El 6 y el 9 de agosto de 1945 los gobernantes capitalistas en Washington desataron infiernos nucleares contra las poblaciones civiles japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Cientos de miles fueron instantáneamente incinerados o murieron agonizante y lentamente por quemaduras o envenenamiento por radiación.
El Militante del 18 de agosto de 1945, arriba, publicó una declaración del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores en su portada. “La segunda guerra mundial imperialista ha terminado”, dijo el partido. “Seis años de matanza y devastación inconcebibles han llegado a un clímax terrible con el descubrimiento de la bomba atómica y su uso, con un efecto espantoso, contra el pueblo de Japón”.
“En dos golpes calculados”, dijo el secretario nacional del PST James P. Cannon en un discurso dos semanas después de los bombardeos, el imperialismo estadounidense “provocó el miedo y el odio del mundo entero”. Pero, explicó, los gobernantes norteamericanos no fueron a la guerra “por un criterio moral, sino por lucro”, para derrotar a sus rivales imperialistas y reclamar el botín de “las riquezas ilimitadas de Oriente”.
El uso de las armas fue una advertencia horrorosa para los trabajadores del mundo de que el imperialismo norteamericano no solo tenía la bomba, sino también la crueldad necesaria para usarla.
Fred Halstead, en el recuadro, el candidato presidencial del PST en 1968 y un líder del movimiento que luchó para exigir el retiro de Washington de Vietnam, representó al partido en una serie de conferencias en Hiroshima contra la guerra en el 23 aniversario de los bombardeos atómicos.
Cuba “nunca ha considerado la producción de armas nucleares”, dijo el líder revolucionario Fidel Castro en un discurso en 2005. “Nuestra ‘arma nuclear’ es el poder invencible de las armas morales”, las ideas y el ejemplo de la Revolución Cubana.
“Mi partido exige el desarme nuclear unilateral inmediato de Washington y lo ha hecho durante 75 años”, dijo Alyson Kennedy, la candidata del PST a la presidencia de Estados Unidos en 2020, el 1 de agosto. “Eliminar la amenaza del holocausto nuclear del mundo es una razón más para que los trabajadores construyan su propio partido, un partido obrero, que luche para arrebatar el poder de manos de los belicistas”.