Declaración del 1 de junio de Osborne Hart, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para procurador general de Filadelfia.
Hoy, cuando hay millones de trabajadores desempleados a causa de los cierres gubernamentales por el coronavirus y la contracción en la producción capitalista y el comercio, los trabajadores y agricultores necesitan organizar una lucha para que todos regresen a trabajar. Si permitimos que esto dependa únicamente de los patrones, ellos solo aumentarán el número de empleos cuando puedan ganar mas dinero. Fuera de esto exprimirán cada vez más a los trabajadores que tengan e intentarán constantemente aumentar el ritmo de trabajo.
Los trabajadores, quienes con su labor producen toda la riqueza, necesitan encontrar la forma de usar su poder numérico y posición estratégica dentro de la producción y la distribución para forzar un cambio. Mientras más trabajadores sean vacunados, nuestra capacidad para influir aumenta.
Algunos patrones dicen que no pueden conseguir trabajadores para empleos vacantes porque los desempleados están gozando de los muy generosos beneficios del gobierno. Sus esfuerzos para culpar a los trabajadores por no tomar cualquier empleo, aunque los salarios sean bajos, tratan de convertir a la víctima en criminal.
Independientemente del sube y baje del nivel de desempleo, el capitalismo no puede funcionar sin una reserva de trabajo, que le permita a los patrones crear competencia entre los empleados y los desempleados. La presión que esta reserva de desempleados ejerce sobre los que están trabajando “los obliga a trabajar más duro y los somete a los dictados del capitalismo”, explicó Carlos Marx, uno de los fundadores del movimiento revolucionario de la clase trabajadora. “Condenar a una parte de la clase trabajadora a la inactividad forzada como resultado del excesivo trabajo de la otra, y viceversa se convierte en un método para enriquecer a los capitalistas individuales”.
Los trabajadores necesitamos forjar y usar sindicatos para librar una lucha firme por un programa de trabajos públicos financiados por el gobierno para poner a los millones que quedaron desempleados a trabajar con salarios a escala sindical para construir casas, hospitales, escuelas, sistemas de irrigación y muchas otras cosas que los trabajadores necesitan. Debemos luchar por una semana laboral más corta, sin recorte salarial, para repartir el trabajo entre todos. Este es el camino para luchar contra el intento de los patrones de enfrentarnos el uno contra el otro, y así unir nuestras fuerzas en una lucha contra la competitiva clase capitalista.
Regresar al trabajo coloca a los trabajadores en el sitio donde nos podemos unir para luchar por mejores salarios y condiciones de trabajo. Como lo demuestran lo mineros en huelga en Alabama, los trabajadores del acero de ATI, y otros que están participando en conflictos laborales hoy. Podemos ganar amplia solidaridad hacia nuestras luchas. Cada una de ellas impulsa los intereses de toda la clase trabajadora.
En un mundo en el que millones de personas adicionales enfrentan hambre y desnutrición, forjar una alianza con los agricultores es de suma importancia para nuestra clase.
Antes de la pandemia, las liquidaciones hipotecarias contra los agricultores en Estados Unidos llegaron al nivel más alto en diez años. Las grandes procesadoras de comestibles y los monopolios de las cadenas de supermercados dictan lo que le pagan a los agricultores por sus productos. Estos precios paupérrimos que reciben los agricultores no tienen nada que ver con los altos precios que encuentran los trabajadores en las tiendas.
Los trabajadores y nuestros sindicatos debemos abogar por los intereses de los agricultores —nuestros hermanos productores— y exigir que el gobierno garantice precios que cubran los costos de producción, incluyendo sus gastos para vivir. Para asegurar que todos los que quieran arar la tierra y proveer comestibles para el creciente número de personas que no tienen comida, necesitamos luchar por la nacionalización de la tierra para prevenir que la tomen los bancos, los terratenientes y las grandes corporaciones agrícolas capitalistas.
Forjar una alianza combativa entre los trabajadores y los agricultores es necesario para que la clase trabajadora dirija una lucha a favor de todos los explotados y oprimidos, para terminar con el dominio del capitalismo, tomar el poder político y establecer un gobierno de trabajadores y agricultores.
Ese gobierno nos da el poder para tomar control de las fábricas, la tierra, y los bancos, y reorganizarlos para servir las necesidades humanas, no las ganancias individuales. Entonces podemos asegurar que todos los que desean trabajar pueden vivir vidas productivas. Nos uniremos a nuestros hermanos trabajadores del mundo entero para crear un nuevo orden social que beneficie a todos, transformando al mundo y a nosotros mismos. Únase a nosotros en esta lucha. Únase al Partido Socialista de los Trabajadores.