LOS ANGELES — ¿Cómo podemos cambiar el empeoramiento de las condiciones laborales, combatir los recortes de horas y lidiar con el aumento de precios? Estas preguntas estuvieron al centro de las discusiones entre empacadores de carne, trabajadores de almacenes minoristas y obreros agrícolas y los candidatos para presidente y vicepresidente de Estados Unidos del Partido Socialista de los Trabajadores, Alyson Kennedy y Malcolm Jarrett durante su gira por el sur de California a principios de septiembre.
“Tenemos trabajo, pero mucha gente no”, dijo el trabajador agrícola Fernando Muñoz a Kennedy en Oxnard, un pueblo en una importante zona agrícola. Muñoz gana 13 dólares por hora pero estaba trabajando sólo 1 o 2 días a la semana después de estar cesanteado por tres semanas. Ahora llega a las 40 horas a la semana, pero es menos de las 50 horas o más que tenía antes de la pandemia.
“Creemos que debería haber un sindicato en cada lugar de trabajo”, dijo Kennedy. Describió su visita al Valle de Yakima en el estado de Washington, donde se enteró de la lucha librada por los trabajadores de las empacadoras de frutas. “Los patrones no proporcionaron nada para proteger a los trabajadores del contagio del coronavirus, así que se fueron en huelga aunque no tenían sindicato. Su lucha ganó algunas de sus demandas y aumentó la confianza de los trabajadores en sí mismos. Ahora han vuelto al trabajo y están tratando de forjar un sindicato. Y eso es un ejemplo para todos los trabajadores”.
Muñoz obtuvo una suscripción al Militante y el libro Zona Roja: Cuba y la batalla contra el ébola. El libro explica como la Revolución Cubana envió a más de 200 médicos y otros voluntarios a África Occidental para combatir el virus mortal. Sus acciones mostraron la calidad de hombres y mujeres que solo una revolución socialista puede producir.
Paula Sixto, también en Oxnard, le dijo a Kennedy que se lastimó la mano trabajando en una empacadora, donde “las condiciones son muy injustas y los trabajadores no tienen suficiente para el alquiler y los gastos”. Sixto tiene el síndrome del túnel carpiano. Escuchó atentamente mientras Kennedy describía cómo la lucha por condiciones laborales más seguras fue parte de la huelga de los trabajadores de las empacadoras de frutas en el Valle de Yakima.
Aceleración riesgo para trabajadores
“A veces la velocidad de la línea es más lenta y otras es más rápida”, dijo Carolina Cabrera a Jarrett cuando él y Kennedy hablaron con los trabajadores durante un cambio de turno en la planta empacadora de carne Farmer John en Vernon.
“Usar el poder sindical es la única forma de controlar la velocidad de la línea”, respondió Jarrett. “Necesitamos que los trabajadores se unan para librar una lucha por el control de la producción, incluidos todos los aspectos de la salud y seguridad”.
La planta fue una de varias en el área donde los trabajadores enfrentaron brotes del coronavirus. El gobierno autorizó a los patrones de las empacadoras de carne que aumentaran la velocidad de las líneas, haciendo que trabajen cada vez más cerca. Delegaciones de trabajadores de Farmer John exigieron que se mejoraran las condiciones, obtuvieron algunos logros, pero solo en algunas partes de la fábrica.
“Trump sabía sobre el virus y no hizo nada”, dijo Daniel White.
“Si Biden es elegido, no habrá diferencia”, respondió Kennedy. “Ni el partido Republicano ni el Demócrata representan a los trabajadores”, agregó Kennedy. Necesitamos nuestro propio partido, un partido obrero basado en los sindicatos organizaría a millones de trabajadores para luchar por nuestros intereses.
Jorge Cordon le dijo a Kennedy que apoyaba la creación de sindicatos en todos los lugares de trabajo, pero dijo que muchos trabajadores no lo harán “debido a la corrupción”. Kennedy dijo que al hacer frente a los ataques de los patrones, los trabajadores pueden transformar los sindicatos en las herramientas de lucha que necesitamos. Nosotros somos el sindicato, dijo, y podemos usarlos para cambiar las condiciones.
Alexis Santiago Ávila le dijo a Kennedy que ha estado en Estados Unidos durante 18 años, pero que todavía solo tiene una visa de trabajo. “Nuestro partido apoya la amnistía para los trabajadores indocumentados”, dijo Kennedy.
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