Declaración de Naomi Craine, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores al Congreso de Estados Unidos por Illinois, 15 de noviembre.
El sangriento pogromo cometido por Hamás en Israel, orquestado por Teherán, fue la mayor masacre de judíos desde el exterminio nazi de 6 millones de personas en el Holocausto. El intento genocida de Moscú de destruir Ucrania y su pueblo es la guerra terrestre más grande en Europa desde los horrores impuestos al pueblo trabajador por las potencias imperialistas (Estados Unidos, el Reino Unido y sus rivales) en la Segunda Guerra Mundial.
La derrota de Hamás y de Moscú está en los intereses del pueblo trabajador de todo el mundo. Brindaría mejores condiciones para que los trabajadores de todas las religiones y nacionalidades se unan, se organicen y luchen por lo que nuestra clase necesita.
Estas batallas marcan un hito en la política mundial que está sacudiendo a las clases sociales, los partidos y gobiernos en todo el mundo, con consecuencias violentas y explosivas. Anuncian una profundización de la crisis del orden mundial imperialista que generará más catástrofes sociales, odio contra los judíos y guerras. Sobre todo, la crisis está preparando el terreno para luchas revolucionarias del pueblo trabajador que pueden desarraigar el decadente sistema capitalista y la violencia de clase bajo la cual vivimos.
Millones de trabajadores están siendo atraídos a la política, a medida que las guerras y los desastres económicos actuales llegan a todas partes. Están dispuestos a discutir por qué necesitamos ver a nuestra clase como una fuerza política independiente.
Este hito en la política mundial se produce en medio de un repunte de las batallas sindicales. Más trabajadores están usando sus sindicatos para protegerse de los ataques de la clase patronal en su afán por ganancias. Están en las líneas de piquetes adquiriendo confianza entre sí, colaborando para extender la solidaridad y adquiriendo experiencia y conocimientos vitales en la lucha de clases. Todo esto es un buen augurio para las batallas de clases más profundas que se avecinan.
El funcionamiento del capitalismo ha incorporado a un número sin precedentes de personas a la clase trabajadora —desde Asia hasta África y América Latina— transformando a nuestra clase en una fuerza social con un inmenso poder potencial.
Para hacer uso de ese poder tendremos que aumentar la confianza en nosotros mismos, en lugar de depender de los que nos explotan o de sus partidos políticos. Va a ser necesario luchar contra el odio a los judíos, cuyas consecuencias fueron demostradas por el Holocausto, y tendremos que defender a todos los oprimidos de las fuerzas reaccionarias.
Va a ser necesario que reconozcamos que los trabajadores son parte de una clase con intereses comunes, irreconciliablemente opuesta a la clase capitalista y sus sirvientes de clase media que insisten en que elijamos el menor de dos males en cada elección.
Para utilizar nuestro poder es necesario construir un partido revolucionario con un liderazgo que trace un curso para movilizar a millones de trabajadores de todas las nacionalidades para remplazar el dominio capitalista con el poder obrero. Esta es una época de revolución socialista, no de reacción fascista.
Únase al Partido Socialista de los Trabajadores para luchar por esta perspectiva de lucha de clases.