La crisis que está causando estragos al Partido Demócrata está agravándose en medio de la pelea para elegir a un candidato capaz de prevenir lo que consideran como “inconcebible”: que el presidente Donald Trump gane en noviembre. El debate sobre el carácter ideológico de la campaña que deben presentar los demócratas se hace más intenso. Nada de esto marca un camino para el pueblo trabajador.
Solo el Partido Socialista de los Trabajadores, con Alyson Kennedy para presidente y Malcolm Jarret para vicepresidente, y los más de 20 candidatos del PST por todo el país, presenta una línea de marcha para la clase obrera.
Los que apoyan a Bernie Sanders quieren que el Partido Demócrata —el cual actúa en defensa de los intereses de los gobernantes imperialistas de Estados Unidos— sea más explícitamente socialista en nombre.
Los centristas están aumentando sus esfuerzos para frenar a Sanders. Algunos esperan que Michael Bloomberg pueda usar sus miles de millones de dólares para comprar la nominación y seguir presentándose como “progresista”, a pesar de su historial como alcalde republicano de Nueva York que dirigió su política policial de “parar y registrar” contra los africano americanos.
Bloomberg supuestamente está considerando a Hillary Clinton —quien calificó a los trabajadores que votaron por Trump como “deplorables”— como compañera de formula. Bloomberg comparte con ella su desprecio hacía las capacidades del pueblo trabajador. “Yo podría enseñarle a cualquiera, incluso a los que están en esta sala, sin ánimo de ofender, a ser agricultor”, dijo a estudiantes de la escuela de negocios de la Universidad de Oxford en 2016, aduciendo que en la economía de alta tecnología de hoy, “uno tiene que tener mucha más materia gris”.
Sanders y otros del ala izquierda del partido piensan que los demócratas podrán ganar si presentan una plataforma de socialismo democrático, de reformas para regular el capitalismo y a la vez mantienen a los patrones en el poder.
La izquierda de clase media se está consolidando en torno a la campaña de Sanders. Un grupo de dirigentes anarquistas, estalinistas y del grupo Socialistas Democráticos de América (DSA) escribieron una carta abierta al Partido Verde instándole a no postularse para la presidencia y, en su lugar, respaldar a cualquier demócrata que gane la nominación, para frenar a Trump. El Partido por el Socialismo y la Liberación dijo que sus candidatos no se postularán en los “estados fluctuantes”. En estos apoyarán a Sanders si logra la nominación.
Los esquemas de Sanders y los de la izquierda, como el Medicare para todos, son un conjunto de ideas para mitigar los peores efectos de la explotación capitalista. Los trabajadores no necesitan una explotación más benévola, sino un camino para combatir a los banqueros, a los patrones y su sistema capitalista; construir su propio partido, un partido obrero basado en los sindicatos, para luchar por el poder político.
Sanders defiende el dominio capitalista en Estados Unidos y los intereses imperialistas en el exterior. Él votó a favor de la invasión norteamericana de Afganistán en 2001. Él exige que los trabajadores y agricultores de Cuba se deshagan de su gobierno y “vayan hacia una sociedad más democrática”, el santo y seña utilizado por Washington para referirse al derrocamiento de la revolución socialista.
De hecho, ni Trump ni ninguno de los candidatos demócratas ofrecen nada a los trabajadores. Son todos multimillonarios o firmemente comprometidos con el sistema de los multimillonarios capitalistas.
Los demócratas consideran a Trump cómo una casta especial de presidente ilegítimo y perverso. Continúan buscando nuevas maneras de destituirlo, anular las elecciones de 2016 y prevenir que se postule en noviembre. Gran parte de las legislaciones aprobadas por los demócratas en la cámara de representantes están dirigidas a humillar al presidente, no a aprobar leyes que proporcionen algún alivio al pueblo trabajador.
La resolución sobre Poderes de Guerra aprobada el 6 de enero, tenía el propósito declarado de prevenir que Trump usara acciones militares contra Irán sin la aprobación del congreso. Pero la líder de la mayoría de la cámara Nancy Pelosi insistió que la resolución no fuera vinculante, aclarando que no quería que este gesto fuera “atenuado” por un veto de Trump.
Camino para la clase trabajadora
Todos los candidatos que buscan la nominación demócrata se quejan de que el repunte en los empleos y la economía estadounidense deja a millones de personas en aprietos, según ellos debido a las políticas del presidente. Trump, por otra parte, sugiere que su administración ha dirigido un “gran resurgimiento norteamericano” y que los días felices han vuelto otra vez.
Pero los trabajadores y los agricultores sabemos demasiado bien lo que enfrentamos. La cuestión es qué hacer al respecto, cuál es el camino que debe seguir la clase trabajadora.
Los demócratas comparten la ceguera de Trump sobre la capacidad del pueblo trabajador para luchar para cambiar nuestras condiciones y la renuencia a considerar que aquellos cuyo trabajo produce toda la riqueza deberían gobernar la sociedad.
Ellos también creen que los trabajadores son demasiado estúpidos como para confiarles una decisión importante. Creen que hay que evitar que tomen decisiones, ya sea limitando sus derechos o presionándolos hasta que voten de la manera correcta.
Solo el Partido Socialista de los Trabajadores y sus candidatos presidenciales Kennedy y Jarret llaman a que los trabajadores se organicen para luchar por mejores salarios y mejores condiciones. Señalan la capacidad del pueblo trabajador para unir a millones y transformarnos a medida que participamos en las luchas necesarias para tomar el poder en nuestras propias manos.
Muchos trabajadores reconocen que hay más trabajos hoy y perciben que tenemos más espacio para confrontar a los patrones y poder encontrar otro trabajo si es necesario. Después de años de declive en los salarios reales y empeoramiento de las condiciones, los trabajadores están buscando como usar el poder sindical con efectividad y como avanzar la solidaridad obrera.