Los mineros del carbón en Estados Unidos enfrentan el resurgimiento más grande en décadas de la debilitante enfermedad del pulmón negro. Esto es resultado de los esfuerzos de los patrones para acelerar la producción y reducir las minas sindicalizadas para aumentar sus ganancias. En Appalachia uno de cada cinco mineros que han trabajado bajo tierra por 25 años o más sufren de pulmón negro, el índice más grande en 25 años.
La forma más grave de la enfermedad —fibrosis masiva progresiva— aflige al 5 por ciento de todos los mineros, el índice más elevado que se ha documentado hasta ahora. Esto es resultado no solo del polvo de carbón sino también del polvo de sílice que daña los pulmones más rápido que el polvo de carbón.
A medida que se agotan las vetas grandes de carbón, los trabajadores cortan más roca, que contiene cuarzo y arenisca con un alto contenido de silicato que se impregna en el pulmón permanentemente.
Los mineros también están trabajando jornadas más largas; la semana de trabajo aumentó unas 11 horas en los últimos 30 años.
Los mineros usan respiradores y máscaras de filtración de aire pero el polvo fino las penetra. Una cantidad masiva de polvo es creada por la maquinaria minera. Los patrones se rehúsan reducir la velocidad de las máquinas, proveer ventilación adecuada, aerosoles de agua, o mover a los mineros a zonas con menos polvo.
Los datos de la Administración de Salud y Seguridad en las Minas muestran que solo en las minas superficiales los patrones sobrepasaron los limites federales de polvo sílice unas 4 mil veces entre 1988 y el 2016.
Los patrones de las minas resisten cada paso que se toma para proteger la salud de los trabajadores, a la vez que atacan todo esfuerzo para la sindicalización. En 2017 solo el 20 por ciento de los mineros trabajaban en minas sindicalizadas, En Kentucky ya no existe ni una sola.
El sindicato minero UMWA exige que el gobierno pare los recortes a los impuestos de los dueños de las minas que se usaban para el fondo para la incapacitación por pulmón negro (Black Lung Disability Trust Fund). Unos 12 mil mineros dependen de este fondo para sus gastos médicos y asistencia monetaria.
La compañías mineras que se están declarando en bancarrota dicen que ya no están obligadas a pagar a este fondo. El gobierno hoy admite que el fondo esta a riesgo de insolvencia.
La única manera de eliminar el pulmón negro es emular lo que los mineros del carbón hicieron hace varias décadas. En gigantes batallas, los mineros llevaron a cabo una revolución que transformó al sindicato UMWA a fines de los 1960 y comienzos de los 1970. Lograron un aumento en su control de las condiciones de trabajo. Los mineros establecieron comités sindicales de seguridad laboral que tenía el poder de detener la producción —poder que utilizaron— para imponer seguridad. Se establecieron clínicas por toda Appalachia. El índice de pulmón negro bajó en más de un 90 por ciento de 1970 hasta mediados de los 1990.