Editorial: ¡Apoye el derecho de la mujer a elegir un aborto!

Editorial
20 de diciembre de 2021

El 1 de diciembre la Corte Suprema escuchó argumentos sobre una ley en Mississippi que desafía directamente el derecho legal de la mujer a decidir si tener o no un aborto.

Es crucial —tanto para la lucha de las mujeres por su emancipación de ser tratadas como ciudadanos de segunda clase, así como para las luchas de toda la clase trabajadora contra la opresión y la explotación— que organicemos un esfuerzo para convencer a una gran mayoría de los trabajadores a que apoyen el derecho de la mujer a elegir.

La decisión de una mujer sobre tener hijos y cuándo debe ser sólo suya. El control de su propio cuerpo es fundamental para que las mujeres planifiquen y controlen sus propias vidas. No es asunto de los tribunales, agencias gubernamentales, médicos o cualquier otra persona. Todas las mujeres deben tener acceso a los servicios de planificación familiar, incluyendo el control de la natalidad y el aborto seguro si así lo desean.

Esto es imprescindible para avanzar la lucha por la plena igualdad económica y política de la mujer y la unidad del pueblo trabajador. Los promotores de la ley de Mississippi alegan que las mujeres de hoy han hecho avances tan grandes en el acceso a empleos, mejores salarios, más igualdad en el reparto de las tareas domésticas, que ya no necesitan el derecho al aborto para controlar su propio futuro. Pero esto es una mentira.

A través de reñidas batallas, las mujeres y los defensores de los derechos de la mujer han logrado avances. Pero la opresión de la mujer es un componente esencial del dominio capitalista y la sociedad de clases. El actual ataque al derecho al aborto es parte de una contrarrevolución contra la lucha por la emancipación de la mujer y un ataque a la unidad de la clase trabajadora.

La organización y la movilización para ganar a una mayoría a defender este derecho solo se puede lograr a través de la discusión y el debate y las acciones públicas para defender el derecho al aborto, que ayuden a convencer a los que aún no lo están.

El aborto fue despenalizado en 1973 por la Corte Suprema antes de que se desarrollara de manera decisiva el debate sobre por qué es un derecho fundamental. Los liberales en la corte pasaron por alto esa lucha y legalizaron el acceso al aborto bajo criterios médicos de viabilidad fetal, permitiendo que gobiernos estatales lo prohíban cada vez más temprano en el embarazo.

Durante décadas, el movimiento de la mujer liderado por liberales se ha negado a organizar una lucha, argumentando que las mujeres más bien deben dedicarse a asegurar que se  elijan políticos demócratas y que ellos se encargarían de todo. Esto ha facilitado que opositores de los derechos de la mujer avancen, aumentando la confusión sobre las cuestiones científicas y políticas involucradas. Han atacado y limitado sistemáticamente el acceso de la mujer al aborto.

El desarrollo actual de un creciente número de huelgas demuestra que otra alternativa es posible. Al depender de nuestras propias fuerzas y luchar por lo que necesitamos, los trabajadores están obteniendo algunas victorias que sientan un ejemplo para millones sobre lo que nuestra clase es capaz de lograr.

La lucha por la emancipación de la mujer es crucial para forjar la unidad de la clase trabajadora y para enfrentar las grandes batallas de clases que están por venir. La lucha por el derecho de la mujer a elegir el aborto es una cuestión sindical.

Y es crucial también para las venideras luchas revolucionarias para terminar con el dominio capitalista y reemplazarlo con un gobierno de trabajadores y agricultores. Este es el camino para poner fin a toda la opresión intrínseca en la sociedad de clases, incluida la subyugación de las mujeres.