del Interior, que están defendiendo nuestra patria”. El título —Hombre del silencio— se refiere a los oficiales de seguridad del estado que llevan a cabo misiones encubiertas, como lo hicieron los Cinco Cubanos en Estados Unidos en la década de 1990, cuyas contribuciones a la defensa de la revolución a menudo permanecen en el anonimato.
El diario de prisión comienza en 2002, después de que los cinco revolucionarios fueran condenados en un tribunal federal y comenzaran a cumplir sus condenas en diferentes prisiones de Estados Unidos. Labañino, junto con Hernández y Guerrero, habían sido condenados a cadena perpetua por cargos falsos de “conspiración para cometer espionaje” y, en el caso de Hernández, de “conspiración para cometer asesinato”.
El libro muestra “lo deshumanizante que es el sistema penitenciario norteamericano”, dijo Labañino, quien pasó años en el notorio penitenciario federal en Beaumont, Texas. También menciona el apoyo que recibieron de aquellos en Estados Unidos que hicieron campaña para la liberación de los Cinco.
“Sabemos que el pueblo y el gobierno de Estados Unidos son dos cosas diferentes”, subrayó.
Entre los que hablaron durante la discusión había dos estudiantes del Preuniversitario Vocacional Hermanos Martínez Tamayo, perteneciente al Ministerio del Interior. Uno de ellos se dirigió a los Cinco Héroes y les dijo: “Ustedes son ejemplo para los pueblos de numerosos países. Muchas gracias por ese ejemplo que la revolución y la juventud necesitan hoy”.