Solidaridad con la lucha del pueblo de East Palestine

Trabajadores necesitan control de la limpieza, salud

Por Tony Lane
8 de mayo de 2023
Pilas de suelo contaminado aun permanecen en East Palestine, Ohio, después de que el descarrilamiento de un tren el 3 de febrero y un fuego subsecuente causaron un desastre social. Trabajadores, agricultores y pequeños comerciantes luchan por el control de su futuro.
Ohio Governor’s OfficePilas de suelo contaminado aun permanecen en East Palestine, Ohio, después de que el descarrilamiento de un tren el 3 de febrero y un fuego subsecuente causaron un desastre social. Trabajadores, agricultores y pequeños comerciantes luchan por el control de su futuro.

EAST PALESTINE, Ohio — Trabajadores, agricultores y pequeños comerciantes aquí siguen recibiendo apoyo y solidaridad de los trabajadores de todo el país. Están luchando para tomar el control de la limpieza, garantizar atención médica de por vida y reconstruir sus vidas, y hacer que los patrones de los ferrocarriles y agencias gubernamentales paguen por ello tras el descarrilamiento del tren de Norfolk Southern el 3 de febrero en esta ciudad y el subsecuente incendio, contaminación y desastre social.

“Se han distribuido doscientos noventa purificadores de aire,  otros 120 están por llegar y tenemos prometidos unos 129”, dijo Mallory Aponick, coordinadora de servicios de desastre de la Primera Iglesia de Cristo, a la corresponsal obrera del Militante  Kathie Fitzgerald. Los dos envíos han sido pagados por Norfolk Southern. La iglesia está sirviendo como un centro de distribución de ayuda.

El departamento de bomberos del pueblo vecino de Negley organizó una recaudación de fondos esa noche para ayudar a cubrir los gastos causados por el descarrilamiento.

Residentes de Paulsboro, Nueva Jersey, creyeron que la nube de cloruro de vinilo que los cubría era neblina, después de que el descarrilamiento de un tren resultó en la ruptura de un vagón con la substancia tóxica el 30 de noviembre de 2012.
Paulsboro Fire/RescueResidentes de Paulsboro, Nueva Jersey, creyeron que la nube de cloruro de vinilo que los cubría era neblina, después de que el descarrilamiento de un tren resultó en la ruptura de un vagón con la substancia tóxica el 30 de noviembre de 2012.

A principios de marzo, Jonathon Long, presidente general del sindicato del mantenimiento de vías BMWE,  le escribió al gobernador de Ohio, Michael DeWine, y al secretario de transporte de la administración de Joseph Biden. “El modelo comercial que están practicando consiste en usar trenes gigantes, extremadamente largos y pesados, pero las vías no fueron diseñadas para aguantarlos”, dijo. “Implica eliminar las medidas contra fallas y de seguridad preventivas”.

La respuesta de los patrones de Norfolk Southern ha sido presionar para automatizar todas las inspecciones ferroviarias. “También creemos que eliminar por completo a los seres humanos del proceso de inspección solo conducirá a más catástrofes ferroviarias”, dijeron el presidente Félix Martínez, el secretario-tesorero Marty Frates y otros funcionarios del Local 70 del sindicato Teamsters en el condado de Alameda, California, en una carta a DeWine en marzo, en apoyo de los comentarios de Long.

La cobertura del descarrilamiento en East Palestine en los medios nacionales ha puesto de relieve descarrilamientos previos que involucraron materiales peligrosos.

En 2012, un tren de Conrail se descarriló en Paulsboro, Nueva Jersey, cuando un puente ferroviario que cruzaba un arroyo se desplomó. El pueblo quedó cubierto con una nube de cloruro de vinilo de un vagón cisterna que se rompió. Conrail es propiedad conjunta de Norfolk Southern y CSX.

El tren transportaba el químico tóxico a OxyVinyls, una planta en Pedricktown que fabrica plástico para pisos y es propiedad de Occidental Oil. Los vagones cisterna del tren que se descarriló en East Palestine estaban destinados para la misma planta.

“No creo que a ellos [Norfolk Southern] realmente les importa”, dijo al New York Post  Cassandra Clark, que vive en Paulsboro, el 22 de febrero. “Presentamos una demanda colectiva, pero en realidad no se obtiene nada de eso. Ni siquiera puedo recordar la cantidad, pero fue un dinerito para comprar libros para mi hija durante el primer semestre. No fue nada”.

Los trabajadores en East Palestine han sido inundados por abogados que los instan a inscribirse en demandas colectivas similares. Los abogados esperan enriquecerse, mientras que los cientos de afectados se quedan con una miseria.

La emisora de radio de Filadelfia WHYY informó el 6 de abril que “ninguna agencia estatal o federal ha evaluado los impactos a la salud de largo plazo para las personas expuestas, a pesar de recomendaciones de hacerlo”.

La residente local Trisha Dello Iacono dijo: “Es realmente difícil que la experiencia de mi comunidad no haya sido lo suficientemente dura para obligar a que se tomen medidas para solucionar estos problemas”.

Esta experiencia en Paulsboro subraya la importancia de lo que los trabajadores, agricultores y pequeños comerciantes de East Palestine, así como los trabajadores ferroviarios de todo el país, han logrado al hablar y obtener cobertura en los medios noticiosos tras el descarrilamiento e incendio.

Poco después del descarrilamiento, Norfolk Southern empezó a poner  vías para que los trenes volvieran a funcionar y así reanimar su flujo de ganancias. Pero fueron forzados a dar marcha atrás y a remover las vías dañadas para excavar la tierra contaminada que aún estaba debajo de las vías.

Gran parte de la tierra contaminada todavía está en East Palestine debido a retrasos en su retiro.

El absoluto desinterés de los patrones ferroviarios y las autoridades gubernamentales en investigar las consecuencias para la salud del descarrilamiento de Paulsboro subraya la necesidad de que los trabajadores se unan y se organicen para luchar y crear comités de trabajadores, sindicalistas, pequeños agricultores y comerciantes para descubrir los secretos comerciales de los monopolios ferroviarios, cómo obtienen sus ganancias de la explotación de la mano de obra de los trabajadores ferroviarios, sus acuerdos y vínculos entre bastidores con el gobierno, y cómo su “modelo” de explotación pone en peligro tanto a los trabajadores ferroviarios como a todos los que viven cerca de las vías. Tal lucha ganará un amplio apoyo, como lo demuestra la experiencia de los trabajadores en East Palestine.