Hamás fue fundado en 1987 como el ala palestina de la Hermandad Musulmana. El grupo terrorista ha gobernado en Gaza desde 2007. Un punto fundamental de su visión es un omnipresente odio contra los judíos, algo que comparte con su principal patrocinador y surtidor de armas, el reaccionario régimen clerical burgués de Irán.
La Carta Fundacional de Hamás de 1988 está plagada de venenosas teorías de conspiración, diseñadas para usar a los judíos como chivos expiatorios por la crisis del capitalismo que afecta a los trabajadores. El artículo 22 de la carta afirma que “con su dinero” los judíos “estuvieron detrás de la Revolución Francesa, la revolución comunista” en Rusia y las dos guerras mundiales del siglo pasado.
Sin ninguna mención del Holocausto, la versión de Hamás de la historia judía incluye la afirmación de que los judíos “estuvieron detrás de la Segunda Guerra Mundial, a través de la cual obtuvieron enormes ganancias financieras mediante el comercio de armamentos y allanaron el camino para el establecimiento de su propio estado”.
El pogromo de Hamás del 7 de octubre es el ataque de mayor alcance realizado por cualquier grupo terrorista respaldado por Teherán en camino hacia una “solución final”. Estas fuerzas antisemitas afirman falsamente hablar a favor de los derechos nacionales de los palestinos.
Antes y durante la Segunda Guerra Mundial, Amin al-Husseini, el gran muftí de Jerusalén, fue el autoproclamado líder de los musulmanes en lo que era entonces la Palestina controlada por Gran Bretaña. Formó una alianza con los nazis, afirmando que los árabes eran “los amigos naturales de Alemania porque ambos están comprometidos en la lucha contra tres enemigos comunes: los ingleses, los judíos y el bolchevismo”. Sus comentarios subrayan el hecho de que el odio a los judíos propugnado por fuerzas reaccionarias está profundamente conectado con su esfuerzo para destruir la dirección revolucionaria del movimiento obrero.
En 1943 al-Husseini luchó por frustrar las conversaciones entre aliados de Hitler y los gobernantes británicos sobre la evacuación de miles de niños judíos de Bulgaria, Hungría y Rumania a un lugar seguro en Palestina. Exigió que los enviaran a los campos de exterminio de Hitler en la Polonia ocupada.
Al-Husseini colaboró con las agencias de espionaje nazis. Ayudó a lanzar una división musulmana de las SS (la notoria unidad paramilitar de Hitler) en Yugoslavia. Después de la guerra, al-Husseini fue recibido en Egipto por el fundador de la Hermandad Musulmana, Hasan al-Banna, quien describió a al-Husseini como un “héroe que desafió a un imperio y luchó contra el sionismo, con la ayuda de Hitler y Alemania”.
Hamás es el heredero político de al-Husseini.
Teherán: destruir Israel
Los gobernantes capitalistas de Teherán son hoy la principal fuerza contrarrevolucionaria entre las potencias capitalistas rivales en todo el Medio Oriente. Ayudan y arman a fuerzas proxy y regímenes capitalistas como el de Bashar al-Assad en Siria para impulsar su propia política exterior expansionista, una política que ha generado una creciente oposición del pueblo trabajador por todo Irán desde 2017.
Teherán proporcionó una fuerza militar decisiva al régimen de Assad tras el estallido de un levantamiento popular contra su tiránico gobierno en 2010. Matones respaldados por Teherán también se unieron a fuerzas estatales iraquíes en la represión de las protestas por derechos políticos en 2019 en las que mataron a cientos de personas. “¡Fuera Irán, fuera!” fue la consigna en las protestas en Bagdad.
Teherán le garantiza a Hezbolá un gran suministro de cohetes para lanzar contra Israel desde el Líbano. Teherán, Hezbolá y Hamás declaran abiertamente su objetivo común de destruir a Israel. Hezbolá celebró el pogromo de Hamás.
En uno de los ataques más mortíferos contra los judíos desde la Segunda Guerra Mundial, Hezbolá masacró en 1994 a 86 personas en un centro comunitario judío en Buenos Aires, Argentina. Esto se produjo después de que mataran a otras 29 personas en un ataque dinamitero contra la embajada de Israel en ese país dos años antes.
Matones de Hezbolá estuvieron a la vanguardia de la brutal represión del gobierno libanés contra las manifestaciones en 2019 que exigían derechos políticos y el fin de la corrupción gubernamental.
El “eje de resistencia” del régimen iraní incluye a los rebeldes hutíes en Yemen y las milicias islamistas en Iraq, así como a Hezbolá, la Yihad Islámica Palestina y Hamás.
Hasta que no se forje una dirección y partidos revolucionarios obreros en el Medio Oeste capaces de tomar el poder político estas fuerzas de odio contra los judíos inevitablemente llevarán a cabo más atrocidades como el pogromo del 7 de octubre.