LA HABANA — La labor de los médicos cubanos que ayudó a poner fin a la epidemia del ébola en África Occidental “no fue el trabajo de médicos aislados. Detrás de esos médicos estaba todo un país y una revolución, que es lo que posibilitó esto”, dijo Enrique Ubieta.
Ubieta se dirigía a un público de 100 personas en una presentación, realizada el 10 de febrero, de su libro Zona Roja: Cuba y la batalla contra el ébola en África Occidental, publicada por la editorial Pathfinder en inglés y en español. El evento, parte de la Feria Internacional del Libro de La Habana, fue auspiciado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
El libro, basado en reportajes directos, relata la historia de los voluntarios internacionalistas que en 2014 y 2015 fueron a combatir el brote de la enfermedad mortal en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Se relata en gran parte a través de los testimonios de los propios participantes cubanos.
La “zona roja” era la sección de los hospitales y clínicas donde los enfermos eran aislados y atendidos.
En el panel que presentó Zona Roja habló el Dr. Carlos Castro Baras, quien encabezó la brigada médica cubana en Guinea. Lo acompañó Gerardo Hernández, vicerrector del Instituto Superior de Relaciones Internacionales y conocido a nivel mundial como uno de los Cinco Cubanos, los revolucionarios que estuvieron recluidos hasta 16 años en prisiones norteamericanas por sus acciones en defensa de la Revolución Cubana.
También habló Víctor Dreke, presidente de la Asociación de Amistad Cuba-África, cuya vida como revolucionario en Cuba y África se remonta más de 50 años. Asimismo participó en el panel Martín Koppel, editor del libro de Pathfinder.
La presencia en el público de numerosos veteranos de misiones internacionalistas proletarias contribuyó al sentido de orgullo que marcó el evento. Entre ellos había otros médicos y enfermeros que participaron en la campaña contra el ébola, así como dirigentes y miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Uno de ellos era el coronel Leonardo Tamayo, conocido por su nombre de guerra “Urbano”, quien formó parte de la columna revolucionaria que combatió en Bolivia en 1966-67 al mando de Ernesto Che Guevara. También estuvo presente el general de brigada retirado Gustavo Chui, combatiente de la guerra revolucionaria cubana, como también de la misión internacionalista cubana en Angola.
Producto de revolución socialista
Sandra Ramírez, directora del ICAP para Norteamérica, dio la bienvenida al evento, que se celebró en la Casa de la Amistad de esa organización. Mary-Alice Waters, presidenta de Pathfinder y dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos, agradeció al ICAP por auspiciar y divulgar la presentación del libro.
“Para nosotros la defensa de la revolución socialista cubana no solo es una obligación”, dijo Waters. “Es una necesidad, inseparable del trabajo de preparar al pueblo trabajador en Estados Unidos para emular el ejemplo que ustedes han dado al mundo”.
Zona Roja “ofrece un cuadro vivo de cómo el sistema de salud en Cuba y su internacionalismo proletario son productos de una profunda revolución social que ha transformado a millones de hombres y mujeres”, dijo Koppel. “No se pueden trasplantar a Estados Unidos o a otros países capitalistas”.
Señaló las oportunidades de usar este libro en Estados Unidos y otros países para decir la verdad sobre la Revolución Cubana y desmentir la campaña de calumnias de Washington contra la cooperación médica cubana en el exterior, “la mentira descarada de que los voluntarios cubanos son víctimas de explotación y hasta del ‘tráfico humano’”.
Esa campaña, dijo Koppel, “es parte de las décadas de guerra económica y política de las familias gobernantes capitalistas y su partido de doble rostro, uno demócrata y el otro republicano, cuyo objetivo es aislar y estrangular al pueblo cubano”.
Herramienta para rebatir mentiras
Róger Calero, uno de los editores de Pathfinder y moderador del evento, presentó a Gerardo Hernández, señalando que fue uno de los primeros en instar a Pathfinder a publicar Zona Roja, tanto en inglés como en español, para llegar a un público más amplio fuera de Cuba. El relato de Ubieta sobre la misión del ébola fue publicado originalmente por la Casa Editora Abril, de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba.
“Este libro habla de héroes”, dijo Hernández al referirse a los voluntarios que combatieron la enfermedad mortal. “No creados en un laboratorio, sino héroes que han estado dispuestos a entregar su vida por el bien de otras personas, que se formaron con la revolución.
“No es casual que hoy nuestros médicos sean atacados por la campaña imperialista contra Cuba”, dijo. “Este libro es una importante herramienta para contrarrestar esa campaña”.
Hernández fue uno de los 425 mil voluntarios cubanos que, entre 1975 y 1991, prestaron servicio en Angola para defenderla de las invasiones por parte del régimen del apartheid sudafricano.
También habló de cómo había usado libros publicados por Pathfinder durante los años que los cinco revolucionarios estuvieron en prisiones norteamericanas bajo cargos falsos. “Durante buena parte de los 16 años que estuvimos presos, los compañeros de Pathfinder y del Partido Socialista de los Trabajadores nos enviaron libros, y el Militante”, dijo.
“Cuando vi todos los libros expuestos aquí, me llamó la atención cuántos habían tenido en mi celda. Y ocurrió lo mismo con mis cuatro hermanos”.
Después de que los cinco ganaron su libertad y regresaron a Cuba en diciembre de 2014, dijo Hernández, “la mayoría de esos libros se quedaron en las prisiones, educando a otras personas”. Él pasó todos sus contactos a Pathfinder, “y hasta el día de hoy siguen enviándoles el Militante y los libros, que van pasando de mano en mano en las prisiones de Estados Unidos”.
Uno de los entrevistados por Ubieta para Zona Roja fue Víctor Dreke, cuyo historial revolucionario en África comenzó en 1965 cuando fue el segundo bajo el mando de Ernesto Che Guevara de los combatientes cubanos que apoyaron a fuerzas de liberación en el Congo.
Al hablar sobre el personal médico que fue a combatir el ébola en África Occidental, Dreke dijo: “Recordemos que también en 1966-67 había médicos cubanos en esa región, combatiendo enfermedades y combatiendo con las armas en las manos”.
Dreke encabezó la misión militar cubana en Guinea-Bissau, que apoyó al movimiento de liberación nacional dirigido por Amilcar Cabral en la guerra de independencia contra Portugal. Al mismo tiempo, los cubanos brindaron ayuda militar a la vecina Guinea, cuyo gobierno, encabezado por Ahmed Sékou Touré, enfrentó ataques portugueses por su apoyo a los independentistas de Guinea-Bissau.
Los actuales ataques de Washington contra los médicos cubanos “son descarados”, dijo Dreke. “Ellos ponen en peligro las vidas de niños africanos cuando tratan de expulsar a nuestros médicos de lugares donde muchas veces no hay otros médicos. No podemos hablarles bajito. No vamos a usar malas palabras, pero sí hay que decirles que son unos desvergonzados”.
‘Listos para volver a hacerlo’
“No creo que somos héroes”, dijo el Dr. Castro Baras. “Somos trabajadores de la salud. La revolución nos ha educado en que tenemos que estar donde sea que nos necesiten, en Cuba o fuera de Cuba”. Y “si algún día tenemos que volver a combatir el ébola o lo que sea, ahí estaremos”.
Los médicos y enfermeras cubanos lucharon por salvar la vida de cada paciente. Y Castro Baras, como jefe de la brigada cubana en Guinea, era responsable de la vida y el bienestar de los 38 voluntarios médicos bajo su dirección. “Esta experiencia me hizo un mejor ser humano”, dijo. “Uno aprende a no solo pensar en sí mismo”. Aprende a trabajar junto a otros bajo condiciones de vida o muerte. “Pusimos bien en alto el nombre de Cuba en el mundo”.
El día siguiente fue lanzado en la feria del libro una obra de Castro Baras, Vivir siempre el día 21: Cara a cara contra el ébola. El título se refiere al período de incubación de 21 días de la enfermedad y cómo los voluntarios cubanos, durante todos los meses que trabajaron en África Occidental, enfrentaron la constante incertidumbre de si se habían infectado.
Ubieta se refirió a las palabras de Castro Baras de que había regresado de la misión del ébola siendo una mejor persona. “A mí me preguntan qué gana Cuba en estos actos de colaboración internacionalista. Yo siempre respondo: ‘Los cubanos que van siempre regresan siendo mejores personas’. ¿Qué ganancia más grande que esa?” Se debe a una revolución socialista, a “personas formadas en otro tipo de relaciones sociales”.
A pesar de la preocupación por la vida de los voluntarios, la misión en África Occidental fue sumamente popular y un gran orgullo entre el pueblo cubano. “Muestra que hoy en la sociedad cubana está vivo el germen de la solidaridad”, subrayó Ubieta.
El autor agradeció a Catriona Goss, quien estaba en el evento, por su esmerada traducción de Zona Roja al inglés. También señaló que una edición en francés, traducida e impresa por amigos de la Revolución Cubana en Francia, acaba de publicarse bajo el sello editorial de Abril.
Décadas de internacionalismo
Después de las presentaciones, varios miembros del público tomaron la palabra. José Gárciga, un teniente coronel retirado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba que combatió en Angola, describió cómo los médicos militares cubanos atendían tanto a civiles como a combatientes angolanos, cubanos e incluso enemigos. “Es un ejemplo de nuestro internacionalismo”, dijo.
El Dr. Iván Mora, director del hospital psiquiátrico de La Habana, que antes había participado en misiones médicas en Nicaragua y Venezuela, apuntó que el historial internacionalista de la Revolución Cubana se remonta a mayo de 1960, cuando el nuevo gobierno revolucionario envió una brigada de médicos voluntarios a Chile tras un terremoto.
Con la batalla contra el ébola, “el mundo entero vio lo que hacen los médicos cubanos”, y por eso han sido blanco especial de los ataques de Washington, dijo.
También habló el Dr. Jorge Delgado, quien encabezó la brigada médica de Cuba en Sierra Leona, el mayor de los tres contingentes contra el ébola en África Occidental. En respuesta al brote del ébola, preguntó: “¿Qué dio Estados Unidos? Dinero. ¿Qué dio Francia? Dinero, para su ex colonia de Guinea. ¿Qué dio Gran Bretaña para su ex colonia de Sierra Leona? Dinero”. En cambio, dijo, Cuba envió lo que más hacía falta: más de 250 trabajadores médicos.
“Los médicos son los mejores embajadores de Cuba”, dijo Rob Miller, director de la Campaña de Solidaridad con Cuba en el Reino Unido. “Este libro es muy importante” para explicar la verdad sobre el ejemplo de Cuba, dijo, agradeciendo a Pathfinder por publicarlo.
“No podemos olvidar nunca el ejército de batas blancas que Fidel mandó a nuestro continente”, dijo Evrard Carlin, un estudiante de medicina de cuarto año de la República del Congo, también conocida como Congo-Brazzaville. Carlin fue uno de los 10 estudiantes de medicina, de Chad y del Congo, que participaron en el evento. A lo largo de las décadas, el gobierno revolucionario cubano ha brindado capacitación médica gratuita a decenas de miles de jóvenes de países de África, América Latina y otras regiones.
Después del evento, los presentes compraron decenas de ejemplares de Zona Roja o de Red Zone, la versión en inglés. También adquirieron otros títulos publicados por Pathfinder sobre la Revolución Cubana y temas que van desde la política obrera en Estados Unidos hasta los discursos de Thomas Sankara, dirigente de la revolución de 1983-87 en Burkina Faso, África Occidental: en español, inglés y francés.
Prensa Latina y otras agencias de noticias cubanas informaron sobre la presentación de Zona Roja, e ICAP publicó un artículo en su sitio web. La televisión cubana transmitió un reportaje sobre el evento al día siguiente.