Editorial

Luchar por el poder obrero para acabar con el antisemitismo

6 de noviembre de 2023

El pronunciarse inequívocamente contra el pogromo de Hamás en Israel, respaldado por Teherán, y contra el odio a los judíos dondequiera que se manifieste, sirve los intereses de los trabajadores de todo el mundo. Esto es vital para defender nuestros sindicatos y hacer logros en las batallas de clase entre los trabajadores y los capitalistas en las luchas para defender nuestros salarios, condiciones y derechos constitucionales. Es lo que nos ha enseñado la historia.

El aumento de los virulentos ataques antisemitas refleja el temor en capas de la clase media de ser aplastados por la profundización de la crisis capitalista. Son más vulnerables a la retórica anticapitalista de las fuerzas fascistas que culpan a los judíos de la devastación causada por el funcionamiento de la explotación capitalista. Crecientes sectores gobernantes de todos los países capitalistas eventualmente recurrirán a pandillas fascistas para tratar de aplastar a los trabajadores y a los sindicatos a medida que se profundice la lucha de clases en los años venideros.

La construcción de una dirección revolucionaria capaz de liderar a la clase trabajadora en una lucha para poner fin a la opresión capitalista, tomar el poder político y hacer una revolución socialista será una cuestión determinante. El rechazo de este curso político en los años 30 por los partidos estalinistas con sus perspectivas colaboracionistas de clases fue lo que abrió la puerta al ascenso de Hitler, la segunda guerra mundial imperialista y el Holocausto.

El mortífero pogromo de Hamás del 7 de octubre en Israel y los crecientes ataques antisemitas en otros lugares muestran que ni Israel, ni Estados Unidos ni ninguna democracia capitalista son un refugio seguro para los judíos. Bajo un capitalismo asolado por crisis no puede haber ninguno.

Sólo la clase trabajadora y sus sindicatos, actuando decisivamente con un liderazgo con consciencia de clase, podrán movilizar a capas más amplias de los oprimidos para enfrentar y derrotar a las fuerzas de la reacción.

Esto se demostró en la práctica en la Revolución Rusa de 1917. V.I. Lenin y los bolcheviques condujeron a los trabajadores a luchar contra los pogromos zaristas. Construyeron un partido que llevó a millones a conquistar el poder y tomar en sus propias manos las fábricas, los bancos y las tierras del país. Establecieron un estado obrero e impulsaron la lucha contra el odio a los judíos, por la autodeterminación de las naciones oprimidas como Ucrania y por la emancipación de la mujer.

La construcción de ese tipo de partido es el camino para avanzar en todas partes.

Washington y otras potencias imperialistas están aumentando la presión sobre el gobierno israelí para que no tome medidas decisivas para impedir que Hamás lleve a cabo más rondas de pogromos. Hamás y sus partidarios en Teherán proclaman abiertamente que su objetivo es destruir a Israel, matar a tantos judíos como sea posible.

Si bien el Militante  no ofrece apoyo político a la clase capitalista israelí, sus partidos o su gobierno, explicamos que los esfuerzos para destruir la capacidad de Hamás de llevar a cabo masacres son un producto inevitable de lo que ha ocurrido. Si no se le asestan golpes decisivos a Hamás, las fuerzas derechistas de todo el mundo se envalentonarán.

La bandera de la clase trabajadora en todas partes debe incluir una lucha intransigente contra el odio a los judíos y la defensa del derecho de Israel a existir.