Los dueños y directores del New York Times se encuentran en medio de un cambio desgarrador de la “narrativa” que difunden diariamente.
Durante los últimos tres años, al igual que la mayoría de los liberales y la izquierda de clase media, se han enfocado en la cacería de brujas encabezada por el ex jefe del FBI, Robert Mueller empeñada en realizar un juicio político contra el presidente Donald Trump. Sus páginas están repletas de arengas contra Trump y contra los trabajadores que votaron por él y contra los que decidieron no votar después de considerar tanto a Trump como a su principal oponente burgués, Hillary Clinton, quien los llamó “deplorables”.
Pero ahora el director ejecutivo del New York Times Dean Baquet dijo en una rencorosa reunión de 75 minutos del personal, la cual fue grabada y filtrada a Slate, que todos tienen que comprender que, “Mierda, Bob Mueller no va a lograrlo”.
Así es que, dijo Baquet, tienen que cambiar su “narrativa”.
“Cómo escribimos sobre cuestiones de raza de una manera reflexiva, algo que, en gran medida, no hemos hecho en mucho tiempo”, dijo. Ese “es el enfoque de la cobertura para los próximos dos años” hasta las elecciones de 2020. Para entonces esperan tener una nueva “historia”.
La reunión fue convocada después que el periódico utilizó el titular “Trump insta a la unidad contra el racismo”, con un artículo sobre la declaración de Trump tras los tiroteos en El Paso.
El titular provocó una tormenta de críticas de lectores y del personal del periódico. Los titulares y los reportajes, dijeron, tienen que tachar a Trump y a los trabajadores que votaron por él de racistas y “supremacistas blancos”.
El Times no solo asumirá esta misión, aunque tal vez con un poco más de “matiz” de lo que algunos prefieran, dijo Baquet, sino que también cambiará su “narrativa” sobre toda la historia de Estados Unidos para adaptarla a sus acusaciones de racismo (race-bating).
El Times “publicará el Proyecto 1619, el análisis más ambicioso del legado de la esclavitud jamás realizado”, dijo Baquet, “para intentar comprender las fuerzas que llevaron a la elección de Donald Trump”.
Su edición del 14 de agosto afirmó que la serie “cambiaría el marco de la historia del país”, con todo sustentado por la esclavitud.
La nueva “narrativa” del ‘Times’
Típico de la nueva “narrativa” del periódico fue la columna de Joe Walsh publicada el 14 de agosto. Walsh se está postulando contra Trump por la nominación del Partido Republicano. “Trump es un racista incendiario que alienta el prejuicio y la xenofobia para despertar a su base e impulsar sus perspectivas electorales”, dijo Walsh.
Este mismo cambio de enfoque hacia las acusaciones de racismo está muy avanzado en otros medios de la “resistencia” pro-Partido Demócrata y anti-Trump.
Las afirmaciones de que hay un aumento en las actitudes supremacistas blancas en el seno de la clase trabajadora oculta la verdadera causa del descontento con los candidatos capitalistas: la carnicería que por décadas han vivido los trabajadores a causa de las crisis económicas y sociales impuestas por las administraciones demócratas y republicanas. Esto es clave para entender la política en Estados Unidos o en cualquier otro país: los intereses de clase contrapuestos entre los gobernantes capitalistas y la clase trabajadora.
Hay menos racismo entre el pueblo trabajador hoy, no más. Esto es el resultado del movimiento de masas por los derechos de los negros, con liderazgo proletario, de los años 50, 60 y principios de los 70”, explica el secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores Jack Barnes, en Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero.
Ataque a la conciencia de clase
Lejos de impulsar la lucha contra la discriminación racista, la serie 1619 del Times minimiza el verdadero historial de la lucha contra el racismo, desde las revueltas de esclavos hasta la Guerra Civil, la Segunda Revolución norteamericana, hasta la lucha contra la segregación racial Jim Crow y las batallas que la derrocaron.
Nikole Hannah-Jones, organizadora del Proyecto 1619, dice: “El racismo anti-negro corre por el propio ADN de este país”. En otras palabras, si eres caucásico y de Estados Unidos debes ser un racista empapado de “privilegio blanco”.
El race-baiting, la práctica demagógica de alegar o insinuar que, por el hecho que un individuo “no es negro” —y solo por ese hecho— no es fiable políticamente y no se debe juzgar objetivamente sus criterios, es una lacra utilizada por los capitalistas y sus facilitadores meritocráticos como los del Times para tratar de silenciar y atacar los derechos políticos de quienes no comparten sus criterios, y sobre todo los trabajadores “deplorables” a quienes les temen.
Los directores del Times buscan “reformular” la historia desde el punto de vista de su clase social, desviando la atención del ascenso de la explotación capitalista, y cómo los gobernantes capitalistas usan el racismo y otros prejuicios para tratar de mantener a los trabajadores divididos e intensificar la competencia entre nosotros.
La nueva versión de la historia del Times también niega la importancia de la revolución de 1776 que liberó al país del sofocante control de la corona británica, allanando el camino para un mayor desarrollo del capitalismo y, con ello, de la clase obrera moderna, inspirando al pueblo trabajador en todo el mundo.
Como explicó V.I. Lenin, el dirigente central de la Revolución Rusa de 1917, la Revolución Americana fue una de las guerras revolucionarias más grandes y liberadoras de la historia.
En todos los momentos decisivos de la historia de Estados Unidos las luchas de clase revolucionarias han sido fundamental. Y lo serán en el futuro.
Y sobre todo, lo que oculta la visión de la historia del Times es el crecimiento de la confianza y capacidad de lucha de los trabajadores que participaron en estas batallas. Y cómo esto profundizó su conciencia de clase al ver a otros trabajadores como aliados de lucha.
Los directores del Times pretenden mantener a los trabajadores enredados en el sistema bipartidista de los capitalistas, para evitar que nos organicemos para luchar contra la explotación y la opresión. Su objetivo es evitar que logremos obtener conciencia de clase y confianza en una lucha unida para tomar el poder político en nuestras propias manos.