Las autoridades penitenciarias de Pensilvania revocaron el 3 de agosto la prohibición de la edición número 28 del Militante por la Institución Penitenciaria Estatal (SCI) de Camp Hill. Esto representa una victoria para los derechos de los reos y de la prensa.
El retiro de la prohibición fue posible porque un recluso que se suscribe al Militante nos informó que la edición había sido confiscada y decidió apelarla. “Por favor ayúdenme ahí afuera a pelear”, escribió.
Cuando el abogado del Militante David Goldstein contactó a Diana Woodside, la funcionaria encargada de revisar las prohibiciones de literatura en las prisiones estatales, dijo que Camp Hill no le había informado sobre la confiscación, y que lo investigaría.
“El Departamento de Reglamentos está revocando la denegación del SCI”, escribió Woodside el 3 de agosto. “La publicación será entregada al recluso”.
Los funcionarios de Camp Hill alegaban que artículos en las páginas 3 y 4 de dicha edición podrían “crear un peligro dentro del contexto de la institución penitenciaria”.
Además de los artículos sobre las protestas contra la brutalidad de la policía, las páginas incluían artículos sobre la campaña electoral del Partido Socialista de los Trabajadores, de Alyson Kennedy para presidente y Malcolm Jarret para vicepresidente, así como una foto de ambos en la línea de piquetes de los obreros de astilleros en huelga en Bath, Maine. La página 4 también contiene la plataforma de la campaña del PST para 2020.
“Los presos tienen derecho a leer los criterios políticos que les interesen, y escuchar y expresarse sobre cuestiones políticas y luchas sociales”, señaló John Studer, director del Militante.